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Internacional

EEUU abre una larga e intensa campaña electoral para las próximas legislativas

Los avances demócratas de este martes anticipan un año de dura pelea hasta las elecciones de mitad de mandato

EEUU abre una larga e intensa campaña electoral para las próximas legislativas

El alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani.

El péndulo político estadounidense se ha movido: hace un año, Donald Trump ganó la Casa Blanca y los republicanos se hicieron con el Congreso y el Senado. Ahora, en una importante jornada de elecciones parciales, ha sido el turno de los demócratas. ¿Qué pasará dentro de un año, cuando se celebren las legislativas de mitad de mandato? Se abren 12 meses decisivos en la escena política estadounidense.

Las urnas de este martes dieron una victoria esperada en la ciudad de Nueva York a un candidato atípico. Zohran Mamdani, de 34 años, desconocido hace unos meses y que ha hecho una campaña ágil, muy pegada a los problemas de los neoyorquinos y muy distante de los políticos tradicionales, incluido el derrotado demócrata Andrew Cuomo. La ciudad está dividida: Mamdani tenía una enorme ventaja en los sondeos, y al final ha ganado con un 50% de los votos. Su mandato se va a seguir con lupa en la Casa Blanca… y en la dirección del Partido Demócrata. Es el primer alcalde musulmán de Nueva York y el segundo demócrata que se declara socialista (ya lo hizo David Dinkins). Tiene enfrente una difícil tarea, porque los graves problemas de la ciudad no se resuelven solo con el entusiasmo que ha generado entre sus votantes, y el manejo de una burocracia municipal de 300.000 empleados es una pesadilla para cualquiera.

Los demócratas han ganado también en los estados de Virginia y Nueva Jersey y en prácticamente todas las elecciones celebradas en el país. Como en el caso de Nueva York, era lo esperado, pero lo importante es que las victorias han sido por un margen muy amplio. Las bases demócratas, esta vez sí, se han movilizado.

Una primera reflexión, inútil y melancólica a estas alturas, que los demócratas podrían hacer es la siguiente: ¿qué hubiera pasado hace un año si, en lugar de hacer mohínes y despreciar la —mala— candidatura presidencial de Kamala Harris, hubieran ido masivamente a las urnas, como este martes? La respuesta en sencilla: muy probablemente, Donald Trump no sería presidente.

La segunda reflexión es la que ya están haciendo todos, republicanos y demócratas. ¿Qué significan estos resultados de cara a las legislativas de medio mandato de dentro de un año? Salvada la cautela que impone el hecho que estas han sido elecciones aisladas y especiales, y que, por tanto, no hay que proyectar automáticamente los resultados en las legislativas del 3 de noviembre de 2026, una primera conclusión es que buena parte de los ciudadanos están hartos de las tropelías de Trump: del muro que ha levantado entre los estadounidenses, de su realidad alternativa, de su política polarizadora, de los atropellos a los más débiles, de sus extravagancias en la Casa Blanca y en Mar-a-Lago. Y están hartos de que Trump no haya hecho nada para cambiar una de las razones por las que ganó: la inflación, los precios elevados que asfixian a las clases medias.

Los demócratas, que llevan casi un año caídos en la lona, pueden ahora levantarse y prepararse para la gran pelea de las legislativas de medio mandato, en las que está en juego que la Casa Blanca de Trump siga teniendo las manos libres, como ahora, para hacer lo que quiera. No deberían confiarse. El nuevo alcalde de Nueva York tendrá que esforzarse mucho —y no está claro que quiera hacerlo— para no ser utilizado por el trumpismo. ¿Podrá Mamdani no facilitar argumentos a los rivales que perjudiquen a sus compañeros en otros lugares muy distintos a Nueva York? Entre las subidas de impuestos que propone y su ambicioso programa de subvenciones a los programas de guarderías y escuelas públicas, habrá para todos.

El aparato demócrata, poco contento con su victoria, tendrá que hacer malabares. ¿Defenderán a Mamdani cuando Trump y los republicanos le ataquen con todas las armas a su alcance? ¿Tendrán paciencia los neoyorquinos, de los que solo el 27% están satisfechos con los servicios de la ciudad, frente al 44% de hace ocho años? ¿Asumirán las bases radicales del nuevo alcalde las concesiones o movimientos pragmáticos que probablemente tendrá que hacer? ¿Podrá cumplir algunas de sus promesas de campaña para hacer más asequible la ciudad a sus habitantes?

La Administración está paralizada desde el 1 de octubre por la imposibilidad de que los dos partidos lleguen a un acuerdo para financiar las medidas antiinmigración de la Casa Blanca. Se ha batido ya el récord de días con la burocracia cerrada y los ánimos están muy caldeados. Trump echa la culpa de las derrotas del martes a esta situación; los demócratas, alentados por sus avances, creen que la firmeza es el camino de la victoria, aunque hay interpretaciones muy distintas de cómo se manifiesta esa firmeza. No hay todavía, en todo caso, una figura nacional de relieve que los unifique en la lucha por recuperar la Casa Blanca. El californiano Gavin Newsom quiere serlo, pero queda mucho camino por recorrer.

Lo importante ahora es la cita electoral de dentro de un año. Los demócratas necesitan recuperar la Cámara de Representantes si quieren frenar a Trump y preparar las presidenciales de 2028; los republicanos necesitan mantener su estrecha ventaja para que la Casa Blanca mantenga sus políticas sin controles ni equilibrios. La campaña electoral de las legislativas de medio mandato está abierta.

Últimamente todas lo son, pero las de noviembre de 2026 van a ser sin duda unas elecciones fundamentales para el futuro democrático de EEUU.

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