La relatora de la ONU para Myanmar urge a establecer un alto el fuego ante la escalada bélica del país
La junta militar sigue sin tener el control completo del país a pesar de la brutal violencia utilizada contra la disidencia y que ha causado al menos 1.377 muertos
La junta militar sigue sin tener el control completo del país a pesar de la brutal violencia utilizada contra la disidencia y que ha causado al menos 1.377 muertos
La relatora de Naciones Unidas para Myanmar, Noeleen Heyzer, expresó su preocupación por la escalada bélica en el país, sumido en una crisis desde el golpe de Estado militar de febrero, y urgió a un alto el fuego de todas las partes.
En su primer comunicado desde que asumiera el cargo, Heyzer solicitó que «todas las partes actúen con la máxima moderación y busquen una solución pacífica en interés de la población».
La diplomática singapurense subrayó la necesidad del «cese inmediato de la violencia» al citar uno de los cinco compromisos alcanzados en abril entre el general golpista birmano, Min Aung Hlaing, y nueve líderes políticos del Sudeste Asiático.
En las últimas semanas, los militares han iniciado una brutal ofensiva contra zonas controladas por las guerrillas étnicas en los estados Karen (Kayin) y Karenni (Kayah), en el este del país, donde se han denunciado masacres de civiles y miles de ellos han tenido que huir de sus casas y tomar refugio en la vecina Tailandia.
Desde el pasado 15 de diciembre, los militares birmanos han bombardeado con aviones, helicópteros de combate y artillería zonas civiles en el oriental estado Karen, provocando el desplazamiento de unos 10.000 civiles, de los que unos 6.000 han cruzado a Tailandia, según diversas oenegés de Birmania.
La junta militar también está siendo duramente criticada por el asesinato de 35 personas, entre ellas mujeres y niños, cuyos cuerpos fueron calcinados el 24 de diciembre en el estado Karenni, donde la ONG Save The Childrens informó que dos de sus trabajadores en la región permanecen desaparecidos y lo vinculan a esta masacre.
Karen y Karenni son algunos de los estados donde se ha exacerbado el conflicto del Ejército birmano con las guerrillas étnicas y con milicias civiles creadas a raíz de la violencia de la junta contra los manifestantes contrarios al golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
Myanmar ha entrado en una espiral de crisis y violencia desde que los militares liderados por Min Aung Hlaing tomaron el poder en un golpe de Estado que derrocó al Gobierno democrático de Aung San Suu Kyi, actualmente bajo arresto. Además de protestas pacíficas y un movimiento de desobediencia civil, se han formado milicias civiles que han tomado las armas junto a las guerrillas étnicas que llevan en conflicto con el Ejército birmano desde hace décadas.
Tras casi once meses después de la asonada, la junta militar sigue sin tener el control completo del país a pesar de la brutal violencia utilizada contra la disidencia y que ha causado hasta la fecha al menos 1.377 muertos, según una organización de activistas birmanos.
Fuente: EFE