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El 49% de jóvenes europeos cree que su país vivirá al menos una guerra en la próxima década

Menos de un tercio de la población del continente se presentaría voluntario para defenderlo

El 49% de jóvenes europeos cree que su país vivirá al menos una guerra en la próxima década

Ilustración de Alejandra Svriz.

Casi la mitad de los jóvenes de la Europa occidental cree que su país se verá implicado directamente en un conflicto armado en los próximos diez años. También que menos de un tercio se presentaría voluntario para defenderlo. Estas son las principales conclusiones que se desprenden de un reciente estudio de la IE University y Airbus.

La Europa occidental ha sido un remanso de paz desde que acabó la Segunda Guerra Mundial. Tan solo los ecos del conflicto en Kosovo, y la participación de ejércitos europeos en guerras lejanas como Irak, Afganistán o más recientemente Siria, han inquietado de manera vaga a la ciudadanía. Durante décadas los temores se han mantenido muy aplacados. Hasta ahora.

Tras la invasión rusa de Ucrania, el conflicto de Oriente Medio y el aumento de las tensiones geopolíticas, jóvenes de Francia, Alemania, España y el Reino Unido muestran signos de preocupación por las amenazas a la seguridad a las que se enfrenta Europa. Cada día están mejor informados, y la llegada de noticias a través de las redes sociales les inquieta por primera vez en mucho tiempo, y esto es lo que recoge el estudio.

Denominado «Next Generation Security: A Study on How Young Europeans Perceive the Defense Sector», ha sido desarrollado por el Centro para la Gobernanza del Cambio de IE University y patrocinado por Airbus. Ofrece una visión de las percepciones y actitudes de los jóvenes europeos hacia la seguridad del continente y el sector de la defensa.

Sus autores son los expertos Michele Testoni, Juan José de Arriba Muñoz y Quynh Dinh, y se basa en datos recogidos a través de una encuesta realizada entre 3.600 personas de entre 18 y 35 años en cuatro países europeos clave: Francia, Alemania, España y Reino Unido, a razón de novecientas muestras por país. Todas ellas se plantearon entre mayo y junio de 2024 en colaboración con la empresa Metroscopia.

Arrojó otros resultados bastante reveladores. Más del 70% de los jóvenes encuestados considera que el terrorismo es la mayor amenaza para la seguridad, seguido por los ciberataques, las catástrofes naturales debidas al cambio climático y Rusia. Es bastante probable que este último resultado esté influenciado por el reciente conflicto en Ucrania. Hace un par de años, probablemente hubiera estado alejado de sus preocupaciones.

Los encuestados tampoco albergan un conocimiento básico de los principales actores de la industria de defensa. Apenas el 10% supieron nombrar alguna empresa relacionada. Cuando se les preguntó sobre el tema, asociaban el concepto a tecnología militar, vehículos y electrónica, pero menos del 20% de los encuestados la relaciona con investigación y desarrollo, o telecomunicaciones y redes.

Este desconocimiento generalizado pone de manifiesto una importante desconexión entre el sector y las generaciones más jóvenes. Hay que partir de que los países donde se hizo el estudio son destinos que tienen ejércitos profesionales, y el servicio militar obligatorio es cosa del pasado. No solo eso, sino que sus naciones circundantes son socias comerciales, forman parte de la UE o la OTAN, y rara vez esperarían un conflicto armado con sus vecinos. Si se preguntase en Polonia, Ucrania o las repúblicas bálticas, es posible que los resultados fueran muy distintos.

A pesar de ello, la industria de defensa, que otros llaman bélica o armamentística, carece de la imagen pública y el buen cartel de otras, a pesar de generar mucho tejido industrial a su alrededor, generador de empleo, y de soluciones tecnológicas aplicables en la vida civil. Juega en su contra que se la asocie a los conflictos armados, pero se valora poco que en muchas ocasiones su producto sea defensivo y sirva para repeler ataques.

Asunto resbaladizo

El papel del sector dentro del complejo clima geopolítico actual se torna en fundamental, y guste o no, resulta necesario para mantener la paz. Todo lo relacionado con la defensa sigue siendo un tema divisivo en el discurso público, algo que confirma este informe.

Pocos asocian este ámbito a su aportación a la carrera tecnológica, las vulnerabilidades climático-energéticas, o a la presencia de los ejércitos en caso de emergencias y desastres como el de Valencia. Nadie como los militares controlan y prevén los riesgos, amenazas y retos para seguridad, que rápidamente se les llama cuando hay verdaderos problemas y aparecen sin discutir lo antes posible.

La industria asociada les provee de lo necesario, que como reza el dicho, «es preferible ser guerrero en un jardín, que jardinero en una guerra».

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