EE.UU. y Reino Unido firman una nueva Carta del Atlántico adaptada a los retos del siglo XXI
Biden y Johnson han tenido un encuentro donde se ha firmado una nueva Carta del Atlántico que sustituye a la que suscribieron Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill
Biden y Johnson han tenido un encuentro donde se ha firmado una nueva Carta del Atlántico que sustituye a la que suscribieron Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, renovaron el jueves la alianza especial entre sus dos países para actualizarla frente a los retos del siglo XXI, en un mundo postpandemia.
Tal es la importancia que Biden concede a esa alianza que Johnson ha sido el primer líder con el que se ha reunido en su primera gira internacional desde que llegó a la Casa Blanca y que le ha traído a Europa.
Ambos se encontraron en Carbis Bay (Cornualles, suroeste del Reino Unido) durante unos 90 minutos, en los que hablaron de la lucha contra la pandemia y la recuperación económica, los esfuerzos frente al cambio climático, la colaboración científica y tecnológica, y la situación en Irlanda del Norte, entre otros.
Una Carta del Atlántico adaptada al siglo XXI
Pero el gran momento del encuentro fue la firma de una nueva Carta del Atlántico adaptada a los retos de este siglo y que sustituye a la que suscribieron en 1941, en plena II Guerra Mundial, sus antecesores Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill.
Este documento sirvió en aquel entonces para marcar los objetivos de EE.UU. y del Reino Unido después del conflicto, y fue base para la creación más tarde de la OTAN.
Y es que, una de las metas de este viaje de Biden es reforzar su apuesta por el multilateralismo y transmitir a los aliados occidentales que pueden fiarse de EE.UU., tras los vaivenes del mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021).
La nueva Carta del Atlántico desgrana a lo largo de ocho puntos, las metas que se han puesto EE.UU. y el Reino Unido para el futuro.
«Nos comprometemos a trabajar de cerca con todos los socios que comparten nuestros valores democráticos y para contrarrestar los esfuerzos de aquellos que buscan socavar nuestras alianzas e instituciones», reza el texto.
Ambos países abogan por una defensa de los valores, principios e instituciones de las democracias a través de la transparencia, el imperio de la ley, y el apoyo a la sociedad civil y a los medios de comunicación independientes.
En otro de los puntos hacen hincapié en la unidad respecto a los principios de soberanía, integridad territorial y la resolución pacífica de disputas.
La sombra de Rusia y China
Sin mencionar a Rusia y China explícitamente, hacen mención a algunas de las amenazas que supuestamente provienen de estos países.
«Nos oponemos a interferencias a través de la desinformación y otras influencias maliciosas, incluyendo (las que se producen) en elecciones», añade el documento.
Las agencias de Inteligencia estadounidenses han denunciado presuntos intentos de injerencia por parte de Moscú en los comicios presidenciales de 2020 y 2016 en EE.UU.
La nueva Carta del Atlántico también menciona la defensa de los principios de «libertad de navegación y sobrevuelo, y de otros usos legales de los mares», en una posible alusión a China, que está incrementando su capacidad naval.
Recoge, asimismo, la voluntad estadounidense y británica de proteger las iniciativas innovadoras en materia científica y tecnológica para contribuir a la seguridad común y ponerlas al servicio de los valores democráticos, en otra referencia al avance gigante asiático.
E incluye un punto de especial interés para EE.UU. sobre las «amenazas modernas», y en concreto los ciberataques, al remarcar que la OTAN seguirá siendo la principal «alianza nuclear», mientras continúe existiendo este tipo de armamento, en un mensaje aparentemente dirigido a Rusia.
La última parte de la nueva carta habla del cambio climático y reitera el compromiso de ambos líderes con la creación de una economía global justa, que no impacte en el clima, y adelanta que fortalecerán la estabilidad financiera y la lucha contra la corrupción.
Por otro lado, el texto se hace eco del «efecto catastrófico de las crisis sanitarias», como la pandemia del covid-19, y remarca la necesidad de fortalecer las «defensas colectivas» frente a este tipo de amenazas.
«Absoluta sintonía» sobre Irlanda del Norte, según Johnson
Tras el encuentro con Johnson, Biden apenas ofreció detalles sobre la reunión y se centró en su anuncio sobre la compra de 500 millones de vacunas contra el covid-19 a la farmacéutica Pfizer para donarlas a casi un centenar de países de bajos ingresos.
El que sí que dio más datos de la cita fue Johnson, quien calificó de «aire fresco» su conversación con Biden al constatar su sintonía en asuntos como el clima o la OTAN.
El gobernante británico subrayó que sus dos países y la Unión Europea (UE) están «absolutamente en sintonía» con que los acuerdos de paz en Irlanda del Norte deben protegerse, y aseguró que Biden «no» le ha transmitido estar alarmado por la situación en esta zona.
En un comunicado conjunto publicado tras el encuentro, ambos países reafirman «su compromiso de trabajar estrechamente con todas las partes del acuerdo para proteger su delicado equilibrio y hacer realidad su visión para la reconciliación, el consentimiento, la igualdad, el respeto de los derechos y la igualdad de consideración».
El Reino Unido y EE.UU. se comprometen también a trabajar juntos hacia el «objetivo común» de «desbloquear el tremendo potencial de Irlanda del Norte».
Biden participará este viernes en la cumbre del G7, que se celebrará hasta el domingo, y luego se trasladará a Bruselas para asistir a una reunión de los líderes de los países miembros de la OTAN el 14 de junio y otra con los dirigentes de la Unión Europea (UE) el día siguiente.
Luego viajará a Suiza para mantener su primer cara a cara el día 16 con su homólogo ruso, Vladímir Putin.