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De Alteza Real a don: Carlos III ejecuta la ruptura definitiva con su hermano

El rey de Inglaterra retira los títulos a su hermano Andrés, que dejará de ostentar el rango de príncipe

De Alteza Real a don: Carlos III ejecuta la ruptura definitiva con su hermano

Andrés Mountbatten-Windsor junto a su hermano, el rey Carlos III de Inglaterra. | Tayfun Salci (Zuma Press)

La monarquía británica pretende cortar definitivamente con el hasta ahora príncipe a través de una acción histórica. Este jueves, Buckingham Palace anunció que «Su Majestad ha iniciado un proceso formal para retirar los títulos, estilos y honores del príncipe Andrés». El comunicado añade que «el príncipe pasará a ser conocido como Andrés Mountbatten-Windsor» y que ha recibido una notificación formal para renunciar al arrendamiento de Royal Lodge, su residencia en la actualidad, teniendo que trasladarse a una residencia privada alternativa.

La acción se enmarca en una larga batalla entre la Familia Real y Andrés por sus vínculos en el caso Epstein y las acusaciones de abusos sexuales de una de sus víctimas, Virginia Giuffre. Recientemente, la polémica volvió a ganar fuerza tras la publicación de las memorias de Giuffre, que se quitó la vida en abril de este año, bajo el título de Nobody’s Girl. En esta autobiografía póstuma detalla sus encuentros sexuales con Andrés y cómo el magnate estadounidense y Ghislaine Maxwell (pareja de Epstein) la convirtieron en «una esclava sexual».

Como medida preventiva, Andrés anunció el 17 de octubre en otro comunicado la decisión de dejar de usar sus títulos y distinciones oficiales. La medida especificaba que Andrés continuaría teniendo sus títulos, aunque solo usaría el de príncipe, una respuesta que ha resultado insuficiente para el rey.

Una medida sin precedentes desde 1917

Para entender la magnitud de esta decisión, es necesario entender dos claves: qué significa ser príncipe en el Reino Unido y cuándo se tomó por última vez una medida semejante. A diferencia otros títulos, como el de duque de York, el rango de príncipe va inherente a la persona, se ostenta por nacimiento, por ser hijo de un monarca, situándole en la línea de sucesión. Por otro lado, el título de duque se concede como distinción honorífica, otorgada a miembros activos de la Familia Real que ofrecen un servicio a la Corona. Por eso, despojar a uno de sus miembros el título de príncipe no solo es algo excepcional, sino simbólicamente profundo, ya que implica negar un derecho de sangre y una posición dentro de la monarquía.

La última vez que se tomó una acción similar fue en 1917. En aquella época, el rey Jorge V privó a los enemigos del Reino Unido durante la Primera Guerra Mundial de sus títulos reales y nobiliarios británicos a través de la ley del Parlamento de privación de títulos de 1917 (Titles Deprivation Act 1917). La ley afectaba especialmente a miembros de la casa de Hannover, estrechamente vinculada a la Casa Real británica a través de lazos de sangre, por jurar lealtad al bando alemán. Esta decisión les alejó definitivamente de cualquier tipo de relación dinástica con la Corona.

Una tormenta que no cesa

La relación entre Andrés y la Corona comenzó a deteriorarse en 2019, cuando el caso Epstein resurgió con nuevas informaciones. En ellas se involucraban al magnate con el hijo de Isabel II a través de Virgina Giuffre. En consecuencia, y tras una desafortunada entrevista concedida a la BBC en noviembre de ese año, Buckingham Palace intervino y obligó a Andrés a retirarse de la vida pública.

En 2021, Virginia Giuffre tomó medidas legales contra Andrés por abusos sexuales cuando tenía 17 años. Como respuesta, en enero de 2022 la Casa Real establece su segundo cortafuegos; quitar los honores militares y los patronazgos reales del entonces duque de York. A su vez, la Corona trató de mediar en el caso a través de un acuerdo extrajudicial (por una suma no revelada) con Giuffre y realizar una declaración pública en la que Andrés la reconoció como víctima, pero sin admitir ningún tipo de responsabilidad.

La muerte de Virginia en 2025 y la publicación póstuma de sus memorias, reavivaron la presión pública sobre Buckingham Palace, empujando a Carlos III a tomar esta decisión sin precedentes.

Hasta hoy, Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones propiedad de la Corona que Andrés arrendó en 2003 con un peppercorn rent, era su refugio. El contrato le permitía residir en la vivienda sin pagar alquiler, comprometiéndose a costear todas las labores de mantenimiento, cerca de 8,5 millones de libras esterlinas hasta el momento. El contrato también impedía su desalojo antes de que finalizase el arrendamiento de 75 años. El anuncio de Buckingham especifica que el contrato ha sido rescindido y que Andrés deberá trasladarse a una vivienda privada.

Tras el anuncio de Buckingham, le toca al Parlamento ejecutar la orden a través de una ley, ya que tanto la concesión como la revocación de los títulos otorgados a la Familia Real requieren su refrendo. Por lo tanto, el título de duque de York vuelve a la Corona. Tradicionalmente, este título se otorga al segundo hijo varón del monarca. Siguiendo esta costumbre, el próximo en heredar el título sería el príncipe Luis, hijo menor de los Príncipes de Gales, ya que el príncipe Harry, segundo hijo del actual monarca, ya ostenta el de duque de Sussex.

Los próximos en la lista

El caso de Andrés coincide con otro frente abierto para Carlos III: el caso de Harry y Meghan. Los duques de Sussex, que abandonaron sus labores reales en 2020 y se mudaron a Estados Unidos, se encuentran en el punto de mira por mantener sus títulos oficiales pese a su distanciamiento de la institución. Quienes en su día encarnaban el futuro de la monarquía junto a los Príncipes de Gales no escatimaron en detallar una relación tensa con la Familia Real a través de documentales, entrevistas y biografías. Desde la popular entrevista a Oprah Winfrey de 2021, donde Meghan destacó la preocupación que había entre varios miembros de la familia sobre el color de piel de su hijo Archie, al documental de Netflix Harry y Meghan de 2022, donde los duques se presentaban como unos incomprendidos perseguidos por la prensa. Finalmente, el último choque se produjo con las polémicas memorias del príncipe Harry bajo el título Spare (En la sombra en su edición en castellano) en 2023, donde detallaba aspectos de la vida privada de la Familia Real como discusiones con su hermano, su primera relación sexual y el número de personas que había matado en Afganistán mientras servía en el ejército británico.

Con la eliminación definitiva de los títulos de Andrés, Carlos III marca una línea propia, dejando claro que la sangre no garantiza la inmunidad y que el privilegio de pertenecer a la Familia Real se debe compensar con servicio y ejemplaridad. Un siglo después de Jorge V, el monarca vuelve a tomar una decisión fundamental e histórica para salvaguardar la institución monárquica.

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