Lituania admite que la información del accidente aéreo es «limitada» y no descarta sabotaje
El siniestro provocó la muerte de un piloto español y dejó heridos a otros tres tripulantes de la aeronave
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, ha admitido este martes que el sabotaje persiste como una posibilidad dentro de las investigaciones ya abiertas para esclarecer el accidente de un avión de carga en Vilna, que provocó la muerte de un piloto español y dejó a otros tres tripulantes heridos, si bien ha afirmado que por ahora los datos siguen siendo «limitados».
El lunes, un avión de Swiftair que volaba desde Leipzig para la compañía DHL se estrelló por causas desconocidas en una zona residencial de la capital. Nauseda, que ha hablado este martes en una entrevista radiofónica, espera que «se sepan completamente las causas del siniestro». Los investigadores han recabado unos 20 testimonios y cuentan como piezas clave dentro de las pesquisas con la información de las cajas negras y las declaraciones de los tres supervivientes, entre los que hay un segundo ciudadano español.
Tanto las autoridades lituanas como las alemanas han evitado dar por hecho que sea un accidente e incluso la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, aludió a un posible «incidente híbrido». Nauseda ha confirmado que el sabotaje sigue sobre la mesa, pero ha lamentado que haya movimientos «tanto para elevar como para rebajar» esta teoría. «Creo que es irresponsable en este momento, porque la información de la que disponemos es limitada», ha señalado, según la televisión estatal LRT.
De hecho, el mandatario lituano ha sugerido que Baerbock responde a la creciente «preocupación» dentro de la población alemana por el riesgo, declarado por varias instituciones, de que puedan ocultarse artefactos explosivos en envíos de mensajería. «Es un fenómeno nuevo y los políticos alemanes responden aparentemente a las expectativas con retórica», ha agregado. Entretanto, sobre el terreno sigue el análisis de los restos de la aeronave. El jefe de la Policía, Arunas Paulauskas, confía en que esta inspección pueda quedar completada «en dos o tres días», tras los cuales se procedería a la retirada de todo el fuselaje.