De borrachera y con Zelenski dando la orden: así se habría gestado el ataque al Nord Stream
La operación, que tuvo un coste de unos 300.000 dólares, fue financiada por empresarios privados
El ataque a los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico ha estado envuelto en la polémica y la niebla durante casi dos años. Pero, los últimos datos desvelados por la prensa internacional señalan directamente a Ucrania y al presidente Volodímir Zelenski. El sabotaje se habría gestado en una noche de borrachera y con el propio presidente ucraniano autorizando la operación.
Así lo recoge un reportaje de The Wall Street Journal, que se publica un día después de que se hiciese público que las autoridades alemanas buscan a un instructor de buceo ucraniano como sospechoso en el sabotaje del gasoducto. El Nord Stream, clave para el suministro de gas ruso hacia Europa, fue objetivo de varias explosiones a finales de septiembre de 2022, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania.
Fue en mayo de 2002 cuando un grupo de altos oficiales militares y empresarios ucranianos se habían reunido para brindar por el notable éxito de su país al detener la invasión rusa. En el encuentro, alguien sugirió un siguiente paso: destruir el Nord Stream. «Siempre me río cuando leo especulaciones en los medios sobre alguna gran operación que involucraba servicios secretos, submarinos, drones y satélites», aseguró un oficial que estuvo involucrado en la trama al periódico estadounidense. «Todo surgió de una noche de borrachera y de la determinación férrea de un puñado de personas que tuvieron el valor de arriesgar sus vidas por su país».
Así, la operación, que tuvo un coste de unos 300.000 dólares, fue financiada por los empresarios privados presentes en el encuentro, ya que el Ejército ucraniano no tenía fondos y dependía cada vez más de la financiación extranjera.
La CIA pidió a Zelenski parar la misión, pero ya era tarde
Según un oficial que participó en el proyecto y tres personas familiarizadas con él, el presidente Zelenski inicialmente lo aprobó, pero más tarde, cuando la CIA se enteró y le pidió que lo suspendiera, ordenó que no se llevara a cabo, pero ya era demasiado tarde, el comandante en jefe de Zelenski, el general de cuatro estrellas Valerii Zaluzhnyi, que lideraba la operación, siguió adelante.
Para llevar a cabo la misión se habría utilizado un pequeño yate alquilado con una tripulación de seis miembros, incluidos buzos civiles entrenados. La versión del WSJ coincide con las investigaciones de la prensa alemana, que aseguraban que hasta ahora, las pesquisas se venían centrando en un velero donde se descubrieron restos de explosivos en julio de 2023 y que pudo ser utilizado para el transporte del material. A bordo viajaban supuestamente cinco hombres y una mujer, un grupo que habría alquilado el barco sirviéndose de una documentación falsa.
Según las fuentes de WSJ todo el acuerdo se hizo verbalmente, y Zelenski aprobó el plan, pero la agencia de inteligencia militar holandesa MIVD se enteró de las intenciones ucranianas y avisó a la CIA. Fue así como la Inteligencia estadounidense advirtió a la oficina de Zelenski que detuviera la operación.
El presidente ucraniano ordenó al general Zaluzhnyi que la detuviera, según oficiales y funcionarios ucranianos familiarizados con la conversación, así como funcionarios de inteligencia occidentales. El general comunicó a Zelenski que el equipo de sabotaje, una vez enviado, se mantuvo incomunicado y no podía ser desalojado porque cualquier contacto con ellos podría comprometer la operación, por lo que la misión siguió adelante.
El equipo ucraniano cometió un fallo grave en la operación, según WSJ: se olvidó de limpiar el velero Andromeda que alquilaron en la ciudad portuaria báltica alemana de Rostock, lo que permitió a los detectives alemanes encontrar rastros de explosivos, huellas dactilares y muestras de ADN de la tripulación.
Más de un año después de la operación, a principios de 2024, el presidente de Ucrania retiró al general Zaluzhnyi de su puesto de jefe de las Fuerzas Armadas para renovar la cúpula militar. Posteriormente, Zaluzhnyi fue designado embajador de Ucrania en el Reino Unido, un cargo que le otorga inmunidad judicial.
En la operación, según WSJ, también participó el coronel Roman Chervinsky, que actualmente está siendo juzgado en Ucrania por cargos no relacionados con el ataque al gasoducto. En julio, fue puesto en libertad bajo fianza tras más de un año detenido.