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El drama de las mujeres en Marruecos: solo el 15% trabaja y el 40% no sabe ni leer ni escribir

Dedican el 79% de su tiempo productivo al trabajo doméstico y un tercio de ellas vive sin ingresos propios

El drama de las mujeres en Marruecos: solo el 15% trabaja y el 40% no sabe ni leer ni escribir

Tres mujeres marroquíes. | Pngtree

La situación de las mujeres en Marruecos continúa siendo alarmante. Apenas el 15,3% de las marroquíes de 15 años o más están empleadas, frente al 60,7% de los hombres. Según la última edición del informe Las mujeres marroquíes en cifras, publicado por el Alto Comisionado para el Plan (HCP) —la oficina nacional de estadística del país—, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral apenas alcanza el 22,2%, mientras que entre los hombres asciende al 92,1%.

El estudio, elaborado a partir de encuestas nacionales y datos ministeriales, ofrece un análisis detallado de la situación de las mujeres marroquíes hasta 2024, abordando ámbitos como el empleo, la educación y la pobreza. Las desigualdades laborales son especialmente marcadas en las zonas rurales, donde solo el 17,5% de las mujeres ocupa un puesto de trabajo, en comparación con el 70,5% de los hombres.

El nivel educativo tampoco garantiza la inserción laboral. Entre las mujeres con estudios superiores de entre 25 y 59 años, la participación alcanza el 33,9%, frente al 92% de los hombres con el mismo nivel. Incluso entre las tituladas universitarias, solo el 30,1% tiene empleo, frente al 53,8% de los varones. Las mujeres divorciadas son las más activas (41,3%), mientras que las viudas registran la tasa más baja (9,4%), lo que demuestra la influencia del estado civil en las oportunidades laborales.

El desempleo femenino también refleja una disparidad significativa. La tasa se sitúa en el 19,4% entre las mujeres, frente al 11,6% entre los hombres. Además, el 33,3% de las mujeres desempleadas cuenta con un título universitario, una proporción superior al 21,2% de los varones. La brecha se amplía entre la juventud: el 35,1% de las mujeres jóvenes no estudian, no trabajan ni reciben formación, frente al 14,2% de los hombres en la misma situación.

Casi un tercio de las mujeres vive sin ingresos propios, y la mayoría de las que sí trabajan se concentran en sectores de baja productividad. El 46% están empleadas en la agricultura —con frecuencia sin contrato ni cobertura social— y cerca del 40% en el servicio doméstico o comercio informal. El salario medio femenino sigue siendo un 21% inferior al de los hombres, y solo el 13% de los puestos directivos están ocupados por mujeres.

Factores como el matrimonio y la maternidad reducen considerablemente la tasa de empleo femenino, un efecto que apenas perjudica a los hombres. Además, las mujeres dedican el 79% de su tiempo productivo al trabajo doméstico y solo el 21% a actividades remuneradas, mientras que los hombres destinan el 88% a su empleo y apenas el 12% a las tareas del hogar.

El 40% de las mujeres son analfabetas

Pese a los avances de las últimas décadas, la educación sigue siendo uno de los ámbitos en los que más se evidencian las desigualdades de género en Marruecos. Aunque la tasa de alfabetización femenina ha pasado del 27% en 1994 al 65,4% en 2024, cerca del 40% de las mujeres sigue sin saber leer ni escribir. En comparación, el analfabetismo masculino afecta a menos de una cuarta parte de los hombres (22%), lo que revela una brecha todavía profunda entre ambos sexos.

Las diferencias son especialmente marcadas en el entorno rural, donde el acceso de las niñas a la educación continúa siendo limitado. Mientras que la tasa de escolarización de las adolescentes de 15 a 17 años alcanza el 100% en las ciudades, en las zonas rurales apenas llega al 55%. A pesar de que las mujeres representan hoy más del 51% del alumnado de secundaria y el 56% del de educación superior, los niveles de abandono escolar temprano siguen siendo más elevados entre las niñas de áreas rurales y familias con bajos recursos. En términos de cualificación, las mujeres constituyen el 36% de los titulados universitarios del país. Sin embargo, entre las personas mayores de 25 años con al menos un nivel de educación secundaria inferior, solo el 32,7% son mujeres, frente al 45,7% de los hombres.

El déficit educativo repercute directamente en la participación de las mujeres en la vida pública y en los espacios de decisión. Entre 2021 y 2024, las mujeres representaron apenas el 22,6% de los miembros del Gobierno, el 24,3% del Parlamento, el 39,8% de los consejos regionales y el 29,8% de las administraciones municipales.

El informe también advierte sobre otra dimensión del problema: la violencia de género. En 2019, el 56% de las mujeres de entre 18 y 64 años declaró haber sufrido algún tipo de violencia, bien física, psicológica o económica. Más de la mitad (52,1%) afirmó haberla padecido en el ámbito doméstico o conyugal, mientras que el 15,4% reportó casos de violencia en el trabajo.

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