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Ofensiva final en Gaza: ¿nudo gordiano de Israel?

Netanyahu prepara la inminente ofensiva por tierra, escalando el conflicto hasta su fase más decisiva

Ofensiva final en Gaza: ¿nudo gordiano de Israel?

Dos niñas palestinas entre las ruinas de la ciudad de Gaza. | Rizek Abdeljawad (Xinhua News)

La leyenda afirma que Alejandro Magno, rey de Macedonia y de los griegos, en el año 333 a.C., se dirigía a conquistar el Imperio persa. Al llegar a la localidad de Gordión, capital del reino de Frigia, la actual Anatolia turca, fue informado sobre la existencia de un carro de oro atado con una especie de trenzado, en forma de nudo imposible de desatar. Se decía que quien pudiera desatar ese nudo sería el rey de toda Asia.

Alejandro sintió curiosidad por estas historias legendarias y se enfrentó al reto de desatar el nudo llamado gordiano. La ambición de Alejandro hizo que intentara desatar, sin éxito, aquel lazo imposible. Rodeado de los más importantes hombres de la ciudad y en presencia de sus generales y hombres de confianza, solucionó el problema cortando el nudo con su espada. En apenas once años, aquel joven rey macedonio acabó conquistando Oriente. 

Desde entonces, el «nudo gordiano» se emplea como metáfora para describir la resolución de un problema complejo mediante la fuerza o la decisión directa, sin titubeos ni rodeos. También alude a la urgencia de abordar una situación, antes de que se agrave.

Israel va a iniciar la segunda fase de la Operación Carros de Gedeón, adelantando la llamada de unos 60.000 reservistas. La estrategia militar de Eyal Zamir (Jefe de las FDI) será iniciar el despliegue de casi 100.000 soldados para conquistar la ciudad de Gaza y otras zonas. En la actualidad, las FDI controlan aproximadamente un 65% de la superficie de la Franja de Gaza. Las cifras de la movilización muestran la dureza de los combates que se van a producir. 

En los próximos días se aumentará la presión sobre Hamás, lo que conllevará grandes riesgos para las tropas de las FDI. Podemos estar entrando en una fase decisiva, de combate urbano, donde habrá que adaptar en tiempo real el plan de operaciones, según se obtenga información sobre la estrategia de combate del adversario y la lógica operativa del momento.

En esta fase se va a llegar a zonas donde las FDI no han pisado el terreno y se requerirá sentir y ver las cosas de primera mano, comprender los movimientos y los métodos de combate urbano de los terroristas de Hamás, y escuchar a los lideres que combaten tácticamente en el terreno, antes de tomar decisiones cruciales. Con seguridad, todo esto ya se ha realizado en estos casi dos años de guerra desde el 7 de octubre, pero esta vez será mucho más importante.

Durante semanas, Hamás se ha mostrado reacio a negociar ningún acuerdo para la liberación de los rehenes, a pesar de la mediación de Turquía y Qatar. Sólo ha sido en el momento del inicio de los movimientos militares israelíes de preparación de la ofensiva, aumentando la presión, cuando Hamás ha puesto sobre la mesa su intención de llegar a un acuerdo, pero con sus condiciones. 

Mientras el ejército israelí prepara los planes para la conquista de la ciudad de Gaza –de acuerdo con la última resolución adoptada por el gabinete de seguridad–, Hamás ha confirmado la aceptación de las condiciones de un acuerdo, gestionado ahora con la intermediación de Qatar y Egipto, distinto al que estaba sobre la mesa inicialmente.

En dicho acuerdo Israel y Hamás mantendrían un alto el fuego por 60 días, se produciría una retirada de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de 1.000 metros del norte y el este de Gaza, durante los cuales las partes debatirán un acuerdo para el fin permanente de la guerra. Hamás también liberaría a 10 secuestrados con vida y entregaría los cuerpos de 18 ya muertos, en dos etapas. Todo ello a cambio de 140 palestinos que cumplen cadena perpetua, y 60 más que cumplen más de 15 años. 

