Los discursos de odio y el asesinato de Charlie Kirk
La violencia siempre la sufre la «ultraderecha», del mismo modo que en el País Vasco siempre morían los «fachas»
Intentaron asesinar a Jair Bolsonaro, asesinaron a Shinzo Abe, intentaron asesinar a Donald Trump, asesinaron a Fernando Villavicencio, asesinaron a Miguel Uribe, intentaron asesinar a Alejo Vidal-Quadras y ahora han asesinado a Charlie Kirk.
Llevamos años escuchando que hay discursos de odio de la «ultraderecha» que llevan necesariamente a una violencia que, sin embargo, rara vez se produce. Al contrario, los que son tildados de «ultraderecha», deshumanizados, son la mayoría de las veces quienes terminan padeciéndola.
En España la reacción de la izquierda al asesinato de Kirk ha sido muy reveladora. Quienes ven violencia política por todos lados, quienes se llenan la boca hablando de democracia y derechos humanos, han callado o incluso justificado vilmente el atentado tildando de «ultra», «provocador» o «fascista» al joven conservador, padre de familia, cuyo pecado era invitar a la gente a debatir en los campus. Una retórica que conocemos muy bien en el norte de España, donde los atentados los sufrían siempre los «fachas».