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La ofensiva sorpresa de Ucrania en Kursk obliga a Rusia a desalojar a 130.000 civiles

La incursión comenzó el pasado martes y es la primera campaña en suelo ruso desde el inicio de la guerra en 2022

La ofensiva sorpresa de Ucrania en Kursk obliga a Rusia a desalojar a 130.000 civiles

Un edificio de apartamentos dañado, según Rusia, por el lanzamiento de un misil ucraniano en Kursk (Rusia). | Reuters

A Vladimir Putin se le complica la guerra, todavía más. El avance de las tropas ucranianas en suelo ruso ha obligado a Moscú a desalojar a 130.000 civiles de las ciudades fronterizas de Kursk y Bélgorod. Este mismo lunes, 11.000 nuevas personas han sido realojadas ante el imparable avance de las tropas del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. La incursión ucraniana, la primera en suelo enemigo desde que se iniciara el conflicto en febrero de 2022, comenzó el pasado martes. Los efectivos se adentraron varias decenas de kilómetros en el país vecino. Hoy aseguran controlar 28 localidades donde viven unas 2.000, y el frente de combate alcanza los 40 kilómetros de ancho, según ha afirmado el gobernador de Kursk, Alexei Smirnov.

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksander Sirski, ha asegurado este lunes que controlan ya unos 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso. «En estos momentos unos 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso está bajo control de las Fuerzas Armadas», ha destacado en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Telegram.

El militar explica que continúan con las «operaciones ofensivas en el territorio de la región de Kursk». «El combate continúa prácticamente en todo el frente. La situación está bajo control», ha indicado durante una reunión con altos mandos en la que también participaba el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

El gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, ha señalado durante una reunión con Putin que las fuerzas ucranianas han logrado «profundizar» en su operación y han llegado ya a 12 kilómetros de la frontera, mientras que el frente de combate se extiende a lo largo de 40 kilómetros de ancho. Smirnov, que ha tildado la situación militar de «difícil», ha aclarado que los ataques de las últimas horas han dejado a su vez 121 heridos, mientras que sitúa la cifra de evacuados a causa de los combates en unos 120.000, según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias Interfax. Por el momento, se desconoce el número exacto de muertos que ha provocado este nuevo frente.

Muchos de los desplazados han sido acogidos por familiares y amigos, mientras que otros se encuentran en centros de desplazamiento temporal del Gobierno, que dispone de 60 refugios de este tipo. De estos 60 centros, al menos 26 se encuentran en Kursk, según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias TASS. «Para evacuar a las personas de la zona se utiliza el transporte por carretera y por ferrocarril. Se ha formado una unidad de autobuses, que también servirá para evacuar a los ciudadanos a zonas seguras», han explicado las autoridades.

La ofensiva de Kiev ha pillado por sorpresa al Kremlin, igual que lo hizo la resistencia del país vecino a ser invadido al inicio del conflicto. Putin ha impuesto el estado de emergencia en tres regiones (Kursk, Bélgorod y Briansk). El presidente ruso ha subrayado este lunes que los atacantes «tienen que ser expulsados» y ha acusado a Ucrania de querer «intimidar a la sociedad rusa» y sembrar inestabilidad en Rusia. Para el líder ruso, Kiev pretende ganar una baza de cara a unas eventuales negociaciones de paz.

Al tiempo que se ve obligado a reformular su estrategia, Putin ha asegurado este lunes que habrá una «respuesta digna» de las fuerzas rusas a la ofensiva. El presidente ha celebrado una reunión con altos cargos de seguridad en la que ha estado presente el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Gerasimov, no ha descartado la posibilidad de nuevos ataques ucranianos en las regiones fronterizas.

Acusa a Ucrania de «terrorismo»

«El enemigo seguirá intentando desestabilizar la situación para sacudir la situación política interna de nuestro país», ha indicado Putin, agregando que las fuerzas rusas «deben estar preparadas» para nuevos ataques, especialmente en la región de Briansk. En este sentido, ha reiterado que el principal objetivo ahora es «expulsar al enemigo» de sus territorios y «garantizar» la seguridad en la frontera estatal. Según Putin, la nueva ofensiva de Kiev busca frenar el avance de las tropas rusas sobre la región del Donbás.

Por otro lado, Putin ha descartado llevar a cabo negociaciones con Ucrania para poner fin a la guerra y ha afirmado que Kiev busca «fortalecer su posición» al respecto con la incursión de Kursk, según ha recogido la agencia de noticias TASS. «¿Pero de qué tipo de negociaciones podemos siquiera hablar con personas que atacan indiscriminadamente a civiles, infraestructuras civiles o intentan crear amenazas en las instalaciones de energía nuclear?», se ha preguntado.

El mandatario ruso ha hecho así una referencia al incendio que se ha producido durante el fin de semana en una de las torres de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia, que se encuentra en la parte de Ucrania bajo control ruso. El presidente de Ucrania ha culpado a Moscú de provocar las llamas, mientras que la empresa estatal de energía nuclear rusa, Rosatom, ha aseverado que «dos impactos de drones ucranianos» han causado el incendio dentro de la estructura.

Ls Fiscalía rusa señala a dos mandos ucranianos

Mientras tanto, la Fiscalía de Rusia ha denunciado este lunes por delitos de terrorismo a dos altos mandos de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Los señalados por la Fiscalía rusa son los comandantes Vladimir Pipko y Emil Ishkulov, «sospechosos de actos de terrorismo, asesinato e intento de asesinato», detalla la portavoz de la Fiscalía, Svetlana Petrenko, a la agencia TASS.

Petrenko señala que son sospechosos de haber dirigido ataques selectivos contra población e infraestructura civiles y pone como ejemplo un caso en el que un grupo de personas fue blanco de un dron ucraniano cuando evacuaban el monasterio de San Nicolás Gornalsky, en el distrito de Sudzhansky, dejando al menos un muerto.

Como consecuencia de los últimos ataques ucranianos, al menos doce personas han muerto y más de un centenar han resultado heridas. La ofensiva, que se remonta a principios de agosto, ha provocado ya más de 120.000 desplazados. Si bien Ucrania ha estado golpeando las áreas fronterizas desde hace meses, es la primera vez que ha avanzado a través de territorio ruso.

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