Una vez que el acuerdo entrara en vigor, se distribuiría de inmediato ayuda humanitaria a gran escala, que incluye combustible, agua, electricidad, rehabilitación de hospitales y panaderías, y equipos de remoción de escombros, coordinada por la ONU, la Media Luna Roja y otras organizaciones internacionales. Según la propuesta, el cruce de Rafah, colindante con Egipto, se reabriría en ambas direcciones.

Pero la postura de Israel no ha cambiado: exige la liberación de todos los rehenes (unos 50 de los cuales se piensa que unos 20 siguen vivos, y el resto han muerto por la dureza de las condiciones en las que están o han sido asesinados en cautividad) y el cumplimiento de las demás condiciones definidas para el fin de la guerra. 

Casi con total seguridad, la determinación para iniciar la operación es fuerte en el gobierno de Israel y no se va a aceptar esta propuesta de Hamás. Por otro lado, la operación terrestre no comenzará antes de que la población palestina sea trasladada, algo que no sucederá hasta que se establezca el sistema de ayuda humanitaria. Este esfuerzo humanitario, en coordinación con organizaciones internacionales de ayuda, será enorme y muy complejo, y de nuevo asistiremos al desplazamiento obligado de la población, que aún permanece en la ciudad de Gaza. 

Como exponía al principio, alguien ha decidido no esperar más treguas ni ceses de hostilidades, y directamente cortar el nudo gordiano. Es claro que Hamás no posee actualmente las mismas capacidades que tenía antes del conflicto, pues ha sido degradado muchísimo, pero no se puede infravalorar su capacidad de hacer daño irracionalmente. Irracional : esa es una palabra clave.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Durante mucho tiempo, mucho antes de 7 de octubre, Hamás acostumbró a Israel a cohetes de vez en cuando sobre los kibutz, a atentados, a manifestaciones cerca de la frontera etc.…, todo de una mediana intensidad. Lo suficiente para provocar alguna operación de castigo israelí y vuelta a la «normalidad» inestable. 

Israel se adormecía y hasta apoyaba a Hamás en contra de la Autoridad Palestina. Es el «divide y vencerás». En una estrategia racional por el lado israelí que, quizás fuera acertado, pero Hamás es un enemigo con una estrategia irracional, que no se rige en su comportamiento por acciones racionales. Y estaba intentando «adormecer» a la Inteligencia israelí.

Y se produjo una evaluación errónea de la amenaza. Todo ello a pesar de contar con información sobre el plan de ataque de Hamás: Por diversas razones, entre ellas que no se percibió en todo su detalle la irracionalidad del pensamiento de Hamás, no se consideró como un escenario realista, la posibilidad de una incursión por sorpresa, de una guerra inminente. 

Hubo, además, un exceso de confianza en la defensa fronteriza y se sobrestimó la efectividad de una simple valla, una barrera de seguridad cubierta con medios SIGINT en la frontera con Gaza, pensando que la capacidad de respuesta de las FDI sería suficiente. Finalmente, se produjeron fallos en la integración de datos y señales de advertencia, lo que impidió reconocer la magnitud del ataque que estaba por producirse y que finalmente, se produjo. 

Pero Israel ha aprendido la lección, ha hecho la evaluación de sus errores y posiblemente después de la finalización de esta guerra, veamos como la sociedad israelí juzga a su estamento político, militar y de Inteligencia. Ya se ha visto en otros momentos en su Historia. 

A pesar de la «resistencia» de Hamás y de su manipulación mediática, intentando aislar internacionalmente a Israel, a medio y largo plazo han perdido estratégica y operacionalmente. Quedarán entre 5000 a 7000 terroristas, cifras que pueden aumentar o disminuir. Políticamente, les apoya Turquía (más los sunitas y menos los laicos pro europeos), Qatar (wahabismo sunita) e Irán (chiitas) y tácticamente hacen y harán mucho daño con emboscadas, artefactos improvisados, disparo de algún misil contracarro etc., pero así es el combate urbano en superficie y en túneles. 

