La ofensiva rusa en Járkov (Ucrania) empuja a 14.000 personas a abandonar sus hogares
El Gobierno ucraniano tiene constancia de unas 9.000 evacuaciones aunque la ONU aumenta en 5.000 esta cifra
La apertura de un nuevo frente de guerra en la región ucraniana de Járkov ha empujado a 14.000 personas a abandonar sus hogares, según estimaciones «conservadoras» de la ONU, que ya trabaja para brindar asistencia humanitaria a todos estos desplazados y evacuados.
El Gobierno ucraniano tiene constancia de unas 9.000 evacuaciones, pero estos datos únicamente evalúan aquellos traslados efectuados con el apoyo de ONG o grupos locales. La estimación de la ONU aumenta en 5.000 esta cifra, pero «creemos que pueden ser muchísimos más», como reconoce a Europa Press un responsable de la organización, Saviano Abreu.
Sólo el miércoles, a la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarias (OCHA) le consta que más de 350 personas fueron evacuadas de manera organizada y otras 800 personas que habían abandonado sus hogares por sus propios medios recibieron asistencia, según un informe difundido este jueves.
La situación, añade Abreu, es «preocupante», en la medida en que la mayoría de estas víctimas aún se están «recuperando» de anteriores situaciones de conflicto. Huyen «por sus vidas» y sin posibilidad de proveerse de sus propios recursos, por lo que este responsable incide en que «la ayuda humanitaria ahora mismo es muy importante».
Las organizaciones que facilitan las evacuaciones coordinan el transporte, distribuyen ayuda en los lugares de tránsito y buscan alojamiento para estas personas en centros colectivos. Muchos llegan de localidades aledañas a la frontera y recalan en la capital regional, también objetivo de ataques en estos últimos días.
La región de Járkov es, además, una de las que más está sufriendo ahora los cortes del suministro eléctrico, derivados de los bombardeos lanzados por las Fuerzas Armadas rusas sobre infraestructuras críticas. Abreu avisa de que se trata de un problema «grave» que afecta a corto plazo, en un mayo con temperaturas más bajas a las habituales de la época, y «preocupa muchísimo» con vistas al próximo invierno. «El déficit energético ya es demasiado grande y ahora los nuevos ataques que hacen la situación todavía peor», señala.