Virginia Giuffre: el testimonio final de la víctima que expuso el sistema de abuso de Epstein
La mujer que ha denunciado los abusos durante décadas dejó un testimonio escrito antes de suicidarse

Virginia Giuffre. | Reuters
Virginia Giuffre, la mujer que durante más de dos décadas denunció el entramado de abuso sexual y tráfico de menores organizado por Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, dejó antes de suicidarse en abril de 2025 un testimonio estremecedor sobre cómo fue reclutada siendo menor en Mar-a-Lago y cómo fue introducida en una red que alcanzaba a las más altas esferas del poder mundial.
El texto, publicado de forma póstuma y adaptado de sus memorias Nobody’s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice, reconstruye con detalle los primeros encuentros que marcaron el inicio de su pesadilla. En él, Giuffre describe con precisión el momento en que, con apenas 16 años, fue abordada por Ghislaine Maxwell en el complejo de Palm Beach. Aquella conversación, en apariencia inofensiva, fue el punto de partida de un proceso de manipulación que la condujo a convertirse en víctima del financiero estadounidense y su entorno.
De Mar-a-Lago al infierno de Epstein
Giuffre, entonces Virginia Roberts, trabajaba en el spa del resort donde su padre era empleado de mantenimiento. Maxwell, acompañada por su chófer, se fijó en ella y le ofreció lo que parecía una oportunidad laboral: ser masajista para un «amigo rico». Ese amigo resultó ser Jeffrey Epstein.
El relato de Giuffre detalla la escena de su primer encuentro con él en la mansión de El Brillo Way, en Palm Beach: un falso entrenamiento de masaje que pronto derivó en una agresión sexual con Maxwell como cómplice. «No lo sabía entonces, pero un depredador me había cazado», relata. A partir de ese momento, según indica en el libro, comenzó un ciclo de explotación sexual y control psicológico del que tardaría años en escapar.
La red de poder y silencio
El testimonio de Giuffre revela la extensión de la red de Epstein: políticos, académicos, empresarios y miembros de la realeza británica. Entre los nombres mencionados figura el del príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, a quien Giuffre asegura haber sido «prestada» en varias ocasiones, en Londres, Nueva York y la isla privada de Epstein en el Caribe.
Epstein y Maxwell, escribe, se complementaban como «dos mitades de un todo perverso»: él, un millonario con acceso a las élites; ella, una socialité británica capaz de reclutar y organizar un flujo constante de jóvenes vulnerables. La autora describe cómo ambas figuras usaban su poder, dinero y contactos para someter a las víctimas y garantizar el silencio de las instituciones.
El precio de contar la verdad
Durante años, Giuffre fue una de las pocas mujeres que se atrevieron a poner nombre y rostro al sistema de abuso. En 2019, su testimonio ante los tribunales de Nueva York contribuyó a reabrir el caso tras la muerte de Epstein. En 2022, alcanzó un acuerdo extrajudicial con el príncipe Andrés, que no incluyó admisión de culpabilidad por parte del duque, quien continúa negando haberla conocido.
El 25 de abril de 2025, Virginia Giuffre se quitó la vida. Su historia, sin embargo, permanece como símbolo de una lucha desigual contra un poder que se creyó intocable. «Epstein no fue un caso aislado», escribió en el epílogo de sus memorias. «El modo en que algunos hombres ven a las mujeres y niñas —como objetos desechables— sigue siendo parte de nuestro sistema. Muchos de ellos aún viven con total impunidad».
El libro, que se publicará el 21 de octubre por la editorial Doubleday, busca —según su editor— «dar voz definitiva a una superviviente que se negó a ser silenciada».