Pero volvamos a la contraposición de estrategias. Lo único racional de Hamás, dentro de su «irracionalidad», es que saben que su supervivencia se basa en los rehenes. Por eso, en estas últimas semanas de combate han intentado, mientras se pensaban la respuesta a las condiciones del acuerdo de alto el fuego, la muerte y el secuestro de soldados de las FDI. 

De los rehenes depende en estos momento, su existencia y supervivencia. Y esa resistencia irracional les está siendo efectiva de momento. A corto plazo. Pero es el «plazo del mundo occidental»… el corto plazo. Durante mucho tiempo, el error pudo ser enfrentar una estrategia racional (Israel) a una estrategia irracional pero efectiva (Hamás). Israel buscaba la contención, lograr una calma tensa, un nivel «aceptable y mínimo» de acciones terroristas como mal menor. Así Netanyahu se «vendía» como la única contención posible y efectiva. Una gran mayoría de políticos y ministros de defensa se aprovechaba de este «statu quo» . E Israel no se preparó para lo peor y si se preparó, no concebía que algo tan grande y terrible pudiera pasar. 

El pueblo judío y sobre todo las poblaciones cercanas a Gaza vivían en un cierto optimismo. ¿Cómo si no, es concebible organizar un festival de música a 5 kms escasos de la frontera con Gaza? No va a pasar, no va a pasar ; quizás se pecó de prepotencia y pasó. 

Y eso, cuando expertos académicos de Universidades privadas y públicas en Israel y militares en activo y en reserva de la FDI habían advertido de un posible colapso de la defensa antiaérea de Israel, «llenando» los cielos de misiles y cohetes para desviar la atención y realizar ataques de infiltración en la frontera norte o en Gaza. Israel tenía una doctrina reactiva, pero las enseñanzas con sangre, la criminal matanza del 7 de octubre le ha hecho ser proactivo, degradando a sus adversarios en siete frentes, aunque ahora le haya salido el octavo : el frente político-mediático, del que hablaremos brevemente más adelante.

Volvamos ahora a la incipiente ofensiva sobre la ciudad de Gaza : ¿por qué se realiza en estos momentos? ¿Y por qué allí? Intentaré explicarlo brevemente. El concepto de Centro de Gravedad es uno de los más importantes desarrollados por Carl von Clausewitz en su libro «De La Guerra». 

Clausewitz nos dice que en la guerra se debe tener siempre como objetivo el sometimiento del enemigo, el cual, al mismo tiempo, intentará defender sus intereses particulares de acuerdo con las circunstancias. Estos intereses del enemigo formarán un Centro de Gravedad, que es el centro, el núcleo del que depende el conjunto de su fuerza y estrategia, y al que tiene que dirigirse el golpe concentrado de nuestras fuerzas. Podemos definir al centro de gravedad como la fuente de poderío, de equilibrio, de resistencia moral y de libertad de acción del enemigo. Y este centro de gravedad puede estar en los niveles táctico, operacional y estratégico del planeamiento militar.

Y en estos momentos, por diversos factores, la ocupación y limpieza de la ciudad de Gaza parece ser clave para el planeamiento israelí, en su intención de derrotar a Hamás y asegurar la liberación de los rehenes. Según el Ministro de Defensa Katz, la importancia estratégica de la ciudad de Gaza se basa en su condición de centro militar, gubernamental y simbólico para Hamás.

Y para ello, Netanyahu expuso hace semanas los cinco principios establecidos por el gabinete de seguridad, como hoja de ruta para lograr la victoria y poner fin al conflicto:

1. Desarme total de Hamás.

2. Retorno de todos los rehenes, vivos o asesinados, sin excepciones.

3. Desmilitarización de la Franja de Gaza, impidiendo la producción y el contrabando de armas.

4. Control de seguridad israelí sobre la Franja, incluido el perímetro de seguridad.

5. Creación de una administración civil alternativa a Hamás y a la Autoridad Palestina, que no promueva ni financie terrorismo.

