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EE.UU. y la UE estudian prohibir la importación de petróleo ruso mientras el barril de Brent se dispara

La prohibición de las importaciones de petróleo privaría al Kremlin de una importante fuente de ingresos, pero podría perjudicar a la economía mundial al provocar una subida de precios de la energía

EE.UU. y la UE estudian prohibir la importación de petróleo ruso mientras el barril de Brent se dispara

La prohibición de las importaciones de petróleo privaría al Kremlin de una importante fuente de ingresos, pero podría perjudicar a la economía mundial al provocar una subida de precios de la energía

Estados Unidos está teniendo conversaciones «muy activas» con la Unión Europea (UE) para prohibir la importación de petróleo procedente de Rusia, en un nuevo intento por asfixiar a la economía del país en represalia por la guerra en Ucrania mientras que el precio del Brent se dispara.

Así lo indicó este domingo el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en varias entrevistas de televisión, en las que también explicó que Washington está trabajando con Polonia para enviar más aviones a Ucrania y reveló que Occidente está documentado posibles crímenes de guerra perpetrados por Moscú. El jefe de la diplomacia estadounidense prometió que Washington impondrá nuevas sanciones a Rusia y que dará a Ucrania toda la ayuda necesaria para resistir la invasión rusa.

Tras el anuncio de EE.UU., el precio del petróleo Brent para entrega en mayo se dispara este lunes el 12,25 % en el mercado de futuros de Londres, y supera los 130 dólares (130,21 dólares) por barril, máximos desde el 21 de julio de 2008. El conflicto bélico ha provocado un fuerte alza del precio del crudo que, tras la subida de esta jornada, se aproxima a sus máximos históricos, por encima de los 146 dólares, alcanzados a principios de julio de 2008. Desde el pasado jueves, 24 de febrero, cuando Rusia inicio el conflicto, el Brent ha escalado más de un 34 %.

Embargo a la energía Rusa

En una entrevista con CNN, Blinken dejó claro que Estados Unidos se está planteando seriamente imponer una especie de embargo al petróleo y gas ruso. Explicó que este sábado habló por teléfono sobre ese tema con el presidente estadounidense, Joe Biden, y que Washington está actualmente en conversaciones con sus aliados.

«Estamos ahora -detalló- hablando con nuestros aliados europeos para mirar de manera coordinada a la posibilidad de prohibir la importación de petróleo ruso mientras nos aseguramos de que hay una oferta suficiente de petróleo en los mercados globales. Las conversaciones son muy activas».

Prohibir las importaciones de petróleo privaría al Kremlin de una importante fuente de ingresos, pero podría perjudicar a la economía mundial al provocar una subida de precios de la energía, ya altos de por sí, por lo que los gobiernos occidentales se han resistido a adoptar esa medida por ahora.

Este mismo domingo, el precio de la gasolina en Estados Unidos alcanzó su máximo desde 2008, con un valor medio de 4,009 dólares el galón o 1,057 dólares el litro.

En EE.UU., legisladores demócratas y republicanos han presionado en los últimos días a Biden para que Washington deje de comprar petróleo de Rusia. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha pedido a Biden y al resto de gobiernos occidentales que corten sus lazos energéticos con el Kremlin.

La UE evita comprometerse

La Unión Europea, sin embargo, ha evitado comprometerse con esa medida. En una entrevista con CNN, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, reiteró este domingo su deseo de que Europa deje de depender de Rusia, diversifique sus fuentes de energía y acelere su inversión en energías renovables.

A diferencia de la Unión Europea, EE.UU. tiene capacidad para producir su propio gas y petróleo gracias a la fracturación hidráulica y otras formas de extracción, por lo que solo necesita importar de Rusia aproximadamente un 8% del petróleo que consume, según la Administración estadounidense de Información Energética.

Aviones de Polonia a Ucrania

El otro eje de acción en el que está trabajando actualmente Estados Unidos es el envío de aviones militares de Polonia a Ucrania. El plan, explicó Blinken en las cadenas CBS y CNN, es que Polonia ceda a Ucrania sus viejos cazas de fabricación soviética que los ucranianos saben volar porque son los que usa su Fuerza Aérea y que, para compensar, Washington entregue a Polonia aeronaves más modernas, posiblemente F-16.

La oficina del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, expresó este domingo en Twitter su rechazo a la idea y argumentó que el país ya está ayudando a Ucrania en muchas otras áreas.

Blinken, que se encuentra de viaje en Europa y que justo ayer sábado estuvo en Polonia, dejó claro en la cadena NBC que enviar o no aviones a Ucrania es una «decisión soberana» de Polonia.

Documentar crímenes de guerra

Por último, el tercer eje de acción de Occidente es la documentación de posibles crímenes de guerra perpetrados por Rusia contra civiles ucranianos. En concreto, Blinken dijo este domingo que su Gobierno ha tenido acceso a información «creíble» sobre «ataques deliberados» contra civiles, que podrían ser crímenes de guerra, y explicó que EE.UU. está recopilando pruebas para entregarlas a las organizaciones encargadas de investigar esos delitos.

Por petición de casi 40 países, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) ya abrió esta semana una investigación en Ucrania por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Rusia atacó militarmente hace 11 días Ucrania y comenzó a bombardear las principales ciudades, provocando más de 2.000 civiles muertos, según las últimas cifras del Servicio Estatal de Emergencia ucraniano, y la huida de más un millón de personas, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

Fuente: EFE

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