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La ONU y los talibanes se reúnen para poner soluciones a la crisis afgana a pesar de la lista negra

En la reunión, los talibanes pidieron a la ONU «el reconocimiento oficial del Emirato Islámico, la eliminación de la lista negra y de todas las sanciones» contra los talibanes

La ONU y los talibanes se reúnen para poner soluciones a la crisis afgana a pesar de la lista negra

En la reunión, los talibanes pidieron a la ONU «el reconocimiento oficial del Emirato Islámico, la eliminación de la lista negra y de todas las sanciones» contra los talibanes

La urgencia por atender la crisis humanitaria de Afganistán ha puesto en la misma mesa a los jefes de la ONU y los máximos líderes del Gobierno de los talibanes, algunos de ellos considerados como terroristas e incluidos en las listas de sanciones del organismo internacional.

Así, la necesidad de coordinar la ayuda condujo al encuentro entre la enviada de la ONU para Afganistán (UNAMA), Deborah Lyons; y el secretario general adjunto y jefe del Departamento de Seguridad de la ONU, Gilles Michaud, con el de ministro de Interior y líder de la red Haqqani, Sirajuddin Haqqani, según informaron este jueves los talibanes.

La reunión, que tuvo lugar este miércoles, es significativa para las partes, en tanto que el ahora ministro del Interior es parte de la lista de sanciones del Consejo de Seguridad la ONU, y sobre él pesa una recompensa de diez millones de dólares por parte de las autoridades estadounidenses por información que ayude a su captura.

La lista negra

Según el principal portavoz de los islamistas, Zabihullah Mujahid, en la reunión, Haqqani pidió a los funcionarios de la ONU «que tomen medidas prácticas para el reconocimiento oficial del Emirato Islámico, la eliminación de la lista negra y, en general, la eliminación de todas las sanciones» contra los talibanes.

Según señaló Mujahid, Michaud aseguró que la ONU acelerará sus esfuerzos para terminar con la lista negra y prometió más ayuda a Afganistán para garantizar la asistencia humanitaria.

Afirmó además que Michaud se marchó de Afganistán con la promesa de «paz, prosperidad y trabajo conjunto».

Haqqani fue incluido en la lista de sanciones del Consejo de Seguridad en 2007 por su presunta asociación con el grupo terrorista Al-Qaeda, y los talibanes, en la financiación, planificación, facilitación, preparación, o perpetración de sus actividades.

Para la ONU, el ahora ministro de Interior afgano «es uno de los líderes más prominentes, influyentes, carismáticos y experimentados» de la temida Red Haqqani, y fue «un conducto clave para las operaciones terroristas en Afganistán».

De acuerdo con los talibanes, la representante de la UNAMA, valoró el compromiso de Haqqani por colaborar con la asistencia en el país, y consideró que la disposición del ministro «disiente de la propaganda en su contra en los últimos 20 años y envía un mensaje positivo», aseguraron.

La UNAMA por su parte se limitó a informar que los representantes de la ONU enfatizaron «la absoluta necesidad de que el personal humanitario y de la ONU en Afganistán pueda trabajar sin intimidación u obstrucción para entregar ayuda vital para el pueblo afgano».

La reunión también abordó la necesidad de crear confianza mutua en los esfuerzos por mejorar «la desafiante situación en Afganistán, reiniciar la economía, garantizar que se pague a los funcionarios públicos y trabajadores de la salud, así como la entrega de medicamentos y los alimentos a los más necesitados«, informó.

La ayuda urgente

Asimismo, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el italiano Filippo Grandi, concluyó este jueves una visita oficial de tres días en Afganistán, en la que se reunió también con varios de los líderes del Gobierno talibán en busca de vías para garantizar la seguridad y la entrega de la ayuda.

«La situación humanitaria en Afganistán sigue siendo desesperada», apuntó en un comunicado el alto comisionado.

Con gran parte de sus activos líquidos congelados en el extranjero, la actividad económica paralizada, escasez de efectivo, y el impago de salarios de buena parte de los trabajadores públicos, la situación del país empeora rápidamente.

«Si los servicios públicos y la economía se derrumban veremos aún más sufrimiento, inestabilidad y desplazamiento tanto dentro como fuera del país», alertó Grandi.

El máximo responsable de la ONU para los Refugiados urgió a la comunidad internacional a comprometerse con Afganistán, «para prevenir una crisis humanitaria mucho mayor que tendrá implicaciones no solo regionales, sino mundiales», añadió.

Aunque los países donantes se comprometieron con el envío de más de mil millones de dólares en ayudas, durante la Conferencia de Afganistán organizada por la ONU esta semana, la falta de reconocimiento de la comunidad internacional al Gobierno de los talibanes mantiene dudas sobre la fórmula para hacer llegar la asistencia.

Las garantías

El alto comisionado dijo haber recibido el compromiso de los talibanes para «brindar seguridad y permitir el acceso humanitario en todo el país. Reconocieron las necesidades y dieron las gracias a la ONU por brindar ayuda a los afganos», aseguró.

En estos encuentros también se habló de otros temas «críticos», como garantizar que el personal femenino pueda regresar al trabajo de manera segura, la importancia de la educación para todos los niños afganos y la seguridad de todos los afganos, incluidas las minorías, subrayó. 

Fuente: EFE

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