Independientemente de lo que se diga abiertamente en prensa, puede haber habido diferencias entre Eyal Zamir ( Jefe de las FDI ) y Netanyahu. Y estoy seguro que en un primer momento Zamir se oponía a una invasión y reocupación a gran escala de la Franja de Gaza, favoreciendo operaciones más pequeñas y específicas. Su razonamiento podría no haber sido lo que el gobierno quería escuchar, pero se basaba en la realidad: los reservistas están cansados después de casi dos años de guerra, las fuerzas permanentes están también al límite y Hamás ya está prácticamente roto.

Pero tras el estancamiento de las negociaciones por la liberación de rehenes o los intentos de acuerdo de última hora y el creciente reconocimiento internacional a un Estado palestino como resultado del «chantaje humanitario» de Hamás, la ventana para alcanzar una victoria militar decisiva se está estrechando. 

Ante este escenario, se perfila una estrategia de confrontación total, donde la prioridad ya no sería lograr un acuerdo, sino destruir la estructura militar y de gobierno de Hamás por vía militar, incluso al precio de renunciar a la liberación de rehenes, mediante una negociación. 

Y una vez establecidos los objetivos político-estratégicos del gobierno de Israel, como hemos visto anteriormente y los objetivos estratégicos-militares ( eliminar el poder militar de Hamás, recuperar a todos los rehenes y asegurar el control israelí sobre Gaza en el «día después»), bajemos al nivel operacional donde se deberán de tener en cuenta diversos aspectos importantes:

  • Habrá que desmantelar la infraestructura militar de Hamás dentro de su núcleo urbano más importante, destruir sus centros de mando, túneles y arsenales, y avanzar hacia la devolución de los rehenes. Y esta operación puede llevar semanas o incluso meses. 
  • Esto supondrá importantes retos logísticos y humanitarios, ya que la ofensiva requiere el desplazamiento masivo de civiles hacia el sur de la Franja. Con seguridad obligará a destinar tropas a proteger corredores y zonas de evacuación y, al mismo tiempo continuará la presión internacional por la magnitud del desplazamiento forzoso. 
  • Se precisará no sólo la campaña terrestre y aérea, con apoyo naval, sino también una campaña de información y guerra psicológica muy potente de las FDI, para contrarrestar a su adversario. 
  • Inicialmente, las fuerzas serán unas tres divisiones regulares pero precisarán de ser completadas y reforzadas con otras unidades. Para ello, se ha realizado una importante llamada de reservistas. La exclusión de la población ultraortodoxa del servicio militar, con alguna excepción en determinadas Unidades, sigue siendo de una gran controversia y significa un déficit de personal para las FDI. Además de ser un problema militar es, en gran medida, un problema político y social.
  • La asistencia humanitaria continuará y quizás en mayor medida, para contrarrestar la percepción internacional y el desastre y caos humanitario que está sufriendo la población gazatí.
  • Quizás hasta el último momento y durante la ofensiva, continúe la negociación en El Cairo o en Qatar. Sólo la amenaza israelí de ocupar la ciudad de Gaza ha provocado la presentación de un texto parcial de Hamás, que busca obtener una pausa humanitaria, a través del chantaje de los rehenes, lo cual no cumple las expectativas de Israel. 

Ante el temor de una inminente ofensiva terrestre israelí, miles de palestinos están ya abandonando sus hogares en las zonas orientales de la ciudad de Gaza. Se han convocado y realizado protestas en la misma ciudad para pedir el fin de la guerra, que ha provocado una crisis humanitaria de enormes proporciones, y para exigir a Hamás que intensifique las conversaciones para evitar la ofensiva israelí. 

La población palestina también está cansada de los intentos fallidos, cansada de los líderes corruptos, ya sea de la Autoridad Palestina o de Hamás, y también están cansados de los intentos de poder por parte de esos islamistas radicales que dicen representar al Islam.

