EEUU envía bombas de racimo a Ucrania alegando que son para «defenderse» de Rusia
Zelenski promete una respuesta «contundente» contra Moscú
El Gobierno de Estados Unidos ha confirmado este viernes que entregará bombas de racimo a las Fuerzas Armadas ucranianas, una decisión que reconoce «difícil» pero que ha defendido alegando que ha sido consultada con los países aliados y que servirá a Ucrania para «defenderse» de la ofensiva iniciada por las tropas rusas en febrero de 2022.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha anunciado un compromiso que choca con los avisos de Naciones Unidas y que contraviene una convención internacional que prohibe el uso de este tipo de armamento, de la que ni Estados Unidos ni Ucrania son parte. Entiende, de hecho, que los países firmantes de dicho tratado «no pueden apoyar formalmente» este paso.
Sin embargo, según Sullivan, estos mismos países sí «entienden» la decisión, ya que «reconocen la diferencia entre el hecho de que Rusia use sus municiones de racimo para atacar Ucrania y que Ucrania las use para defenderse».
«No dejaremos a Ucrania sin poder defenderse en este momento del conflicto, punto», ha sentenciado el asesor, incidiendo en que son las autoridades ucranianas quienes deciden dar este paso y utilizar este tipo de armas en su propio territorio.
También ha establecido diferencias entre las municiones que dispara Rusia, que tienen «tasas de fallo de entre el 30 y el 40%», y el material que suministrará ahora Estados Unidos, con un nivel de error «inferior al 2,5%».
Sobre el riesgo que supone para la población civil, especialmente por el material que no explote en el momento del disparo, Sullivan ha reconocido que es una posibilidad, pero ha incidido en que los ucranianos también corren peligro si las fuerzas rusas ganan terreno y Ucrania «no tiene suficiente artillería» con la que hacer frente a este avance.
Las características específicas de este tipo de bomba, que se divide en submuniciones una vez lanzada, hacen que tenga un impacto indiscriminado en la zona donde se arrojan, al tiempo que las convierten en una amenaza a largo plazo para los civiles e inutiliza áreas para su utilización con fines agrícolas o ganaderos.
Según la Coalición de las Bombas de Racimo, que aglutina a decenas de ONG, el 97% de las víctimas de estos remanentes explosivos en 2021 eran civiles, dos terceras partes de ellos niños. Ya antes del anuncio estadounidense, este grupo había denunciado el uso de este tipo de armamento en el marco de la guerra en Ucrania, principalmente por parte de las fuerzas rusas pero también de las ucranianas.