Reino Unido quiere suspender temporalmente el Brexit en Irlanda del Norte
El político apuntó que la situación «no puede continuar así» y que el mecanismo genera «cargas considerables» para Irlanda del Norte
El político apuntó que la situación «no puede continuar así» y que el mecanismo genera «cargas considerables» para Irlanda del Norte
El Gobierno del Reino Unido quiere que se introduzcan «cambios significativos» en la implementación del protocolo norirlandés y desea abordar «de manera urgente» sus planes con la Unión Europea, según indicó este miércoles el negociador jefe para los asuntos del Brexit, David Frost.
En una declaración ante los Lores, Frost apuntó que por el momento ambas partes deberían acordar un «parón» para negociar cómo resolver las cuestiones que plantea ese mecanismo, durante el cual se seguiría aplicando el «periodo de gracia» para el comienzo de los controles aduaneros a las mercancías entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
«Hemos concluido que ahora no es el momento adecuado de activar el artículo 16″ del protocolo, que permite suspender unilateralmente su aplicación, según apuntó Frost, quien agregó, no obstante, que las actuales circunstancias «justificarían» la activación de ese artículo por parte de este país. El político apuntó que la situación «no puede continuar así» y que el mecanismo genera «cargas considerables» para Irlanda del Norte.
Por ello, afirmó que ambas partes necesitan hallar ahora «un nuevo equilibrio» que busque permitir que los productos que se adhieran tanto a los estándares del Reino Unido como del bloque comunitario puedan circular en Irlanda del Norte.
«Y es un equilibrio que necesita normalizar las bases de gobernanza del protocolo, de forma que la relación entre nosotros y la UE ya no esté dirigida por instituciones de la UE y la Corte Europea de Justicia», dijo.
El polémico mecanismo mantiene a la provincia británica en el mercado único europeo para bienes a fin de evitar una frontera física con la vecina República de Irlanda -miembro de la UE-, pero impone a cambio controles fronterizos entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, que han generado fricciones económicas y tensiones políticas en la zona.