Cuatro activistas saharauis denuncian ante la ONU que fueron condenados por Marruecos con confesiones obtenidas bajo tortura
Varias ONG han instado a Marruecos a «respetar las decisiones del Comité Contra la Tortura» y liberar a todos los presos condenados en base a confesiones obtenidas bajo tortura
Los activistas saharauis Mohamed Lamine Haddi, Hasán Dah, Abdelmula el Hadi y Mohamed Bani han elevado denuncia ante el Comité Contra la Tortura de la ONU, con sede en Ginebra, por sus condenas impuestas por las autoridades marroquíes basándose en confesiones obtenidas bajo torturas, informa Europa Press.
Según la denuncia, «los demandantes fueron obligados a firmar confesiones bajo tortura, es decir, violencia física y psicológica o incluso sexual aplicada intencionadamente por las fuerzas de seguridad marroquíes».
La denuncia ha sido presentada el 9 de junio con el apoyo del Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR), Acción de los Cristianos por la Abolición de la Tortura-Francia (ACAT Francia), la Liga para la Protección de los Presos Políticos Saharauis en las Prisiones Marroquíes (LPPS) y de Julie Baleynaud y Laurence Greig, que han preparado durante más de un año las denuncias de estos casos de «graves torturas» atribuidas a las autoridades marroquíes.
Estos organismos han instado a Marruecos a «respetar las decisiones del Comité Contra la Tortura» y liberar a todos los presos condenados en base a confesiones obtenidas bajo tortura y garantice su derecho a reparación.
«Estas denuncias simbolizan la esperanza de reconocer las torturas sufridas en violación de los compromisos internacionales de Marruecos», han apuntado las organizaciones en un comunicado conjunto.
Marruecos, «autoproclamado defensor de los derechos humanos y partidario de la Convención Contra la Tortura, ha recurrido sin embargo sistemáticamente a la tortura en general y contra los militantes saharauis en particular», según esta fuente.
Estos activistas, «continúan siendo sometidos, a diario, a actos de tortura y tratos inhumanos y degradantes» y algunos son mantenidos en aislamiento durante años, Mohamed Lamine Haddi, quien está en aislamiento desde hace cinco años. Las familias «siguen siendo víctimas de espionaje y amenazas, pero se movilizan a pesar de todo», han subrayado.