Un videojuego se convierte en el gran coladero de filtraciones de secretos militares
El multijugador ‘War Thunder’ está convirtiéndose en un quebradero de cabeza para ejércitos de todo el mundo
No es la primera vez que ocurre. Ni la segunda. Ni la tercera. Ya van 13, que se sepa, al menos en el juego War Thunder. Secretos militares de alto nivel, documentos clasificados, o restringidos que aparecen en los foros de sus jugadores y participantes. La situación vuelve locos a los encargados de la seguridad de varios ejércitos, fabricantes, y los usuarios de los sistemas de discretas características que ahora son de público conocimiento.
War Thunder es un juego en línea multijugador en el que los participantes simulan combates con tanques, aviones y barcos de guerra. La premisa del juego es que sea lo más realista posible: si estás volando, por ejemplo, en un Harrier y disparas un misil AIM-20 en el juego, deberías tener que hacerlo igual que un piloto del mundo real, y ocasionar el mismo efecto que es capaz de producir este proyectil. Para crear ese nivel de realismo, al parecer, algunos jugadores no tienen reparos en compartir información que en teoría solo debería estar al alcance de los pilotos reales que vuelan esos aparatos y disparan esos misiles reales.
Materia reservada
La primera pregunta es: ¿cómo han llegado hasta ahí? Los jugadores del War Thunder compiten en un adictivo videojuego de guerra, y muchos llevan mal lo de perder. Según los conocedores, el grado de realismo es bastante bueno, aunque a veces falla en detalles muy menores que los usuarios reales de las armas virtuales conocen muy bien. La búsqueda de precisión ha llevado a varios usuarios a intentar ganar argumentos en los foros del juego, compartiendo información delicada sobre una variedad de armamentos.
Los manuales de vuelo del avión furtivo F-117, el F-16 Fighting Falcon, el F-15E Strike Eagle o el Eurofighter Typhoon han sido expuestos en público cuando son materia reservada o limitada a un grupo de usuarios militares y ejércitos muy restringido. No queda ahí la cosa, sino que también hay casos relacionados con los tanques Leclerc franceses o los Challenger ingleses. En junio de 2022, un jugador chino que manejaba un tanque virtual publicó las características de municiones. En ellas mostraba lo que el juego no reflejaba con precisión en caso de que uno de esos blindados llegara a enfrentarse a uno estadounidense, británico, francés, alemán o israelí en combate.
En el caso del Eurofighter Typhoon DA7, el documento de 730 páginas enlazado a una dirección de Google Drive, estuvo fácilmente disponible para la mayoría de los usuarios durante el tiempo que los moderadores del foro decidieron eliminarlo. El problema es que esta información está embargada para los países no pertenecientes a la OTAN. En el momento en que se publica en una fuente abierta, traspasa todas esas reglas. En el caso del F-117 Nighthawk fue un caso similar, con documentos adquiridos legalmente, pero restringidos bajo ciertas circunstancias.
Pataletas ‘online’
El caso del F-16 es bastante revelador de los porqués. Varios asistentes al foro, —foreros, en la jerga de Internet—, se enzarzaron en una discusión ante una serie de maniobras, utilización virtual del aparato, y el resultado de la acción. Entonces, y para zanjar la disputa, el usuario spacenavy90 filtró archivos oficiales propiedad del gobierno estadounidense relacionados con la aeronave a modo de respuesta. En ellos se detallaba el proceso concreto que un F-16 sigue para disparar un misil AMRAAM. Los moderadores corrieron a retirar el documento, pero estuvo online un buen rato. Acto seguido, en el foro se discutió acerca del grado de discreción que requería ese documento. Al parecer no estaba muy actualizado, y con el paso del tiempo, pueden pasar a tener un grado distinto.
Bastante más claro es el del caso que concierne al helicóptero de ataque Apache AH-64 Longbow. Un usuario llamado BarteG98PL publicó el manual técnico de esta aeronave. Al parecer, en el documento filtrado se puede leer claramente una advertencia que no deja lugar a dudas: «Solo para el DoD —Departamento de Defensa— y contratistas del DoD». El Departamento de Defensa es el equivalente estadounidense al Ministerio de Defensa.
Alerta temprana
Niche Gamer, un sitio web de noticias y reseñas de videojuegos, fue el primero en informar que un jugador compartió este manual técnico. El Apache es un helicóptero de ataque que está en servicio en varios ejércitos repartidos por todo el planeta. Su producción comenzó en los años 80, y el modelo de cuyo manual se hizo público es de 1997. El AH-64E es la versión más reciente del helicóptero, y su manual técnico está restringido a miembros del servicio, civiles del Departamento de Defensa y contratistas militares, lo que significa que publicarlo violó las reglas de War Thunder. Estas reglas explican que incluso la información desclasificada puede considerarse «restringida» si incluye datos técnicos sobre tecnologías militares que no pueden exportarse.
Anton Yudintsev, fundador de Gaijin Entertainment —la compañía creadora del videojuego—, confirmó que el manual técnico del AH-64D Apache Longbow se compartió en un foro de War Thunder el pasado 15 de septiembre, y a los pocos minutos un moderador eliminó rápidamente la publicación. A donde puede haber llegado, quien dispone de él, o si alguien se lo ha descargado es toda una incógnita, pero países como China, Rusia o Irán pagarían una fortuna por una copia del documento.
Información confidencial a la venta
De forma bastante curiosa, muchos de estos manuales, libros de instrucciones, y guías de manejo y reparación, son accesibles para el internauta medio. Hay webs que los tienen a la venta y que son de acceso sin mucha dificultad. No se sabe muy bien si los usuarios que los colgaron en el foro de War Thunder son militares con acceso a ellos de manera directa, o fueron jóvenes que desde su casa los adquirieron en este tipo de web para demostrar sus teorías en el videojuego.
El propio Yudintsev ha declarado que algunos usuarios los compran y tratan de entregárselos para que implementen su información en los patrones de juego y algoritmos de su motor. Sus diseñadores suelen rechazar los ofrecimientos y aducen que tal y como está explicitado en los términos de uso, esos documentos están claramente marcados como restringidos. Lo único que pueden hacer es rechazarlos, y pedir a los usuarios que no los usen, pero poco más.
De momento, el único ejército que se ha pronunciado al respecto es el estadounidense, y resulta obvio que no le ha gustado. Consideran que cualquier divulgación no autorizada de información clasificada o sensible es una seria amenaza para la seguridad nacional. Es algo que el ejército y el Departamento de Defensa se toman muy en serio. Cualquier fuga de información de este tipo podría dinamitar las regulaciones al respecto, que caen entre las de Tráfico de Armas. Compartir datos técnicos militares con un ciudadano extranjero se considera una exportación. Para que sea legal, esas exportaciones requieren una licencia. Por esa razón, cada día apuestan más por la ciberseguridad, y esta es una rendija por la que se les puede escapar mucha información crítica. Al otro lado, los servicios de información de países enemigos sonríen, mientras juegan a la guerra, al menos en sus pantallas.