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Rusia le abre una gran ventana a Maduro más allá de los BRICS

Venezuela es el principal aliado de Putin en Latinoamérica, con colaboración militar, tecnológica y financiera

Rusia le abre una gran ventana a Maduro más allá de los BRICS

Nicolás Maduro y Vladímir Putin en 2015. | EP

Hace unos días sonó como un portazo en la cara el veto del gobierno brasileño de Luiz Inácio da Silva al ingreso de la Venezuela de Nicolás Maduro al grupo de integración Brics, que reúne a potencias emergentes, sus satélites y aliados.

Pero Vladimir Putin, que lleva la voz política cantante en ese bloque de cooperación económica fundado por Brasil, Rusia, India y China, ha dejado claro, antes y después de esa cumbre de octubre en Kazán, que tiene un interés estratégico especial en estrechar los lazos con la Venezuela de Maduro.

Y el heredero de Hugo Chávez también enfatiza que entre sus prioridades está ese acercamiento con Rusia, dentro o fuera de los Brics.

«Rusia y Venezuela hemos construido lazos indestructibles, lazos políticos, lazos morales y lazos que se han puesto a prueba en todos estos años», dijo Maduro para declarar su admiración «por la batalla que está dando Rusia contra el nazismo, contra el fascismo».

De hecho, Venezuela es el principal aliado político de peso de Rusia en América, y su principal comprador en la región de armas y equipos logísticos de defensa. Además, el gobierno de Maduro está alineado con la política exterior del Kremlin, apoya la invasión rusa a Ucrania y llama a Volodimir Zelenski «fascista».    

Todas las evidencias apuntan a que en los próximos meses ese acercamiento estratégico de Maduro con Rusia, y con otros aliados de la misma órbita, como Irán y Bielorrusia, se hará más estrecho en la medida en que crecerá el aislamiento del régimen chavista respecto a las democracias de corte occidental, de América y Europa.

«Estamos preparados para seguir recibiendo inversión rusa en Venezuela, seguir fortaleciendo nuestro comercio, la alianza entre sectores empresariales en todos los campos y para fortalecer los campos en la política», ha declarado Maduro en el contexto de esa cumbre Brics. 

Rusia es uno de los primeros países que reconoció a Maduro como presidente reelecto para el período 2025-2031, cuando el oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció sus resultados de la elección del 28 de julio sin mostrar actas de escrutinio ni datos desagregados por estados y municipios.   

Después del 10 de enero, cuando Maduro asuma otra vez la presidencia, se prevé que aumente su confrontación con Occidente (hasta ahora ninguna democracia de corte occidental ha reconocido su relección) y entonces esa alianza con Rusia será más estratégica.

En previsión de ese escenario, Maduro ansiaba el ingreso definitivo de Venezuela a los Brics. 

El bloque luce como una tabla de salvación para futuras inversiones en la industria petrolera, y para aprovechar sus novedosos sistemas interbancarios, como la «Iniciativa de Pagos Transfronterizos» de los BRICS, que le permitan al chavismo facturar sus ventas de petróleo en los mercados globales, si otra vez recrudecen las sanciones financieras impuestas por Estado Unidos y otras naciones.  

EEUU y sus aliados acusan al chavismo de atentados contra los Derechos Humanos, de socavar la democracia, perseguir a sus rivales políticos, de narcotráfico y corrupción. Las medidas tienen un efecto multiplicador más allá de la estatal Petróleos de Venezuela y otras empresas estatales, a las que se les dificulta comercializar sus productos en el mundo. 

Cualquier persona o empresa que sin saberlo reciba fondos a cuentas de sujetos sancionados se expone a que lo alcancen esas costosas medidas. Por eso los bancos aplican un sobre cumplimiento inclusive con transacciones de privados. 

Los Brics además estudian crear el sistema transfronterizo independiente de pagos y depósitos BRICS Clear, que complementaría la infraestructura financiera actual del grupo. (Y le permitiría contrarrestar la dependencia al sistema Swift de los bancos occidentales).

El bloque además desarrolla «una plataforma de inversión para impulsar el flujo de inversiones en el Sur Global», a través del Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS (NBD) y prevé aumentar las   inversiones en los países socios bloque y sus aliados.

En fin, es una vitrina de posibilidades muy atractiva para Maduro, que no ocultó su ira por el veto de Brasil, pero aclaró que su estrategia bilateral con esos países sigue adelante con más fuerza.  

Desde Rusia con amor

Rusia y Venezuela han firmado más de 340 acuerdos de cooperación suscritos en 20 años en diversas áreas, desde la militar, tecnológica, financiera y energética, hasta la educativa, deportiva, de salud, comercio, servicio, inversiones y agrícolas. Las cláusulas de esos instrumentos, especialmente los estratégicos, no son de acceso público, pero la retórica oficial da algunas pistas.

«Hemos ratificado el camino de una poderosa cooperación militar entre Rusia y Venezuela, para la defensa de la paz, la soberanía y de la integridad territorial», dijo Maduro el 16 de febrero de 2022, cuando encabezó una reunión de la Comisión Intergubernamental de Alto Nivel (CIAN), que coordina este proceso de integración.

Esa cooperación, dijo Maduro entonces, incluye «incrementar todos los planes de preparación, entrenamiento, cooperación con una potencia militar del mundo como lo es Rusia, con la que tenemos lazos históricos y profundos».

La próxima reunión de la CIAN se llevará a cabo en Caracas desde este 7 de noviembre y sus alcances serán muy indicativos de la velocidad de esta integración bilateral.

Más allá de los Brics como bloque, ha dejado claro Maduro, su Gobierno basa las relaciones estratégicas con cada uno de los miembros del grupo en el trazado de enemigos comunes, en promover un mundo multipolar, sin la hegemonía de Estados Unidos y Europa occidental, y en vender el valor estratégico de Venezuela como país dueño de las mayores reservas de petróleo del mundo.

Según informan medios oficiales del gobierno chavista, en el marco de la reunión de los Brics, Putin le ratificó a Maduro su apoyo al ingreso de Venezuela «y resaltó la  importancia de que ambas naciones establezcan lazos en el ámbito financiero y bancario, basados en las monedas nacionales».

«Rusia y Venezuela se esfuerzan por formar un nuevo orden mundial sin enfoques neocoloniales, bajo la premisa del mundo multipolar y equilibrado», dice la versión venezolana de ese encuentro. «Venezuela es «un viejo y fiable socio en Latinoamérica y en el mundo para Rusia», dijo Putin.

Como si nunca hubiera invadido a Ucrania en contra de todo derecho internacional, Putin ha afirmado que Rusia y Venezuela «juntos procuran formar un mundo nuevo, más justo, basado en el Estado de derecho».

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