The Objective
Internacional

El Gobierno laborista del Reino Unido anuncia el fin del «experimento de las fronteras abiertas»

Londres ha anunciado una batería de medidas que permitan fomentar el empleo entre «los trabajadores británicos»

El Gobierno laborista del Reino Unido anuncia el fin del «experimento de las fronteras abiertas»

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer. | Reuters

«Se acabó el experimento de las fronteras abiertas». Con esta frase, el Gobierno de Reino Unido ha anunciado este lunes que pone fin a la laxitud en las políticas migratorias y que impondrá una serie de medidas que irán encaminadas a «invertir en nuestra propia gente». Esta batería de nuevos requisitos incluirá elementos muy dispares, desde el endurecimiento del conocimiento del inglés al implemento de sistemas de reconocimiento que permitan identificar y expulsar con mayor facilidad a los inmigrantes ilegales.

«Estamos recuperando el control de nuestras fronteras a través de nuestro Plan de Cambio. Menor migración neta. Habilidades superiores. Apoyando a los trabajadores británicos», ha publicado en X la cuenta oficial de Downing Street -denominación de residencia del primer ministro británico-, en la que desgranan un buen número de medidas encaminadas a lograr que los inmigrantes que acuden a la isla tengan en cuenta que vivir en Reino Unido es un «privilegio», no un «derecho».

https://twitter.com/10DowningStreet/status/1921894529671545117
https://twitter.com/10DowningStreet/status/1921894529671545117

El Gobierno laborista de Keir Starmer parece reaccionar así al revés electoral que padeció el pasado 1 de mayo. En estos comicios se votaba principalmente en clave local, pero la victoria arrolladora de Reform y la debacle de conservadores y laboristas, ha logrado darle su primera victoria a una figura olvidada cuyo nombre no salía a la palestra desde hacía meses: Nigel Farage.

«Durante demasiado tiempo, se alentó activamente a las empresas a contratar trabajadores con salarios más bajos, en lugar de invertir en nuestra propia gente», ha explicado el Gobierno británico, en un mensaje en el que se remarca a quién están dirigidas la mayoría de estas medidas: «Los trabajadores británicos». Precisamente fue en las zonas obreras del país donde el Partido Laborista sufrió un golpe contundente en las elecciones celebradas hace dos semanas.

El Gobierno de Starmer introducirá nuevas medidas que permitan que el sistema actual sea más selectivo con aquellas personas que decidan emigrar a Reino Unido. Para ello, elevarán las exigencias académicas que una persona deba tener para poder acceder legalmente, aumentaran los impuestos que deban pagar los empresarios cuando emplean trabajadores extranjeros o los requisitos del inglés. «Estamos introduciendo un nuevo modelo basado en contribuciones para el asentamiento y la ciudadanía», apuntan.

«No es control, es caos»

Starmer ha recriminado a los tories que durante su etapa en el poder el dato de migración neta se cuadruplicase al tiempo que prometían contención. «No es control, es caos», ha sentenciado el actual inquilino de Downing Street, que considera «justa» la nueva estrategia y apela a la necesidad de normas claras y firmes: «Sin ellas, corremos el riesgo de convertirnos en una isla de extranjeros, no una nación que avanza junta».

Así, aunque el dirigente laborista ha señalado que «la migración forma parte de la historia nacional británica», también ha sugerido que quienes lleguen deben cumplir ciertos requisitos de integración y favorecer «el interés nacional», ya que por ejemplo ha reconocido la necesidad de reclutar a personas cualificadas que puedan sumar en el mercado laboral.

El Gobierno, que resume esta nueva estrategia en el Libro Blanco sobre Inmigración, ha destacado también que «más de 24.000 personas sin derecho a estar aquí han sido devueltas desde las elecciones –la tasa más alta en ocho años–, incluyendo un aumento del 16% en las expulsiones de delincuentes extranjeros».

La líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, se ha preguntado en redes sociales si alguien puede «creer» ahora a Starmer, quien «una vez dijo que todas las leyes migratorias son racistas». «Cuando propuse terminar con la vía automática para obtener la ciudadanía británica y aplicar un cupo legalmente vinculante, el Gobierno se rio», ha señalado en redes sociales.

Ahora, y después de «votar contra cualquier intento serio» de contener la inmigración, Starmer «quiere que pienses que le importa» el tema, según Badenoch. En su opinión, «el laborismo no cree en las fronteras seguras» y «no se puede confiar en ellos» para «proteger» las de Reino Unido.

Publicidad