The Objective
Crónicas de la era Trump

Los primeros 100 días de Trump en el Despacho Oval

Trump ha mantenido firme su enfoque radical en materias económicas y de seguridad

Los primeros 100 días de Trump en el Despacho Oval

Donald Trump.

Para nadie es un secreto que los primeros cien días de un presidente en el cargo, más cuando se trata de un líder político de los Estados Unidos, siempre están marcados por un balance de promesas cumplidas, fracasos y giros en la política exterior e interior. Una especie de camino de rosas y también espinas. Para Trump, esta etapa no ha sido ajena, especialmente después de haber heredado una economía en recuperación, pero con tensiones internas y externas. 

Desde su regreso a la Casa Blanca, y cumpliéndose al cierre de esta edición, sus primeros 100 dīas en el Despacho Oval, Trump ha buscado reforzar su enfoque proteccionista, como en su primer mandato, con un énfasis renovado en los aranceles y la limitación de acuerdos multilaterales, como respuesta directa a la competencia con países como China, con un arancel que supera ya el 145% (cifra escandalosa), pero también a la creciente inquietud de sectores industriales y trabajadores en EE.UU.

Esta semana, la noticia fue demoledora: el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos cayó un 0,3% en el primer trimestre de 2025, el primer descenso desde 2022, un golpe inesperado en medio de la lucha de Trump por demostrar que su modelo económico es efectivo y en el que las cartas han estado sobre la mesa.

Sobretodo porque ha comparado a la economía como un paciente y sus medidas como una especie de cirugía que requiere tiempo en curarse.

La cifra no ha pasado desapercibida, quizás porque el paciente parece estar más afectado de lo que parecīa. Aunque no se trata de un desastre, sí representa una señal preocupante para los inversores, los analistas y los votantes, especialmente porque este retroceso llega justo cuando el presidente está impulsando sus reformas más controvertidas, que incluyen nuevos aranceles, restricciones a la inmigración y una revisión de tratados internacionales, siempre en nombre de lo que él llama una “reconstrucción patriótica”.

El presidente ha insistido en que las dificultades actuales son resultado del “desastre” económico dejado por la administración Biden, como si se tratara de un barco que hay girar de rumbo. De acuerdo con los datos, el descenso del PIB se debe en parte a un fenómeno que, según Trump, es solo un bache temporal: las empresas, anticipándose a la entrada en vigor de nuevos aranceles, aceleraron sus importaciones, lo que provocó un aumento del déficit comercial y arrastró los números generales del crecimiento económico. Solo el aumento de las importaciones restó casi cinco puntos porcentuales al crecimiento total del PIB. 

Este comportamiento es muy relevante para los socios comerciales de EE. UU., como España, que podría ver reflejados estos cambios en los flujos comerciales internacionales, ya que los aranceles y las políticas proteccionistas de Trump podrían afectar sus exportaciones a los Estados Unidos.

Pero entre otras cosas, lo que está en juego para Trump no es solo el manejo de la economía interna, sino también cómo posiciona a Estados Unidos en el escenario global. Para muchos analistas, Trump ha convertido la globalización en una especie chivo expiatorio, creando una narrativa en la que los acuerdos comerciales multilaterales son vistos como un obstáculo para el crecimiento de la industria nacional como lo insinuó esta semana el representante de comercio Jamieson Greer en reunión de gabinete. 

Esta postura, a pesar de la caída del PIB, sigue siendo una piedra angular de su discurso. La estrategia de Trump de aumentar los aranceles y revisar acuerdos internacionales es una de sus apuestas más arriesgadas, que no solo afecta a las relaciones con gigantes económicos como China, sino también con economías europeas como España, que depende de la estabilidad comercial con EE. UU.

Dentro de Estados Unidos, el consumo se desaceleró a un ritmo del 1,8%, el más bajo desde 2023, lo que pone de manifiesto la desaceleración del motor económico interno. Este freno en el gasto de los consumidores ha tenido consecuencias directas en los mercados: el Dow Jones cayó más de 400 puntos tras la publicación de los datos del PIB, lo que refleja la creciente preocupación.

y medianas empresas (PYMEs) que dependen del mercado estadounidense. 

A pesar de los números en rojo, Trump sigue manteniendo firme su narrativa. En 2016, llegó a la presidencia con la promesa de hacer de EE. UU. un negocio rentable, y aunque perdió en 2020, en 2024 regresó con la promesa de restaurar la grandeza del país. La pregunta que todos nos hacemos es, ¿lo logrará? El tiempo lo dirá.

Publicidad