La ley marcial en Corea del Sur: qué es y qué implica
El ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, ha presentado su dimisión y ha pedido disculpas por la adopción de la medida
La imposición de la ley marcial en Corea del Sur implica la suspensión de ciertos derechos civiles y la transferencia de poder a las fuerzas armadas. Se justificó por el gobierno como una respuesta necesaria ante una supuesta amenaza a la seguridad nacional.
Sin embargo, la decisión generó un intenso debate público y político, ya que muchos la consideraron una medida desproporcionada y un retroceso democrático. Para comprender las razones detrás de esta controvertida decisión, es necesario analizar el contexto histórico y político de Corea del Sur, así como las tensiones internas y externas que enfrentaba el país en ese momento.
Para ponernos en contexto
La ley marcial en Corea del Sur representa una ruptura significativa del orden constitucional y democrático del país. Esta medida excepcional, contemplada en el artículo 77 de la Constitución de la República de Corea, otorga al gobierno poderes extraordinarios para restringir los derechos civiles y suspender ciertas garantías constitucionales en situaciones de emergencia nacional.
El Artículo 77 de la Constitución de Corea del Sur establece que «cuando el país se enfrenta a una grave emergencia que amenaza la existencia de la nación, la seguridad pública o el orden social, el presidente, con la aprobación previa del Consejo de Seguridad Nacional, puede declarar la ley marcial en todo el territorio nacional o en una parte de él». Este artículo detalla además que bajo la ley marcial, el Gobierno puede tomar medidas especiales con respecto al sistema de órdenes judiciales, la libertad de expresión, prensa, reunión y asociación.
¿Qué ha ocurrido?
Corea del Sur se ha visto sacudida por una profunda crisis política tras la decisión del presidente Yoon Suk Yeol de imponer la ley marcial. Esta medida, sin precedentes en décadas, ha desatado una ola de protestas y críticas tanto dentro como fuera del país. El mandatario justificó su decisión alegando la existencia de «fuerzas antiestatales» que, según él, buscan socavar la estabilidad nacional y colaborar con Corea del Norte. Sin embargo, la oposición política ha rechazado rotundamente esta medida, calificándola de autoritaria y contraria a los principios democráticos.
En un giro inesperado de los acontecimientos, la Asamblea Nacional de Corea del Sur se convirtió en el escenario de una intensa batalla política. Tras la controvertida declaración de ley marcial por parte del presidente, los legisladores se apresuraron a convocar una sesión extraordinaria para revocar esta medida excepcional.
La oposición, que tiene mayoría en el Parlamento, logró anular la decisión presidencial, lo que desencadenó una crisis institucional sin precedentes. A pesar de la decisión parlamentaria, el ejército surcoreano inicialmente se mostró reticente a acatar la orden, manteniendo en vilo a la población. Sin embargo, ante la presión internacional y las masivas protestas ciudadanas, el presidente Yoon se vio obligado a levantar la ley marcial, poniendo fin a una de las crisis políticas más graves en la historia reciente del país.
Dimisión repentina
Tras la polémica declaración de ley marcial, el ministro de Defensa Nacional, Kim Yong-hyun, figura clave en esta controvertida decisión, ha presentado su dimisión. En un comunicado oficial, Kim ha asumido toda la responsabilidad por los acontecimientos, expresando su pesar por la confusión y preocupación generadas. Su renuncia se produce en medio de una creciente ola de críticas tanto a nivel nacional como internacional, y marca un nuevo capítulo en la crisis política que sacude a Corea del Sur.