Primera resolución crítica del OIEA con Irán desde 2020: falta de transparencia al hilo de la cuestión nuclear
Que no se haya esclarecido el origen de unas trazas fisibles halladas en tres lugares no declarados como nucleares en la República Islámica, motivo de preocupación
Que no se haya esclarecido el origen de unas trazas fisibles halladas en tres lugares no declarados como nucleares en la República Islámica, motivo de preocupación
La Junta de Gobernadores del OIEA adoptó este miércoles, con amplia mayoría entre sus 35 miembros y por primera vez desde junio de 2020, una resolución crítica con Irán por su falta de transparencia en la cooperación con esta agencia nuclear de Naciones Unidas.
El texto presentado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania expresa su «profunda preocupación» de que pese a intensos contactos entre Irán y el OIEA no se haya esclarecido el origen de unas trazas fisibles halladas en tres lugares no declarados como nucleares en la República Islámica.
Además, hace un «llamamiento» a Irán a que actúe de forma urgente «para cumplir sus obligaciones legales«, en referencia al acuerdo de salvaguardias (controles) que ha suscrito con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En la votación de hoy, 30 de los 35 países de la Junta votaron a favor de la resolución y únicamente China y Rusia votaron en contra, mientras que India, Pakistán y Libia se abstuvieron, informaron a Efe fuentes diplomáticas.
La resolución fue presentada tras el más reciente informe del OIEA sobre Irán, en el que se critica que la falta de transparencia imposibilita que los inspectores puedan dar garantías de que las declaraciones iraníes sobre su programa nuclear son completas y correctas.
Irán reaccionó de forma preventiva a la resolución y anunció horas antes del voto que desconectará dos cámaras de vigilancia del OIEA en una instalación nuclear.
Teherán asegura que las trazas, cuyo origen quiere conocer el OIEA, se deben a un sabotaje -supuestamente de Israel, su principal enemigo en Oriente Medio-, una explicación que el propio director general de la agencia nuclear, Rafael Grossi, calificó esta semana como «técnicamente no creíble».
La vigilancia electrónica de las actividades nucleares de Irán se encuentra limitada desde febrero de 2021, cuando Irán decidió cortar el acceso en directo de los datos para los inspectores.
Desde entonces, los datos de las cámaras solo se almacenan en discos duros, que en caso de que se restaure el acuerdo nuclear internacional de 2015 (JCPOA, por sus siglas en inglés) podrán ser analizados por los inspectores para reconstruir las actividades nucleares de Irán.
El portavoz de la Asociación de Energía Atómica de Irán (AEAI), Behruz Kamalvandí, justificó el apagado de las cámaras al considerar que el OIEA no ha considerado la “buena voluntad” de Teherán en su colaboración con el organismo de la ONU, al que acusa de «tener una agenda política».
Kamalvandí, quien supervisó personalmente el apagado de las cámaras, advirtió además de que Irán puede «tomar más medidas» si continúa la «mala voluntad» del OIEA.
Al mismo tiempo, la AEAI aseguró que continuarán funcionando el 80 % de las cámaras del OIEA en sus instalaciones nucleares.
«El director general del OIEA puede imaginar que un país extenso como Irán es propenso a la contaminación en áreas remotas por sabotaje humano», afirmó ayer Kamalvandí.
El choque entre Teherán y el OIEA y los países occidentales de la Junta llega con las negociaciones para salvar el JCPOA paralizadas desde mediados de marzo.
El pacto nuclear JCPOA limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de sanciones, pero en 2018 el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, lo abandonó y volvió a imponer sanciones a Irán.
Teherán respondió un año después con la aceleración de sus esfuerzos nucleares y el enriquecimiento de uranio.
Según el último informe del OIEA de este mismo mes, Irán tiene ya más de 3.800 kilos de uranio enriquecido en diferentes formas y purezas, que van desde el 5 % hasta el 60 %, un nivel cercano al que se requiere para producir armas atómicas (90 %).
Fuente: EFE