Cristina Fernández insulta con una peineta a los ciudadanos que la abucheaban en el Congreso
La ya exvicepresidenta argentina se dirigió de esta forma a sus críticos en la toma de posesión de Milei
Peineta de Cristina Fernández.
La vicepresidenta saliente del Gobierno de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se ha despedido del poder en el país dedicando una peineta a los ciudadanos críticos que han acudido a la toma de posesión del nuevo presidente, Javier Milei, para pitarla y reprender su figura. Posteriormente fue la encargada de hacer prestar el juramento al nuevo mandatario, que asegura que pondrá fin al ‘kirchnerismo’ que representaba el Ejecutivo liderado por Alberto Fernández, anterior presidente.
Todo ha sucedido a su llegada al Congreso de la nación, donde se ha celebrado la toma de posesión de Milei. Kirchner ha saludado a alguno de los asistentes, pero según ha avanzado hacia la puerta de la cámara, ha alzado la mano derecha y ha mostrado el dedo corazón a algunos asistentes críticos, gesto comúnmente conocido como «hacer una peineta» y que se considera un insulto.
Posteriormente se la ha visto mostrarle el Congreso al nuevo presidente y cumplir con su papel como ya expresidenta de la Cámara. Quien ha estado solo el tiempo indispensable ha sido Alberto Fernández, que se ha marchado cuanto antes.
Milei, nuevo presidente de Argentina
El ultraliberal Javier Milei ha jurado su cargo este domingo como presidente de Argentina en una ceremonia celebrada en la escalinata de la sede del Congreso en Buenos Aires en la que ha planteado su propuesta de plan de choque para la economía que, según ha reconocido él mismo, provocará que «de corto plazo la situación empeorará», aunque sentará las bases de la «reconstrucción del país».
«Hoy comienza una nueva era en Argentina», ha proclamado en su discurso de investidura, con el que pretende poner fin a «cien años de despilfarro de la clase política». Para ello, plantea «un nuevo contrato social» para construir un país «en el que el Estado no dirija nuestras vidas sino que vele por nuestros derechos», un nuevo camino de «reconstrucción».
El discurso, con un marcado carácter económico, ha cargado en particular contra el kirchnerismo y sus datos macroeconómicos, con un déficit público del 17 por ciento del PIB. «Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros», ha aseverado Milei. «Hoy mismo la inflación ya viaja a un ritmo que oscila entre el 20 y 40 por ciento mensual. El Gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación. Es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe», ha dicho.
«La solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PIB, que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado», además del combate férreo de la inflación. «No hay posibilidad de un gradualismo. No hay solución alternativa al ajuste», ha remachado. «De corto plazo la situación empeorará», ha reconocido. Este planteamiento «impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes», ha explicado. «Luego, veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo cambiado las bases de un sistema sólido», ha destacado.
