El Tribunal egipcio ratifica la sentencia a muerte contra 12 líderes islamistas
Otros 32 acusados deberán cumplir una condena a cadena perpetua
Otros 32 acusados deberán cumplir una condena a cadena perpetua
El Tribunal de Casación de El Cairo ratificó este lunes la sentencia a pena de muerte de doce líderes del grupo islamista Hermanos Musulmanes por «poner en peligro» la vida de ciudadanos durante la sentada en la plaza Rabaa al Adauiya organizada en protesta del golpe de Estado de 2013.
La agencia de noticias estatal MENA informó de que la corte ratificó la sentencia contra los doce acusados, entre los que se encuentran el destacado líder islamista Mohamed Beltagui y el clérigo Safuat al Hegazi.
MENA apuntó que el tribunal rebajó la sentencia a pena de muerte dictada contra otros 32 acusados, que ahora deberán cumplir una condena a cadena perpetua.
Además, indicó que el tribunal rechazó una apelación presentada por 321 miembros de los Hermanos Musulmanes, organización considerada terrorista en Egipto, y ratificó diferentes sentencias emitidas contra ellos por el Tribunal Penal de El Cairo.
Los sentenciados fueron acusados de «resistirse ante los policías encargados de dispersar la sentada», así como de «matanza premeditada, vandalismo y dañar intencionadamente edificios y propiedades públicas», según MENA.
La macrocausa abarca los incidentes que se produjeron durante el desalojo violento de la acampada islamista de la plaza de Rabaa al Adauiya, en la que se encontraban miles de seguidores del presidente islamista Mohamed Mursi para protestar contra los militares que le derrocaron con un golpe de Estado un mes antes, el 3 de julio 2013.
Sin embargo, no fue hasta 2018 que el Tribunal Penal de El Cairo anunció las primeras 75 sentencias a muerte en la macrocausa contra 739 personas detenidas en la plaza cairota de Rabaa y sus alrededores en agosto de 2013.
Entre 600 y 800 manifestantes, dependiendo de la fuente, murieron el 14 de agosto de 2013 tiroteados cuando la Policía dispersó la protesta, en los hechos más sangrientos ocurridos después del golpe de Estado que llevó al poder al actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y de los que el Gobierno acusa a los islamistas.