The Objective
Internacional

Denuncian que casi 10.000 personas han sido «asesinadas» en Siria tras la caída de Al Assad

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos asegura que al menos 7.449 eran civiles, incluidos 396 menores de edad 

Denuncian que casi 10.000 personas han sido «asesinadas» en Siria tras la caída de Al Assad

El presienete de Siria, Ahmed al Sharaa. | Syrian Arab News Agency ''SANA / Zuma Press / ContactoPhoto

Al menos 9.889 personas han sido «asesinadas» en Siria desde la caída del régimen de Bashar Al Assad y la llegada al poder de Ahmed al Sharaa, también conocido como Abu Mohamed al Jolani, que lideró el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS). Así lo señala el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), la institución con sede en Reino Unido e informantes en el país que durante años ha denunciado los asesinatos achacados al Gobierno del alauita Al Assad.

Hayat Tahrir al Sham (HTS)

Así, el organismo asegura que son principalmente víctimas civiles: entre el 8 de diciembre de 2024, fecha de la caída del gobierno de Al Assad, y el 6 de agosto de 2025, han sido «asesinadas» 9.889 personas, de las que al menos 7.449 eran civiles, incluidos 396 menores de edad y 541 mujeres.

«El colapso del antiguo régimen vino acompañado de una ola de caos que se extendió por la mayoría de las regiones, aprovechada por algunos individuos cobardes para apoderarse de bienes públicos y obtener beneficios personales a costa del bien común. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad y militares fueron objeto de ataques esporádicos en todas las regiones, sin excepción sectaria, y la tasa de criminalidad aumentó y los incidentes de aniquilación física y masacres de carácter sectario o político se hicieron más frecuentes, especialmente contra sospechosos de pertenecer al régimen derrumbado», señala el Observatorio.

Por otro lado, el Observatorio Sirio afirma que muchos de los actos violentos quedan si condena: «La rendición de cuentas sigue siendo esquiva. Más bien, se encubre a los perpetradores y, en algunos casos, se falsifican los hechos», señala, antes de denunciar que hay personas encarceladas en el país que no tienen acceso a la Justicia.

«Miles de detenidos permanecen en prisión sin juicio ni acceso a la justicia. Entre ellos se incluyen quienes fueron arrestados tras la caída del régimen anterior y otros arrestados durante redadas o controles de seguridad. Muchos de estos detenidos carecen de cargos claros y se encuentran detenidos arbitrariamente sin el debido proceso. Mientras tanto, quienes cometieron graves violaciones y crímenes de guerra contra los sirios no han sido llevados ante la justicia», sentencia.

En este sentido, añade, que se está fomentado la división en Siria, un país conformado por diversos credos y sociedades: musulmanes sunitas, chiitas, cristianos ortodoxos, católicos, siriacos, alauitas, drusos, kurdos… De esta manera, afirma, se está «vinculando tendenciosamente a las sectas con posiciones políticas específicas, como acusar a los alauitas de ser «remanentes del régimen», a los drusos de «colaboradores» y a los kurdos de «separatistas».

Los últimos enfrentamientos en el país se han visto recrudecidos en la gobernación de Sueida, en el suroeste. Allí, el Gobierno sirio anunció a mediados de julio un alto el fuego y el despliegue de sus fuerzas de seguridad para preservar el cese de hostilidades tras una semana de combates entre beduinos afines a las autoridades de Damasco contra milicias de la minoría drusa que han dejado hasta hoy más de 191.000 desplazados, según estimaciones de Naciones Unidas, y más de 1.500 muertos, según el OSDH.

Al Jolani: de yihadista a presidente

Ahmed Hussein Al Sharaa, conocido como Abu Mohamed Al Jolani, roza los 40 años. De pensamiento islamista radical y miembro de uno de los grupos terroristas que más terror ha causado en los últimos años en el norte de Siria, se convirtió el pasado diciembre en la cara visible de los rebeldes sirios que derrocaron al Gobierno de Bashar Al assad, en el poder desde hace 24 años, tras haberlo heredado de rebote de su padre, Háfez -Bassel, el hermano de Bashar, iba a ser el sucesor, pero murió en un accidente-.

Al Jolani nació en 1982 en Riad, Arabia Saudita, donde su padre, sirio, trabajaba como ingeniero de petróleo en Arabia Saudí. Pero apenas con siete años de edad ya regresó a la patria que vio nacer a su progenitor, y creció en el acomodado barrio damasceno de Mezzeh, una zona donde se concentran la gran mayoría de embajadas, incluida la española (que cesó su actividad consular en marzo de 2012).

El nombre de guerra de Al Jolani es una referencia a los Altos del Golán de Siria, en su mayor parte ocupados y anexados por Israel durante la Guerra de los Seis Días en 1967. La familia de Ahmed Hussein procedía de esta región fue desplazada después de la ocupación israelí. Su padre fue un estudiante activista nacionalista árabe de los nasseristas, lo que le llevó a enfrentamientos con los baazistas -el partido de Assad- y a pasar diferentes períodos en cárceles sirias, hasta que, tras pasar por Irak, encontró asilo en Arabia Saudita.

Fue en 2003 cuando Al Jolani se mudó a Irak para luchar contra las tropas estadounidenses después de la invasión de Irak, y ascendió rápidamente en las filas de Al Qaeda en Irak (AQI). En 2006, fue arrestado por las fuerzas estadounidenses y encarcelado durante más de cinco años en varias prisiones y centros de detención iraquíes.

En 2011, Abu Bakr al Bagdadi, quien fue luego el primer líder del grupo yihadista Estado Islámico(2014-2019), encargó a Al Jolani que estableciera una rama de Al Qaeda en Siria. Y así lo hizo al liderar como emir general el Frente al Nusra, que contaba con «miembros, dinero, armas y asesoramiento directamente de Al Qaeda», según el Consejo de Seguridad de la ONU. Bajo el liderazgo de Al Jolani, Al Nusra se convirtió en uno de los grupos más poderosos de Siria.

Asentado en Idlib, su principal bastión, todo cambió en 2016. Al Jolani, calificado como terrorista por Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU, anunció que disolvía el Frente al Nusra y creaba otro grupo, el Frente de la Conquista del Levante (Jabhat Fath al-Sham) el cual poco después pasó a llamarse Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham) al fusionarse con otras facciones. El grupo se centró en luchar contra Al Qaeda y el Estado Islámico, hasta amasar un gran poder.

A pesar de su esfuerzo por distanciar a su nuevo grupo de Al Qaeda, Estados Unidos designó a HTS como Organización Terrorista Extranjera en 2018 y ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza de Al Jolani. Pese a no renunciar a su rigorismo religioso y a imponer por la fuerza su ley, Al Jolani sí parece haber abandonado la idea de la yihad global. Sin embargo, la ONU sigue asegurando que la comunicación de Al Jolani con Al Qaeda no se ha roto.

Publicidad