Los factores del éxodo parisino: viviendas por las nubes y un creciente sentimiento de inseguridad
Entre 2014 y 2020, la capital francesa pierde de media unos 12.000 habitantes al año
Entre 2014 y 2020, la capital francesa pierde de media unos 12.000 habitantes al año
Una vivienda todavía inaccesible para muchas familias y un creciente sentimiento de inseguridad figuran como dos de los factores del éxodo parisino: entre 2014 y 2020, la capital francesa pierde, de media, unos 12.000 habitantes al año.
«Todas las familias que tienen más de un hijo automáticamente quieren irse», constata en declaraciones a EFE Frédéric Benoist du Sablon. Este parisino de 43 años, casado y padre de dos niñas, se mudó en 2021 a Burdeos, a dos horas en tren de alta velocidad de la capital.
Como la familia de Benoist du Sablon hay miles al año, con destino a ciudades como Nantes o La Rochelle (oeste) o a la periferia parisina. Buscan una vivienda más espaciosa por una cuantía asequible (actualmente el precio medio del metro cuadrado parisino es de unos 10.000 euros), más espacios verdes y una menor contaminación.
El covid y la posibilidad de teletrabajar han acelerado este movimiento. «Yo trabajo en una productora y vengo una vez cada dos semanas», señala el nuevo residente de Burdeos, muy satisfecho del cambio.
Entre 2014 y 2020 (último periodo analizado por el Instituto Nacional de Estadística), París ha menguado el 3,4% de su población. Actualmente, son 2,14 millones de habitantes los que oficialmente residen en la ciudad más densa de Europa (unos 20.000 por kilómetro cuadrado).
Según el demógrafo Jean-François Dumont, no solo es el precio de la vivienda, algo que no es novedoso, lo que incita a irse de la capital gala. Aunque las estadísticas no apuntan a un recrudecimiento en los dos últimos años (marcados por las restricciones del covid), el sentimiento de inseguridad de los parisinos es cada vez más acuciante.
«Consideran que cada vez hay más delitos y, cada vez es más complicado salir en ciertos barrios, hay policías que acompañan a madres e hijos a algunas escuelas (de barrios del norte de París azotados por el tráfico de crack)», asevera Dumont.
A ello, se une la caída general de la fecundidad, «el deterioro» del transporte público, sobre todo los metros y cercanías, y una promoción, por parte del Ayuntamiento de Anne Hidalgo, del patinete eléctrico que «ha provocado un buen número de accidentes» y de los carriles bicis, que «atascan» el tráfico rodado. «La ciudad es menos apreciada ahora que hace 20 años, en cuanto pueden, las personas se van», refiere Dumont.
Acusada de agravar la despoblación y gentrificación de la ciudad, Hidalgo no entiende el goteo de habitantes como un fenómeno aislado. «Esa disminución de habitantes es una tendencia nacional, más visible en las grandes ciudades porque la gente necesita espacio», se justificó la regidora en una reciente entrevista en Le Parisien, en la que reconoce que la capital gala «siempre ha sido de paso y de gente que reside en régimen de alquiler».
«Una residencia en propiedad para la jubilación»
Aunque el número de viviendas sociales en París, normalmente en régimen de alquiler, es elevado (el 25% de todo el parqué) y existe un tope para los arrendamientos en mercado libre, muchas familias de clase media buscan tener en propiedad un piso.
«Nos gustaría ser propietarios y disfrutar de más espacio con un jardín para nuestra hija. Tener una casa propia es importante además en vistas a la jubilación, porque nuestros ingresos caerán», cuenta a EFE Emmanuel G., funcionario público y residente en el este de París.
Con su hija de 5 años y su mujer, anhelan irse a Bretaña o a las afueras de París. De hecho, las conocidas como Banlieue (centenas de localidades satélites) son el destino predilecto de los que se marchan de la capital. El área metropolitana de París, estimada en unos 10 millones, ya supera en cinco veces la población de la ciudad del Sena.
Otro preocupante efecto del éxodo parisino se deja notar en las escuelas. Entre 2020 y 2022, la ciudad ha perdido unos 10.000 alumnos de hasta 12 años, en torno al 4% de los estudiantes matriculados de esa edad.
Fuente: EFE