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Mosab Yousef, miembro de Hamás arrepentido: «El estado palestino no existe»

El exterrorista ha declarado que el Gobierno de España está legitimando con sus actos la violencia contra los israelíes

Mosab Yousef, miembro de Hamás arrepentido: «El estado palestino no existe»

Mosab Hassan Yousef, exmiembro de Hamás e hijo de uno de sus fundadores, ofreciendo su testimonio en la World Law Foundation. | ACOM (RRSS)

Este jueves por la noche, la World Law Foundation ha acogido una ponencia de Mosab Hassan Yousef, exmiembro de Hamás arrepentido que actualmente trabaja para el gobierno de Israel. El estatus de Yousef en la organización terrorista no era el de un miembro cualquiera, pues su padre es Sheikh Hassan Yousef, uno de sus cofundadores. Con el motivo de la visita de Mahmud Abás a España para agradecer al gobierno español el reconocimiento del estado palestino, las asociaciones ACOM, NEOS y ELNET han querido realizar este evento para mostrar su rechazo ante lo que consideran ser el blanqueamiento de un régimen terrorista cuyo único objetivo es la destrucción del estado israelí.

El testimonio de Mosab, tan duro como cabría esperar de alguien que ha crecido en un entorno en el que el odio fratricida es tan prominente, ha sido una potente declaración en contra de todo lo que representa el fundamentalismo islámico. En una de sus primeras declaraciones, aseguró que «escoger ser un palestino es un acto patético», pues según su opinión se trata de «esperar sin hacer nada a que la comunidad internacional acuda en tu ayuda y escoger la violencia cuando esto no ocurre».

A pesar de reconocer abiertamente que colabora con el gobierno de Israel, Yousef asegura no ser «ni palestino ni israelí», pero al mismo tiempo dice ser conocedor de primera mano de ambas culturas. Para ilustrar lo que en su opinión es una falta de voluntad de acuerdo por parte del lado árabe del conflicto, ha hablado de cómo las autoridades palestinas han tenido varias oportunidades a lo largo de la historia para establecer un estado islámico en la zona, pero en última instancia se negaron a llegar a esta «solución de los dos estados» en favor de continuar con la violencia.

Para Mosab, aquel fue el punto de inflexión que lo llevó a replantearse si la estrategia de la organización era moralmente justificable. Ha recordado cómo, durante la segunda intifada, su padre le ofreció asistir a una reunión con las máximas autoridades palestinas. En esta reunión estaban presentes el premio Nobel de la Paz, Yasser Arafat, y el actual presidente palestino, Mahmud Abás, quien ha sido recibido por el presidente del gobierno este jueves en su primer viaje oficial a España. Yousef ha recordado cómo todos los presentes acordaron continuar con los atentados suicidas que ya se habían cobrado cientos de vidas inocentes en lugar de aceptar cualquier otra solución, y cómo aquello supuso un antes y después en su concepción del conflicto.

Según ha explicado, esta decisión le hizo sentir que la prioridad de los líderes gazatíes no era realmente la de gobernar desinteresadamente a su pueblo para, con el tiempo, alcanzar una situación de coexistencia pacífica. En cambio, Yousef sintió que el verdadero objetivo del movimiento no era establecer su propio estado —«han tenido 20 años para construir un estado, y no han querido hacerlo», recalcaba—, sino que su única meta es lograr la destrucción del estado de Israel en base a ideas fundamentalistas y odios generacionales.

Ya desencantado con el movimiento propalestino, comenzó a investigar sobre las reclamaciones históricas que cada pueblo tiene sobre esta región, y al hilo de este tema ha querido constatar las que, según considera, son las razones por las que «el estado palestino es inexistente». Según ha explicado, «lo que hoy conocemos como Palestina es una creación colonial de los británicos tras la caída del imperio Otomano, y ya entonces albergaba a judíos, cristianos y hebreos por igual». Para Yousef, esto demostraría que la extendida tesis que dice que las tierras de Palestina pertenecen a sus legítimos moradores musulmanes no sería más que una elaborada falacia.

Entonces, si el estado palestino realmente no existe como tal, y la lucha de los ciudadanos de Gaza no es por su derecho de autodeterminación, sino por la destrucción de Israel, ¿cómo es que el movimiento propalestino ha conquistado a la comunidad internacional hasta el punto de que las propias Naciones Unidas están posicionándose a su favor? Para Yousef, se trata de una gran campaña internacional de compra de influencias por parte de los gobiernos de Qatar y Arabia Saudí. Según ha relatado, el poder y el dinero que acumulan estos reinos autoritarios petroleros es tal que han podido financiar la causa palestina desde una gran cantidad de frentes distintos.

El escándalo del qatargate, la compra de competiciones deportivas europeas para que sean celebradas en Oriente Medio, las donaciones masivas a diversas instituciones de educación occidentales, el reconocimiento de Palestina por parte de gobiernos como el de España… Para Yousef, todos estos ejemplos son una demostración de sus afirmaciones. «Convertirse en salvador de un país entero es algo que todo el mundo querría ser. El problema es que no puede haber salvadores sin víctimas, y yo me niego a ser una víctima». De este modo, sostiene que el afán de situarse del lado de Palestina responde a lo que en inglés se conoce como virtue signaling (señalamiento de la virtud), es decir, la adopción de una postura con el único fin de mostrar al mundo lo buena persona que uno es por el mero hecho de haberla adoptado.

En esta línea, ha sido especialmente crítico con la recientemente adoptada postura del gobierno de España, llegando a declarar que nuestro gobierno «está legitimando la violencia contra inocentes por el mero hecho de ser israelíes», así como «la destrucción de un estado con reclamaciones históricas legítimas sobre el territorio». «Si tan seguros están de su derecho a recibir un estado islámico de manera gratuita, ¿por qué [Pedro Sánchez] no ofrece Andalucía a las autoridades palestinas? Fue una región musulmana durante siglos», ironizaba el gazatí.

El acto ha concluido con unas palabras de Javier Cremades, quien ha otorgado al testimonio de Mosab un tremendo valor. «La guerra [de Israel-Palestina] no está a miles de kilómetros; la tenemos aquí mismo», ha declarado aludiendo a las posturas pro-islámicas que ha venido adoptando nuestro gobierno en este conflicto. Para muchos, no se trata de un mero conflicto étnico-religioso de escala regional, sino una batalla cultural a escala global que enfrenta a los valores judeo-cristianos —el Estado de derecho, los valores democráticos, etc.— con el fundamentalismo islámico y su afán de coartar las libertades de todos los que viven bajo su yugo.

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