El aeropuerto de Berlín cancela todos sus vuelos por la huelga de sus trabajadores
Los empleados buscan una mejora de 500 euros en sus salarios. La última vez que se produjo una situación similar fue en 2018, durante un paro general
Un hombre con mascarilla en el aeropuerto de Berlín. | Christoph Soeder (Zuma Press)
Alemania ha cancelado o reprogramado todos los vuelos con origen o destino al aeropuerto de Berlín que estaban previstos para este miércoles debido a una huelga laboral prevista de un día de duración.
Unos 35.000 pasajeros tenían previsto pasar por el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo en unos 300 vuelos durante la jornada del miércoles. Las compañías aéreas han pospuesto algunos vuelos al jueves y desviado varios vuelos a los aeropuertos de Dresde y Leipzig. Otros pasajeros han sido reubicados en trenes.
El sindicato Verdi ha hecho un llamamiento a los trabajadores del aeropuerto, el personal de seguridad y el personal de tierra para que abandonen sus puestos de trabajo. Se prevé que el paro afecte a los Bomberos del aeropuerto, las operaciones de repostaje, la manipulación de equipajes y los mostradores de facturación de pasajeros.
El aeropuerto de Berlín, parado por mejores salarios
El sindicato reclama aumentos salariales de 500 euros al mes para los empleados de la empresa aeroportuaria y los servicios de asistencia en tierra en un convenio colectivo de doce meses. La patronal ha presionado en las negociaciones para conseguir un contrato mucho más largo.
Verdi ha convocado a los trabajadores en huelga a un piquete frente a la terminal principal del aeropuerto a partir de las 8 de la mañana, con una concentración prevista para las 10 de la mañana, en la que esperan hasta 1.500 participantes.
La última vez que los disturbios laborales en Alemania cancelaron tantos vuelos se produjo durante una gran huelga nacional en abril de 2018. Cientos de vuelos en todo el país fueron cancelados después de que decenas de miles de trabajadores municipales y del gobierno federal abandonaran el trabajo.
Esa huelga también afectó al transporte público, guarderías, clínicas de salud, oficinas administrativas gubernamentales y piscinas públicas en muchas partes de Alemania.
