El Gobierno de Biden carga contra Texas por su ley del aborto
El modo en que el estado sureño aprobó su nueva legislación dificulta la acción de la Administración federal para anularla
El modo en que el estado sureño aprobó su nueva legislación dificulta la acción de la Administración federal para anularla
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, plantó cara en un tribunal este viernes a las autoridades de Texas, en un intento de frenar la aplicación de una ley que prohíbe abortar en ese estado a partir de la sexta semana de gestación.
La audiencia judicial supuso el primer pulso entre el Departamento de Justicia de EE.UU. y las autoridades de Texas desde que entró en vigor ese veto al aborto, que no contiene excepciones para los casos de incesto o violación, en el segundo estado más poblado del país.
El juez federal que lleva el caso, Robert Pitman, estudió durante la sesión la petición del Gobierno de Biden de suspender de forma preliminar la implementación de la ley, que entró en vigor hace justo un mes, y por la que el Departamento de Justicia ha demandado a Texas.
Un mecanismo «poco habitual»
Aunque Pitman no anunció ninguna decisión durante la audiencia y dijo que seguiría estudiando el tema, sus preguntas en la sesión dejaron clara su estupefacción ante el mecanismo diseñado por Texas para hacer cumplir la ley, basado en demandas presentadas por ciudadanos particulares.
El fiscal de Texas encargado de defender el caso, Will Thompson, respondió que, en su opinión, el mecanismo no es tan extraordinario y que no es cierto que el estado haya recurrido a ideas «poco habituales» para conseguir que la medida saliera adelante.
La ley de Texas permite a particulares presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una embarazada a abortar si creen que infringen la prohibición, y ofrece indemnizaciones de hasta 10.000 dólares a cada demandante si gana el juicio.
Ese sistema ha permitido hasta ahora que las autoridades de Texas eludan la responsabilidad por la aplicación de la ley, porque el peso de la implementación está en esos ciudadanos particulares, y no en los líderes que impulsaron el veto.
Fue ese vacío legal el que permitió que la ley entrara en vigor hace un mes con el beneplácito del Tribunal Supremo, y que sorteara la decisión judicial de 1973 que legalizó el aborto en todo Estados Unidos, conocida como «Roe versus Wade».
Posibles acciones judiciales
El Departamento de Justicia defendió durante la audiencia que el veto de Texas viola la decisión del Supremo de 1973 y otra posterior de 1992, que permite a los estados de EE.UU. restringir el aborto pero solo una vez que el feto pueda sobrevivir fuera del vientre materno, alrededor de las 24 semanas.
«Ningún estado puede prohibir los abortos a las seis semanas. Texas sabía esto, pero igualmente quería un veto de seis semanas, así que recurrió a un plan sin precedentes apoyado en justicieros», afirmó el representante del Departamento de Justicia en el caso, Brian Netter.
Si el juez Pitman aceptara la petición del Departamento de Justicia y frenara de forma preliminar la aplicación de la ley, las clínicas de Texas podrían volver a practicar temporalmente abortos después de las seis semanas de gestación.
No obstante, el estado de Texas apelaría seguramente la decisión y llevaría el caso a la corte de apelaciones del Quinto Circuito, una de las más conservadoras del país. Es posible que el asunto vuelva a llegar al Supremo, aunque pocos expertos legales creen que esa corte entre a valorar la constitucionalidad de la ley.
Fuente: EFE.