Israel sigue dolido con Sánchez y admite que la relación aún atraviesa por «una fase muy difícil»
El Gobierno de Benjamin Netanyahu continúa sin embajador en Madrid pese a que el cago lleva diez meses vacío

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un encuentro en Jerusalén. | Belga / Europa Press / ContactoPhoto
La relación de Israel con España «se encuentra actualmente en una fase muy difícil», según admite el Gobierno de Benjamin Netanyahu a THE OBJECTIVE. La decisión de Pedro Sánchez de reconocer el Estado de Palestina tras el 7 de octubre de 2023, cuando se produjo la mayor matanza de judíos desde el Holocausto a manos de Hamás, ha roto unos puentes que aún siguen lejos de reconstruirse. «Eso estuvo mal», resume la viceministra de Asuntos Exteriores de Israel, Sharren Haskel.
El Ejecutivo israelí considera que ese reconocimiento supuso «un premio a ese atroz acto de terror por parte de Hamás». En consecuencia, en mayo de 2024, Netanyahu llamó a consultas a su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, y desde entonces no ha sido reemplazado. Zvi Vapni era en un principio quien debía asumir el cargo, pero finalmente fue destinado a La Haya (Países Bajos). Son ya diez meses sin embajador y ese agujero consular no parece que vaya a rellenarse próximamente.
Y es que las sucesivas críticas de Sánchez a Netanyahu hacen muy difícil una aproximación. Este martes, sin ir más lejos, Israel bombardeó Gaza rompiendo un alto al fuego que duraba desde el pasado 19 de enero, y causando alrededor de 400 muertos (siempre según las cifras que ofrece el Ministerio de Salud que dirige Hamás). El presidente español tildó aquella acción de «triste, atroz e inaceptable».
La enésima muestra de que las relaciones no tienen visos de mejorarse. En Israel dicen estar muy dolidos por el deterioro de las relaciones, por cuanto es un país en el que los judíos tienen una larga y «dolorosa» historia, y consideran que se cruzó el Rubicón en el momento en el que el PSOE pactó con partidos considerados antisemitas como lo son Podemos o Sumar. Tampoco aprueban que España financie a la UNRWA, ya que «ese dinero termina en manos de los terroristas» de Hamás.
Sharren Haskel, que habla en nombre de Netanyahu en política internacional, asegura que, sin embargo, «no tenemos ningún problema con el pueblo español, muchos de los cuales apoyan firmemente a Israel». En este sentido, admite que mantienen una muy alta consideración de Vox, el partido que preside Santiago Abascal, que ha apoyado inquebrantablemente a Israel desde el comienzo del conflicto.
Por otro lado, el Ejecutivo israelí entiende el recelo español por su adhesión a Marruecos, pero asegura que los Acuerdos de Abraham han sido «muy beneficiosos» para ambos países. La clave está en que el país alauita «ha reconocido la soberanía» del Estado judío, y este considera que debe velar por sus intereses. Es el mismo motivo por el que Estados Unidos es también considerado un aliado estratégico.
‘Guerra total’
De hecho, Donald Trump dio el visto bueno a Benjamin Netanyahu para el bombardeo, que supone, en la práctica, que Israel va a la guerra total contra Hamás. Fuentes del Gobierno israelí presumen de que la alianza con la Casa Blanca es «muy fuerte y no depende de gobiernos y presidentes», sino que «está basada en valores compartidos, como la democracia, la libertad y los derechos humanos». «Trump quiere la estabilidad en Oriente y Medio, y Hamás e Irán la están desestabilizando», abundan estas mismas fuentes a este medio, que afirman que la guerra con Hamás «es una guerra religiosa, no una territorial como la de Ucrania».
Entre los expertos a los que ha podido escuchar estos días THE OBJECTIVE, gracias a la intermediación de la Europe Israel Press Association, está el periodista israelí Khaled Abu Toameh, que admite ser partidario de que «o los palestinos se rebelan contra Hamás, que no lo harán, o se acaba con el grupo»: «La única alternativa a Hamás es Israel. Hay que reocupar Gaza. Los líderes palestinos han radicalizado tanto a los suyos que no hay una posibilidad de acuerdo. Sin embargo, cuando el control sea israelí, los palestinos de ahí nos apoyarán, como apoyaron a Hamás en 2007».
Esa es la tesis asumida por el Gobierno de Benjamin Netanyahu, que se dirige a una escalada bélica en la que sabe que no cuenta con el apoyo de Pedro Sánchez.