Salen a la luz los 'Twitter Files': así censuró la red social la información sobre los presuntos escándalos de Hunter Biden
Correos internos de la compañía muestran cómo la tecnológica trató de tapar una exclusiva del New York Post sobre el hijo de Joe Biden
Correos internos de la compañía muestran cómo la tecnológica trató de tapar una exclusiva del New York Post sobre el hijo de Joe Biden
Todo empezó, como no podía ser de otra manera, con un mensaje del nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, en la citada red social. «Esto va a ser increíble», escribió este viernes el magnate en su cuenta acompañando el mensaje de un icono de un cartón de palomitas.
Lo que siguió al críptico anuncio del nuevo CEO de la red social fueron una serie de revelaciones sobre cómo Twitter redujo casi por completo la difusión de una exclusiva del New York Post sobre escándalos que afectaban a Hunter Biden, segundo hijo del presidente estadounidense. Las informaciones sobre el modo de proceder de los entonces responsables de la tecnológica ya han sido bautizadas con el nombre de Twitter Files, los Archivos de Twitter.
El responsable de la publicación de la exclusiva sobre el papel que Twitter jugó en la ocultación de las informaciones sobre Hunter Biden ha sido el periodista Matt Taibbi, que ha resumido el episodio en un hilo de 37 tuits. Taibbi explicó que su trabajo de investigación se había basado en «miles de documentos internos» obtenidos a través de «fuentes en Twitter». En este sentido, y aunque no ha habido una confirmación oficial al respecto, la difusión que Musk ha dado a la publicación de los Twitter Files hace pensar que el nuevo director ejecutivo ha podido estar involucrado o al menos haber dado su visto bueno a la filtración.
El periodista comienza describiendo cómo, con los años, la compañía fue poniendo en marcha diversas iniciativas para combatir el spam y las estafas financieras. Estos controles, sin embargo, se extendieron al ámbito político en un sistema que Taibbi define como «no equilibrado». Para ello, el informador adjunta una tabla en la que se recogen las donaciones de empleados de Twitter dirigidas al Partido Demócrata y al Republicano: las contribuciones a la formación de Joe Biden superan el 96%.
Este sesgo, continúa Taibbi, quedó de manifiesto cuando el New York Post publicó una serie de informaciones basadas en correos sacados del portátil perdido de Hunter Biden. El periódico concluía que Hunter presentó a su padre, entonces vicepresidente de Estados Unidos, a un ejecutivo de Burisma Holdings, una empresa ucraniana de energía. Según el tabloide neoyorkino, apenas unos meses después, Joe Biden presionó al Gobierno ucraniano para que cesara a un fiscal que estaba investigando a la compañía. El resultado de ese presunto favor se tradujo en la entrada de Hunter Biden en la junta de Burisma Holdings y en el pago de un salario de 50.000 dólares mensuales.
Además de sus tratos en Ucrania, otra cadena de e-mails apuntaban a que la empresa china CEFC se granjeó el «apoyo e influencia» del vicepresidente Biden a cambio de una serie de beneficios económicos para su hijo. Por último, documentos encontrados en el disco duro también señalaban la relación comercial entre Hunter y la exmujer del alcalde Moscú, Yelena Baturina, quien supuestamente pagó al hijo del entonces vicepresidente unos 3 millones y medio de dólares en 2014.
Twitter corre un tupido velo
Pero lo que Taibbi ha destapado no son en sí los supuestos escándalos de los Biden, sino la actitud corporativa por parte de Twitter ante la exclusiva del Post, publicada apenas diez días antes de las elecciones presidenciales de 2020. El periodista resume la política de la red social afirmando que «Twitter tomó medidas extraordinarias para suprimir la historia, eliminando enlaces y añadiendo advertencias de que podían ser ‘inseguros'». Taibbi apunta incluso a que la tecnológica bloqueó la posibilidad de compartir el artículo por mensaje directo, una limitación «reservada a casos extremos, como la distribución de pornografía infantil».
En su hilo, el periodista detalla los pasos que dio Twitter para contener la historia, incluido el bloqueo de la cuenta de la portavoz de la Casa Blanca (que todavía estaba en manos republicanas), Kaleigh McEnany, así como una serie de mails donde altos ejecutivos de la red social discuten sobre qué hacer ante la exclusiva del Post. Uno de ellos, Trenton Kennedy, encargado de la política de comunicación, reconocía en un correo que estaba «encontrando dificultades para entender en qué nos basamos para categorizar esto [la noticia del Post] como inseguro».