El aniversario del asalto al Capitolio llega entre acusaciones cruzadas entre republicanos y demócratas
Trump y sus afines claman contra «las elecciones fraudulentas», mientras que los demócratas continúan animando a las investigaciones sobre el evento
Llega el aniversario del asalto al Capitolio. El día 6 de enero de 2021, miles de simpatizantes del entonces presidente, Donald Trump, ocuparon de forma violenta la sede de la soberanía de Estados Unidos hasta llegar incluso a los despachos de los representantes o al salón de votaciones.
Esta fecha llega con la sociedad estadounidense dividida. Mientras los demócratas se afanan por recopilar pruebas que evidencien al menos las nulas intenciones del expresidente Trump por poner freno a unas protestas violentas que él mismo jaleó momentos antes durante un discurso incendiario a las puertas de la Casa Blanca, los republicanos, salvo unos pocos caídos en desgracia, optan por centrar el debate en las infundadas acusaciones de fraude electoral para justificar así lo ocurrido.
Desde que comenzaron las investigaciones, más de 725 personas han sido acusadas por el Departamento de Justicia por su implicación en aquellos incidentes, algunas de las cuales forman parte de peligrosas y milicias de extrema derecha fuertemente armadas, como Proud Boys y Oath Keepers, mientras que el comité especial de la Cámara de Representantes ha tomado declaración a decenas de colaboradores de Trump.
El FBI ha señalado que hay detenidos de casi cada uno de los cincuenta estados que conforman el país. La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, unos 640; mientras que hay 225 personas con cargos de agresión o resistencia a la autoridad.
Por el momento, unas 165 personas se han declarado culpables de al menos alguno de los cargos de los que han sido imputados, mientras que 70 ya han recibido alguna condenada, de las cuales 31 han sido encarceladas, entre ellos Robert Scott Palmer, castigado con la pena más grande hasta ahora, cinco años entre rejas por agredir a varios policías durante el tumulto.
Continúan las investigaciones de las autoridades
Uno de los últimos documentos, de los más de 35.000 que ya tiene en su poder la comisión, es un «plan estratégico de comunicación» de 22 páginas facilitado por Bernard Kerik, antiguo comisionado de la Policía de Nueva York y amigo del otrora abogado de Trump, Rudolph Giuliani, con el que destapar supuestos casos de fraude electoral y «educar» e «inspirar» a la opinión pública para que exijan a los congresistas a no reconocer el triunfo de Biden.
En vísperas del aniversario de estos hechos, la comisión, con presencia de algunos republicanos como la repudiada Liz Cheney, está a la espera de conocer si finalmente el Tribunal Supremo de Estados Unidos bloqueará a petición de Trump el acceso a los registros de las actividades y reuniones que se tuvieron lugar aquellos días en la Casa Blanca.
Trump y los suyos se han encargado de entorpecer las investigaciones de esta comisión amparándose en el privilegio legislativo del primero, aunque algunas personas de su círculo más cercano como Steve Bannon o el que fuera jefe de su gabinete Mark Meadows ya han sido acusados por desacato al Congreso.
Ahora, la comisión, que espera tener listas sus conclusiones finales antes de las elecciones legislativas del mes de noviembre, espera iniciar una fase más pública del proceso, con la difusión a través de los medios de comunicación de las siguientes comparecencias, entre las cuales no descartan que estén las del propio Trump y la del que fuera su ‘número dos’, Mike Pence.
Estados Unidos conmemora los hechos del 6 de enero
Mientras tanto, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría demócrata, tiene previsto para este jueves 6 de enero una serie de actos conmemorativos, entre ellos una vigilia y un minuto de silencio, seguido de un encuentro con historiadores en el que se «preservará la narrativa» de lo ocurrido y con varios congresistas relatando cómo vivieron aquellas horas.
También el presidente Biden y la vicepresidenta, Kamala Harris, darán un discurso desde la Casa Blanca, anunciado días después de que el expresidente Trump adelantara que haría lo propio desde su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, en el que tal y como avanzó, abordará los intentos de la comisión parlamentaria por «mantenerse alejada» de las denuncias de fraude electoral.
Sin embargo, el expresidente ha anunciado sin explicaciones que suspende su comparecencia, aunque ha dicho en un comunicado que los medios de comunicación y el comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio está actuando con «total parcialidad y deshonestidad»
Trump, que incluso ha arremetido de manera furibunda contra aquellos compañeros de partido que no han dado pábulo a sus teorías de la conspiración, ha justificado lo ocurrido en el Capitolio como un acto contra la «insurrección» que se produjo en las elecciones del 3 de noviembre, una estrategia que se espera será la utilizada por los republicanos tanto en los comicios de este año como durante la campaña para las presidenciales de 2024.
«Nuestro partido tiene que elegir. Podemos ser leales a Donald Trump o podemos ser leales a la Constitución, pero no podemos serlo a ambos y ahora mismo hay demasiados republicanos que están tratando de ayudar al expresidente», dijo Liz Cheney, vicepresidenta de la comisión que investiga el asalto y una de las dos personas republicanas presentes en ella.