THE OBJECTIVE
Internacional

La embajadora de Afganistán en EEUU, en el limbo tras la conquista talibán, dimite

La embajadora de Afganistán en EEUU, en el limbo tras la conquista talibán, dimite

La embajadora de Afganistán en Estados Unidos, Adela Raz, ha presentado su dimisión del cargo ante las dificultades diplomáticas planteadas por la conquista talibán del país a la hora de desempeñar un cargo para el que fue designada por el gobierno al que derrocaron los insurgentes.

Raz se ha convertido así en la última embajadora de la ya extinta República Islámica de Afganistán, desaparecida desde el pasado 15 de agosto con la conquista talibán de Kabul y la redenominación del país como emirato. La diplomática asumió el cargo menos de cuatro semanas antes de la caída de la capital afgana.

Desde entonces, y según el embajador adjunto, Abdul Hadi Nijrabi, quien ha confirmado la dimisión de la diplomática a la cadena afgana Tolo, el Departamento de Estado norteamericano decidió rebajar al mínimo la coordinación de las actividades de la antigua diplomacia afgana en Estados Unidos hasta el punto de que la situación para la embajadora se volvió insostenible.

Documentos recogidos por la cadena afgana recogen no obstante que la misión afgana en Estados Unidos podría seguir disfrutando de cierto margen de actividad, sin llegar a la parálisis total, aunque sí con un alcance muy reducido.

Si bien el embajador adjunto indicó que Estados Unidos solo iba a permitir a la embajadora que trabajara desde casa, «pero no podría desarrollar actividades políticas, como tampoco podrían hacerlo el resto de diplomáticos», los documentos recogidos por Tolo apuntan a «una posible continuación de la misión diplomática en un formato reducido».

Estos documentos no proporcionan una fecha específica para esa reducción y confirman las palabras del embajador adjunto sobre la finalización de la labor de los encargados de la misión diplomática, «excepción hecha del embajador/a».

Analistas consultados por Tolo News entienden la dimisión de la embajadora como un episodio más del proceso de marginación internacional que atraviesan los talibán desde su conquista del país.

«El cierre de las embajadas afganas está creando una brecha entre el Gobierno talibán y el resto del mundo», según el exdiplomático Norulá Raghi, «que va a crear un enorme problema para las nuevas autoridades». Hay que recordar que Adela Raz es la tercera embajadora afgana que abandona el cargo desde la conquista de Kabul, tras los responsables diplomáticos de China y Turkmenistán.

Además, debido a la sanciones que pesan sobre el régimen talibán, los responsables de la Embajada afgana en Washington recuerdan que el sistema financiero de la misión lleva suspendido desde hace cuatro meses, como está ocurriendo con el resto de delegaciones: «Todos los diplomáticos se están enfrentando a los mismos problemas», apunta el exasesor afgano en Estados Unidos Safi Delawar, que cita como ejemplos las misiones en Irán o Italia.

Por contra, el Ministerio de Exteriores talibán suele acoger con satisfacción el cierre de aquellas embajadas designadas por el gobierno anterior del depuesto presidente (y némesis del movimiento) Ashraf Ghani. «Es algo que nos gusta porque las embajadas no suelen cooperar y creemos que intentan aprovecharse de nuestra autoridad», afirma el experto del Centro de Estudios Estratégicos del propio Ministerio, Walihulá Shahin.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D