La ultraderechista Marine Le Pen ha admitido este domingo su derrota frente al liberal Enmanuel Macron en la segunda vuelta de las presidenciales francesas tras conocerse los resultados de los primeros sondeos a pie de urna, pero ha denunciado «métodos desleales» en la campaña de su adversario.
Por otra parte, considera que sus resultados, que según las proyecciones le sitúan por encima del 40% de los votos, «son una victoria en sí mismos», según ha dicho minutos después de la difusión de las primeras proyecciones, cuando ha comparecido ante sus seguidores.
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«Millones de nuestros compatriotas han elegido el campo nacional», ha afirmado Le Pen. «Estamos más determinados que nunca. Esta derrota no puede suponer sino una esperanza, una señal a los dirigentes franceses y europeos que hay un desafío de los franceses», ha añadido, al tiempo que ha llamado a pelear en las legislativas que se celebran en unas semanas.
Le Pen se ha erigido como representante de la Francia «olvidada» y ha tenido palabras de especial agradecimiento para los votantes de provincias y los de ultramar. «Nunca abandonaré a los franceses», ha proclamado.
Se ha comprometido a ser un «contrapoder fuerte» frente a Macron, la «verdadera oposición» en un escenario marcado por la pérdida de apoyo de los partidos tradicionales. En este sentido, espera que haya próximamente «un gran cambio».
El giro ansiado por Le Pen llegaría con las elecciones legislativas, advirtiendo de que «el partido no ha terminado». «Sabemos que ningún patriota puede aceptar que Macron esté presente de forma destructiva», ha dicho, con un mensaje en el que ha llamado a tejer alianzas.