Familiares de rehenes acampan frente a la casa de Netanyahu y piden que llegue a un acuerdo
Los manifestantes muestran pancartas que dicen «amamos a nuestros hijos más de lo que odiamos a Hamás»
Un grupo de familiares de rehenes secuestrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y numerosos manifestantes han acampado este domingo por la noche a las afueras de la residencia privada del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para pedirle que acepte un acuerdo con la milicia palestina que permita la liberación de aquellos que siguen retenidos en la Franja de Gaza.
El portavoz de la protesta, organizada por el Foro de Familiares Secuestrados y Desaparecidos, ha expresado que permanecerán allí hasta que «el primer ministro acepte llegar a un acuerdo para la vuelta de todos los rehenes«, según ha publicado el diario israelí ‘The Times of Israel’.
Estos manifestantes, que han mostrado pancartas en las que se lee «amamos a nuestros hijos más de lo que odiamos a Hamás«, se han presentado ante la residencia de Netanyahu después de que este último advirtiese de que ceder a las demandas de la milicia islámica sería una «rendición».
En ese sentido, el primer ministro israelí ha recordado que ya han sido liberadas 110 personas y ha prometido traer de vuelta al resto de rehenes, cifrados en torno a 130, y que rechaza cualquier acuerdo que implique «el fin de la guerra, la salida de nuestras fuerzas de Gaza y la liberación de todos los asesinos y violadores de las (fuerzas) Nujba y dejar a Hamás intacto», postura que ya ha trasladado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Asimismo, ha expresado que si no se logra una «victoria total» en la que la Franja acabe desmilitarizada y cuya seguridad dependa de Israel pronto habrá otro «7 de octubre», en referencia al ataque de Hamás que dejó 1.200 muertos y 240 rehenes. Además, ha vuelto a negar la creación de un Estado palestino por suponer un «peligro existencial» para Israel.
La actual ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, en respuesta al asalto del 7 de octubre, ha dejado ya más de 25.000 palestinos muertos, a los que se suman casi 360 fallecidos por el aumento de las operaciones de las fuerzas de seguridad y de los ataques de colonos israelíes en Cisjordania y en Jerusalén Este.