El Tribunal Supremo de Nicaragua pide a Ortega iniciar la retirada de la OEA
La resolución llega en respuesta a las acusaciones de un fraude electoral en el país
Nicaragua inicia el proceso para abandonar la Organización de Estados Americanos (OEA). El Tribunal Supremo ha trasladado al presidente, Daniel Ortega, la petición para que el país deje de pertenecer al organismo tras las acusaciones de injerencia en las elecciones nacionales, donde Ortega revalidó su cargo tras una campaña electoral plagada de irregularidades, detenciones de los candidatos rivales y la represión de los opositores al régimen.
El secretario en funciones del tribunal, Gerald Áreas Lacayo, ha comunicado el acuerdo al que han llegado los magistrados del órgano nicaragüense, en el que «respaldan la solicitud de la Asamblea Nacional al presidente, en su calidad de jefe de Estado, para que denuncie la carta de constitución de la OEA». El Parlamento ya pidió hace dos días que se iniciara este proceso.
Esto implicaría el abandono de la organización, algo posible gracias a la propia normativa de la misma, que en su Artículo 143 permite a los estados denunciar la propia carta e iniciar el proceso de retirada.
Después de los comicios celebrados el pasado domingo 7 de noviembre, entre acusaciones de fraude y críticas por la represión del Gobierno a la oposición y críticos, la OEA aprobó una resolución en la que declaraba «ilegítimas» las elecciones, llamando a una «evaluación colectiva inmediata» con el fin de «tomar las acciones apropiadas» respecto a Nicaragua. Esta postura se suma a la de otros organismos internacionales, como la Unión Europea, que ya han reclamado unas elecciones justas y libres en el país centroamericano.
Según la OEA, las elecciones presidenciales del domingo en Nicaragua «no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática». El documento afirma además que las autoridades del país han ignorado todas las recomendaciones de la organización.
La esposa de Ortega y vicepresidenta del país acusa a la OEA de «injerencia»
En estos mismo términos se ha manifestado la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, quien ha confirmado que el Gobierno de Ortega se prepara para denunciar la carta de la OEA por «intromisora, interventora y estar permanentemente desarrollando políticas agresivas e injerencistas».
Murillo ha acusado a Estados Unidos de estar detrás de la OEA y emplearlo como un «Ministerio de las Colonias». «Nosotros no somos colonias, y nos estamos poniendo de acuerdo en denunciar ese instrumento de colonialismo», ha explicado. La vicepresidenta nicaragüense considera que el objetivo del organismo es «someter» a las naciones, especialmente a Nicaragua, pero ha celebrado que «no pudieron, ni podrán».
Finalmente, Murillo ha argumentado que la denuncia del Gobierno a la OEA se fundamenta en que el organismo «violenta sus propias normas constitutivas», pues no «respeta la soberanía de los pueblos».