Pero la realidad parece que va a ser otra : las FDI se preparan para la batalla urbana más compleja de la guerra, con un desplazamiento masivo de civiles, que podría condicionar el margen de maniobra militar. Van a hacer un movimiento de pinza sobre la ciudad de Gaza, rodeándola y permitiendo a la población desplazarse hacia el sur a través de puestos de control para detener a los terroristas de Hamás. Una operación extremadamente compleja y difícil, sujeta a muchas acciones descontroladas

Antes y durante la ofensiva, Hamás continuará no sólo realizando acciones sobre el terreno, sino que intentará equilibrar su difícil posición con acciones propagandísticas en la franja de Gaza y en el exterior, con exigencias de retirada total para Israel. Todo ello para provocar la enésima «reacción internacional», que obligue a Israel a parar la ofensiva, sin haber recuperado a los rehenes.

En estos momentos, para complicar aún más la situación, las FDI avanzan en dirección a la ciudad de Gaza y, a la vez el Gobierno de Netanyahu aprueba la construcción de 3.400 nuevos asentamientos en Cisjordania (Judea y Samaria). Todo ello hace más difícil las posibilidades de un alto el fuego, la liberación de los rehenes o la futura creación de un Estado palestino. 

Pero vayamos al octavo frente: la situación social, política y mediática. En esta situación kafkiana, angustiosa, extraña, incomprensible se junta el lógico y tremendo dolor de los familiares de los rehenes con el dolor de los familiares de los soldados caídos y de los que pueden caer en el futuro. Y además el sufrimiento de parte de la población gazatí cogida en medio y rehén de Hamás. 

Por otro lado, la propaganda, la no liberación de todos los rehenes, el clima político y otros factores han logrado dividir a la sociedad israelí, que estaba muy cohesionada al principio del conflicto. Se enfrentan al dilema de protección de los rehenes o la destrucción de Hamás, con la presión internacional sobrevolando este escenario.

Los terroristas luchan entre los civiles gazatíes, lo que hace que sea mucho más difícil para las FDI separar a los civiles de los objetivos militares. Las dos áreas en las que las FDI no han entrado por completo y de las que no han eliminado la infraestructura de Hamás son los campos de refugiados a lo largo del corredor sur, y la ciudad de Gaza, y es que ahí es donde está la mayoría de la población palestina, en algunas zonas humanitarias en algunos casos, y simplemente tratando de sobrevivir, y es probable que también esté retenida, junto con los rehenes. Una situación extremadamente difícil.

A modo de conclusiones:

