El matrimonio infantil persiste en Marruecos: 10.500 niñas, obligadas a casarse en 2024
Las zonas rurales concentran la mayoría de los casos y los menores implicados carecen de estudios y empleo

Niña marroquí. | Shutterstock
El fenómeno del matrimonio infantil en Marruecos continúa siendo preocupante. En 2024 se autorizaron 10.570 de las 16.755 solicitudes de casamiento de menores, según las últimas estadísticas del Consejo Superior del Poder Judicial (CSPJ), publicadas recientemente en el Boletín Oficial marroquí. Aunque esta cifra representa un descenso del 17% respecto a 2023 —cuando se contabilizaron 20.192 solicitudes—, sigue reflejando la magnitud de la situación.
El informe confirma que los matrimonios precoces en el país afectan de forma abrumadora a las niñas. De las solicitudes registradas, 16.501 correspondieron a menores de sexo femenino, lo que supone el 98,5% del total, frente a apenas un 1,5% de niños (menos de 250 casos). En términos relativos, la cifra de solicitudes de niñas descendió un 17,5% respecto al año anterior, una reducción que, aunque positiva, continúa evidenciando una fuerte desigualdad de género en esta práctica.
Los datos del CSPJ también permiten trazar un perfil social de los menores implicados. Más del 96% carece de empleo y más del 92% no asiste a la escuela, lo que equivale a más de 15.000 jóvenes en situación de vulnerabilidad. Estas condiciones, junto con factores culturales y económicos, contribuyen a perpetuar un ciclo de pobreza y exclusión que sigue afectando especialmente a las zonas rurales.
El medio rural concentra la mayoría de los casos. El 78% de las solicitudes proceden de áreas fuera de los centros urbanos, frente a un 22% en ciudades. Las regiones más afectadas son Marrakech, con 2.941 solicitudes (17,5% del total nacional), seguida de Fez, al norte, con 2.394 (14,3%), y Kenitra, al noroeste, con 1.480 (8,8%). En cuanto a la edad promedio de los menores solicitantes, el grupo de 17 años sigue siendo el más numeroso, con casi 11.000 solicitudes (65,5% del total). Le siguen las jóvenes de 16 años, con unas 5.000 peticiones, y un número reducido de casos a los 15 años, con 59 solicitudes registradas.
El Gobierno marroquí saca pecho
Tras la publicación de los datos, el ministro de Justicia de Marruecos, Abdellatif Ouahbi, afirmó que el descenso en las solicitudes de matrimonio infantil refleja los «resultados positivos» de los esfuerzos conjuntos entre su ministerio, otros sectores gubernamentales y diversas organizaciones de la sociedad civil. Según explicó, estas acciones incluyen campañas de sensibilización y educación, así como el refuerzo de las garantías legales para proteger a los menores.
Ouahbi subrayó que el Código de Familia marroquí establece un marco jurídico «claro y restrictivo» en esta materia, al prohibir el matrimonio de menores de 18 años, «salvo en casos excepcionales» autorizados por un juez de familia competente. Para conceder dicha autorización, el juez debe justificar la decisión y escuchar a los padres o tutores legales del menor, además de poder solicitar informes médicos o investigaciones sociales antes de emitir su dictamen.
No obstante, aunque el Gobierno celebra la reducción de los casos, las cifras reflejan un problema social persistente. Los más de 10.000 matrimonios infantiles registrados mantienen a Marruecos entre los países donde las niñas y las mujeres continúan enfrentando mayores obstáculos para el pleno ejercicio de sus derechos.
Un problema global que afecta a millones de niñas
Cada año, alrededor de doce millones de niñas en el mundo son obligadas a casarse antes de cumplir los 18 años, a pesar de que esta práctica está prohibida en la mayoría de los países. Es decir, cada tres segundos una menor se casa en contra de su voluntad. Así lo denuncia el informe Estado Mundial de las Niñas 2025: ‘Déjame ser una niña, no una esposa’ de Plan International España, que recoge los testimonios y experiencias de menores que han vivido el matrimonio infantil en distintas regiones del planeta.
El estudio también advierte sobre el papel de las redes sociales en la aparición de nuevas formas de contacto entre niñas y hombres adultos, muchas veces fuera del control familiar. Cuando estas relaciones avanzan, las propias familias pueden presionar a las menores para formalizarlas mediante el matrimonio, en un intento por «preservar el honor» familiar y evitar la estigmatización social. A pesar de la magnitud del problema, el informe señala una ligera mejora en la última década: la tasa global de matrimonios infantiles ha descendido del 22% al 19%.
