Israel inicia la invasión del Líbano en una operación terrestre para acabar con Hezbolá
El Gobierno de Netanyahu llevaba días considerando esta incursión, tras la escalada del conflicto contra la milicia chií
Tras descabezar a Hezbolá, llega la invasión. El Ejército israelí ha lanzando este lunes un ataque terrestre para invadir el Líbano, tras la escalada de violencia entre Israel y la milicia chií y proiraní. Las fuerzas de Israel han cruzado la frontera durante la madrugada de este martes, según informan AFP y los periódicos israelíes. Pocas horas antes, el ejército libanés se ha replegado de los puesto fronterizos. Esta es la cuarta vez que Israel invade el país vecino desde el establecimiento del estado judío. Ya ocurrió en 1978, en 1982 y en 2006.
«De acuerdo con la decisión del nivel político, las fuerzas de la Defensa Civil iniciaron incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en inteligencia precisa», ha explicado el Ejército de Israel en un comunicado. Además, las incursiones han sido respaldadas por ataques aéreos y de artillería y tienen como objetivo acabar con combatientes de Hezbolá ubicados «en poblados cercanos a la frontera» con Israel.
La operación terrestre llega después de una más de una semana de bombardeos sobre Beirut, que ya han provocado más de un millar de muertos, miles de heridos y un millón de desplazados. El pasado viernes, Israel lanzó un ataque sobre un edificio al sur de la capital que definió como el cuartel general de Hezbolá. Este ataque mató al líder político de la milicia chií, Hasán Nasralá.
La idea de la invasión lleva en mente de las autoridades israelíes desde hace más de una semana. El general Herzi Halevi, jefe de las Fuerzas Armadas de Israel, comunicó el pasado miércoles a las tropas que el objetivo que los ataques masivos contra Hezbolá, eran «preparar el terreno para una posible entrada [en Líbano] y seguir debilitando a Hezbolá».
El pasado martes, Hezbolá lanzó un misil balístico hacia la zona de Tel Aviv, el primero de su tipo en casi un año, según reconocieron ambas partes. La milicia chií aseguró que el objetivo del misil era la sede del Mossad, ubicada en las afueras de la ciudad. Hezbolá afirmó que el ataque es una represalia por la explosión de miles de buscadores y walkie-talkies distribuidos por la milicia fueron, que detonados a distancia la semana pasada. Israel no ha admitido públicamente su participación en esa acción, pero líderes como el primer ministro Benjamín Netanyahu han insinuado que el Mossad estuvo detrás.
Frente norte, Líbano; frente sur, Gaza
Este ataque abre un nuevo frente terrestre para el ejército israelí que continúa su operación en la Franja de Gaza para combatir a Hamás. El portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), James Elder, lamentó que la situación en Líbano esté «ensombreciendo» la crisis en la Franja, que ya se ha cobrado más de 41.500 vidas.
«No hay duda de que hay mucha menos cobertura [mediática] sobre Gaza justo esta semana, mientras que los ataques han continuado con toda su fuerza», manifestó Elder durante una entrevista a Europa Press, en la que ha reconocido que «es imposible desentrañar la relación entre estos dos conflictos y la forma de pensar de quienes los están llevando a cabo».
Asimismo, la situación se recrudece también en Cisjordania, al este de Palestina. Las fuerzas de ocupación israelíes siguen desarrollando pequeñas «redadas», en clave preventiva, que ya se han cobrado numerosas vidas. Los ataques se desarrollan, principalmente, en las colonias que Israel mantiene en los territorios palestinos cercanos a Jerusalén.
Los desplazados del Líbano
El ministro de Exteriores de Líbano, Abdalá bu Habib, ha asegurado que los bombardeos ya han dejado cerca de 1.000 muertos desde el pasado lunes 23 de septiembre. Estos números no se veían en el país desde el fin de la guerra civil en 1990. Asimismo, cerca de un millón de personas han sido desplazadas. Muchas, incluso, han preferido huir a Siria. El éxodo afecta a un país con 5,5 millones de habitantes, donde las personas se refugian en casas de familiares o extraños, escuelas convertidas en refugios, e incluso hoteles.
El mes pasado, Hezbolá lanzó un bombardeo sobre el norte de Israel en represalia por el asesinato de su líder Fuad Shukr. El Gobierno de Netanyahu lo calificó de propaganda. Tras estos eventos, Israel respondió con «bombardeos extensivos» en el sur de Líbano y el valle de la Becá, incluyendo por primera vez la región de Maaysrah, de mayoría cristiana.
Además, el conflicto da señales de una posible expansión regional. Milicias proiraníes en Irak han anunciado el lanzamiento de un dron hacia los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967. Israel ha derribado el dron al sur del mar de Galilea, según el ejército. En Haifa, la presencia de aviones de combate israelíes es constante, como en días anteriores.
Cúpula de Hierro, y más
Hezbolá ha ampliado el alcance de sus cohetes, coincidiendo con los bombardeos israelíes. Israel ha fortalecido su defensa con un triple sistema antiaéreo, que desbarató el ataque de Hezbolá este miércoles. Su eficacia es del 90%, gracias al apoyo de Estados Unidos.
El sistema más cercano al terreno es la Cúpula de Hierro, que intercepta cohetes de corto alcance y artillería. En un nivel intermedio, está David’s Sling, diseñado para detener misiles balísticos y de largo alcance. Este fue el sistema que se ha activado en el ataque del miércoles. Por último, el sistema Arrow, que intercepta misiles fuera de la atmósfera, también está en funcionamiento.