  • Existe un informe del Shin Bet (Shabak) sobre los hechos del 7 de octubre, que es una evaluación autocrítica sobre los fallos en la anticipación y respuesta a la incursión de Hamás en el sur de Israel. Hubo fallos en la alerta, en la prevención del ataque y errores en la interpretación de señales de advertencia previas.
  • Hamás logró engañar al estamento político, al militar y a la Inteligencia israelí, consolidándose militarmente hasta alcanzar una capacidad ofensiva suficiente para ejecutar la incursión del 7 de octubre. Durante años, Israel adoptó una estrategia basada en mantener la estabilidad mediante concesiones económicas, lo que permitió a Hamás desviar fondos para el fortalecimiento de su ala militar. Lo irracional frente a lo racional.
  • Además, Qatar e Irán continuaron apoyando económicamente a Hamás. Y Hamás lo utilizó para desarrollar su infraestructura militar, expandir sus capacidades operativas y entrenar sus fuerzas especiales. Israel se confió y se enfocó en otras amenazas estratégicas, quizás en esos momentos más importantes.
  • La guerra comenzó cuando Hamás lideró un vil y asesino ataque en el sur de Israel, asesinando a civiles en kibutzs y a los participantes en un festival de Música el 7 de octubre de 2023, masacrando a más 1.200 personas y tomando 251 rehenes. Hamás continúa reteniendo a 50 rehenes en túneles subterráneos. Después de esos ataques, Israel se propuso desmantelar el control militar y civil de Hamás sobre Gaza. 
  • Según el Ministerio de Salud de Hamás (que no distingue entre muerte de terroristas y de civiles), las operaciones contra Hamás han matado a más de 50.000 personas. También ha causado una crisis humanitaria y ha desplazado internamente a la mayor parte de la población de Gaza, dejando gran parte del enclave en ruinas.
  • El Gobierno de Netanyahu ha definido la fase final del conflicto contra Hamás, estableciendo un plan que combina operaciones militares de alta intensidad, desmilitarización total de la Franja y un nuevo esquema administrativo futuro. Este planteamiento parece no buscar la ocupación permanente ni la administración directa de Gaza por parte de Israel, sino liberar la Franja del control de Hamás. 
  • La estrategia se articula en cinco objetivos: desarme completo de Hamás, liberación de todos los rehenes, vivos o asesinados, desmilitarización integral de la Franja, control de seguridad total por parte de Israel y creación de una administración civil no israelí, excluyendo tanto a Hamás como a la Autoridad Palestina.
  • Se iniciará una operación militar ofensiva de extrema dificultad para conquistar los últimos bastiones de Hamás. Para ello, se prevé desplazar aproximadamente a un millón de civiles fuera de las zonas de combate en Gaza capital. La complejidad de esta operación aunará esfuerzos militares y humanitarios, con corredores seguros para la entrada de camiones con alimentos, expansión de puntos de distribución gestionados por GHF ( Fundación Humanitaria en Gaza ) y mantenimiento de las operaciones de lanzamiento aéreo de ayuda.
  • Si vamos más en detalle, las FDI en la actualidad controlan operativamente aproximadamente el 65% del territorio de la Franja de Gaza. Evitarán combates frontales masivos e intentarán progresar mediante un avance lento, sistemático, destruyendo infraestructuras, limpiando zonas de resistencia y reduciendo riesgos de bajas propias, replicando el modelo de la Operación «Carros de Gedeón». Se aislarán las posiciones de Hamás, cortando rutas logísticas y preparando el terreno para futuras operaciones urbanas, siempre evaluando la posibilidad de rescatar rehenes mediante incursiones precisas.
  • Se priorizará la destrucción de centros de mando de Hamás, replicando la táctica de aniquilación urbana aplicada antes. Y todo ello y a la vez, redoblando el esfuerzo humanitario con la multiplicación de puntos de distribución de ayuda, controlados directamente por organismos internacionales, privando a Hamás de la capacidad de controlar recursos y reforzando su pérdida de legitimidad ante la población. 

Elaboremos ahora un poco de prospectiva, siempre sujeta a que se pueda o no cumplir: 

