El Tribunal Supremo de Venezuela formaliza la orden de arresto contra Javier Milei
El fiscal general del país abre la puerta a otras pesquisas por presuntos crímenes de lesa humanidad
El presidente de Argentina, Javier Milei. | Europa Press
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha solicitado formalmente este lunes el arresto del presidente de Argentina, Javier Milei, acusado de un delito de «robo» por el caso del avión venezolano-iraní que quedó retenido en Buenos Aires en 2022 y fue enviado a Estados Unidos este año.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, anunció la semana pasada el inicio de los trámites contra el mandatario argentino, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La Sala de Casación Penal del TSJ vincula a todos ellos con una batería de delitos que incluyen «robo agravado», «privación ilegítima de libertad» e «interferencia ilícita en la seguridad operacional de la aviación civil», entre otros.
El avión, de la aerolínea venezolana Emtrasur Cargo, quedó inmovilizado en Argentina en junio de 2022 con 19 tripulantes venezolanos e iraníes que fueron detenidos en un inicio por supuestos vínculos con el terrorismo. El Departamento de Justicia de Estados Unidos reclamó la aeronave por sospechas de que servía para operaciones encubiertas en la región.
Al anunciar las investigaciones sobre Milei, Saab aseguró el pasado miércoles que el presidente argentino «se ha convertido en un peligro brutal para todo el hemisferio» y abrió la puerta a otras pesquisas por presuntos crímenes de lesa humanidad, después de condenar los «ataques» contra ancianos y jóvenes durante las manifestaciones contra el Gobierno.
El Ejecutivo argentino condenó las medidas de la Fiscalía venezolana y se desvinculó del pulso en torno al avión de Emtrasur, en la medida en que fue resuelto por el poder judicial «independiente» del Gobierno. Buenos Aires también ha recordado a Caracas que en el país «impera la división de poderes y la independencia de los jueces», a diferencia de lo que «lamentablemente» ocurre en Venezuela.
