Un juez ordena el arresto y declara en rebeldía a Evo Morales, investigado por trata de blancas
El exmandatario se ha ausentado de la corte ante la que debía comparecer este viernes

El expresidente boliviano Evo Morales.
El juez boliviano Nelson Rocabado ha declarado este viernes en rebeldía al expresidente del país Evo Morales, después de que no se haya presentado en el juzgado como estaba previsto, tras haber cometido un presunto delito de trata agravada de personas. Al no comparecer ante el tribunal, el magistrado ha ordenado que sea detenido.
Según informa el periódico boliviano El Deber, el expresidente Morales se ha ausentado de la vista que tenía programada para hoy en el juzgado de Instrucción Penal de Anticorrupción y Violencia hacia las Mujeres de Tarija -al sur del país-. En su lugar, Morales ha enviado a su equipo jurídico, algo que ha desembocado en la orden de detención emitida por el juez.
Sus letrados habían tratado de retrasar la comparecencia de Morales en la vista por cuestiones de salud, aunque el juez lo ha rechazado, ya que el informe presentado en la corte «no acreditan un impedimento o dificultad», según lo recoge el citado diario. Por ello, el juez anuncia que «se disponen las siguientes medidas para su búsqueda y aprehensión», entre las que se encuentra la congelación de las cuentas bancarias del expresidente.
De acuerdo con la investigación, Morales podría ser responsable de un delito de abuso de menores y trata de personas por unos hechos que cometió en 2016 cuando era presidente de Bolivia por una relación con una menor de 15 años, de la que nació una niña. El padre de la supuesta víctima fue detenido, pero la madre sigue desaparecida. La investigación apunta que ambos se habrían beneficiado políticamente.
Morales denuncia ser «víctima de lawfare»
Después de que la Fiscalía pidiese su imputación en el caso el pasado 16 de diciembre, Morales esgrimió que ser una «víctima» del presidente Luis Arce, quien pretendería entregarle como «trofeo de guerra a Estados Unidos». El expresidente aseguró que estar bajo un «brutal» lawfare, al igual que otros «muchos presidentes» de izquierda de América Latina. «Se inventan delitos en mi contra; no respetan los principios constitucionales de presunción de inocencia y debido proceso; me condenan y fusilan jurídica, política y mediáticamente», denunció.
«No tienen pruebas, solo consignas y odio desenfrenado. El único delito que cometí es que siendo el primer presidente indígena logré un país con una economía justa para el pueblo», escribió en un mensaje a través de su cuenta de X. Morales puso en valor que durante su mandato no permitiera las intromisiones «del imperio norteamericano», destacando incluso «haber expulsado al embajador de Estados Unidos y a sus agencias saqueadoras y represoras».
Además, acusó al Gobierno boliviano de no sólo buscar su fin político y moralmente, sino también de querer acabar con su vida. «Por eso intentaron envenenarme y matarme», ha asegurado.