  • Quizás al final, se establezca un perímetro de seguridad bajo control israelí de unos kilómetros dentro de Gaza, lo que representaría la anexión de parte de su territorio. Este paso busca prevenir amenazas a largo plazo desde la frontera. 
  • Cabe esperar una gran presión internacional, que puede llegar a paralizar las operaciones, existiendo un riesgo para la vida de los rehenes y la población gazatí. Y habrá importantes bajas tanto en las FDI como en Hamás. La situación final tendrá gran influencia en todos los frentes simultáneos donde Israel e Irán y sus proxis están involucrados.
  • El pueblo israelí después del 7 de octubre de 2023 mantuvo una cierta cohesión, que ahora se está perdiendo. Es lógico por la dureza de la guerra, el chantaje de los rehenes, los casi 900 soldados muertos y las distorsiones político–militares. Desgraciadamente, todo esto es fácil afirmarlo, cuando la sociedad israelí está sujeta al chantaje de los rehenes, teniendo a la «opinión pública internacional» en su contra.
  • Quizás tomar Gaza será un error o tal vez no. Sería tener a las FDI «en estático»: blanco perfecto para ataques de Hamás. De nuevo no meterse en la mente irracional del adversario, en su estrategia. Es mejor enfrentarse a lo irracional con lo no racional, y por ello no se puede ir a una situación estática terrestre. Las unidades israelíes serían un blanco fácil y le darían una «pseudo-victoria» a Hamás, fácilmente vendible. 
  • El Gobierno de Netanyahu presenta un panorama de victorias: derrota de Hezbolá en el Líbano y su proceso de desarme, caída del régimen de Assad en Siria y freno al programa nuclear y balístico iraní. Ahora la neutralización de Hamás sería el último paso para completar el nuevo equilibrio estratégico en Medio Oriente. Frente a esto, vemos la difícil situación interna de división en la sociedad de Israel, el cansancio de la guerra, la presión internacional y el antisemitismo fomentado por el islamismo radical y determinada izquierda mundial. 
  • Netanyahu, con una fuerte contestación interna y apoyado por partidos ultraortodoxos y radicales, lucha por su triple NO: no a un Estado Palestino, no a la división de Jerusalén y no a la entrega del Golán a Siria. Y casi con toda seguridad, Jerusalén es indivisible y continuará siendo capital de Israel.
  • La pregunta del millón es ¿Y después de Gaza…. qué? Una parte de los gazatíes no quieren que Hamás tenga ninguna parte en el gobierno el día después de la guerra. Desde que ese movimiento se apoderó de la Franja de Gaza, los palestinos han experimentado guerras y desastres. Pero, ¿quién puede reemplazar a Hamás y a qué precio? Y por otro lado, Israel tampoco quiere a la Autoridad palestina. Quizás, una fuerza árabe con apoyo estadounidense que gestione temporalmente Gaza, o la Autoridad Palestina con el apoyo de los clanes enfrentados a Hamás… quién sabe. No creo que la segunda opción sea factible.
  • En un futuro impredecible, quizás Israel precise de una coalición de partidos de centro-derecha, centro y centro izquierda no confesionales, dejando fuera a Netanyahu, a los ultraortodoxos y al laborismo/socialismo, durante un tiempo. Creo que sería un ejercicio de cohesionar Israel y curar heridas internas entre hermanos. El mundo vería un cambio posible
  • La solución de los dos Estados después del 7 de octubre de 2023 quizás sea la única factible, pero siendo realista, cada vez está más lejos. Pero para eso está la política. Los palestinos no tienen a dónde ir. Los judíos tampoco se van a marchar. Como decía un pensador israelí : «Tampoco podemos convertirnos en una sola familia, feliz y bien avenida. Somos dos familias desgraciadas y mal avenidas. Lo que tendríamos que hacer es dividir la casa en dos apartamentos pequeños y aprender a darnos los buenos días cuando nos encontremos por la mañana en el portal. Quizá así algún día hasta llegaríamos a tomarnos un café juntos. Pero necesitamos esa casa para dos familias». 

Y para finalizar, una reflexión: la historia del Rey Salomón, una figura central en la Biblia, en el Antiguo Testamento, nos ofrece un vistazo fascinante a la sabiduría que ha perdurado a lo largo de los siglos. Desde su legendaria capacidad para resolver conflictos hasta sus reflexiones profundas sobre la vida y la moralidad, Salomón no solo es conocido como el rey de Israel, sino como un ícono de la sabiduría. 

Salomón fue el hijo del Rey David, un líder carismático que había unificado a Israel y establecido la capital del Reino en Jerusalén. Desde joven, Salomón fue testigo de la complejidad del poder y la responsabilidad. Al ascender al trono, enfrentó grandes desafíos: mantener la paz, construir un reino próspero y, sobre todo, ganarse la confianza de su pueblo. 

Pero lo que realmente distingue a Salomón de otros reyes es su deseo de sabiduría. En una famosa historia, Dios le ofreció cualquier cosa que deseara, y Salomón pidió sabiduría para gobernar a su pueblo. Definitivamente, muy distinto a lo que vemos hoy en día en la política, en muchas partes del mundo. 

Esta elección no solo muestra su humildad, sino también su profundo entendimiento de lo que significa liderar. Ojalá y surjan lideres con sabiduría, con responsabilidad y con capacidad de conseguir soluciones creativas a conflictos enquistados, de dificilísima solución.

Carlos de Antonio Alcázar es Analista del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria

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