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'El Pollo' Carvajal propone a EEUU que el expresidente de PDVSA sustituya a Maduro

Rafael Ramírez, expresidente de la petrolera venezolana, no es el favorito de Washington

‘El Pollo’ Carvajal propone a EEUU que el expresidente de PDVSA sustituya a Maduro

Hugo 'El Pollo' Carvajal, ex jefe de la Inteligencia chavista, y Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA. | Ilustración de Alejandra Svriz

Hugo El Pollo Carvajal ha pasado de ser uno de los hombres más temidos del chavismo a convertirse en una pieza decisiva para Estados Unidos en el tablero que definirá el futuro político de Venezuela. Mientras aguarda su sentencia —prevista para febrero de 2026, aplazada precisamente para permitir una mayor cooperación con el Departamento de Justicia, la DEA y posiblemente la CIA— en un centro penitenciario norteamericano, el ex jefe de inteligencia militar de Hugo Chávez está colaborando activamente con la Fiscalía estadounidense. Y, según ha podido confirmar en exclusiva THE OBJECTIVE a través de fuentes próximas al propio Carvajal, el antiguo general ha propuesto un nombre concreto para liderar un eventual gobierno de transición tras el hipotético relevo de Nicolás Maduro: Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA y exministro del chavismo.

La recomendación no es menor. Carvajal fue durante años uno de los pilares del aparato militar de Chávez y, posteriormente, uno de los grandes adversarios de Maduro tras romper con él en 2017. Su conversión en informante estadounidense lo ha transformado en un actor privilegiado dentro de los contactos discretos que Washington mantiene para asegurar una transición política en el país petrolero.

La trayectoria de Hugo Carvajal es bien conocida. Director de la inteligencia militar entre 2004 y 2011, y de nuevo entre 2013 y 2014, acumuló un enorme poder dentro del chavismo. Sin embargo, en 2017 rompió públicamente con Maduro y poco después terminó alineándose con la oposición venezolana. En 2019 llegó a reconocer a Juan Guaidó como presidente interino y se refugió en España tras huir de Venezuela. Durante su estancia en Madrid, vivió más de un año en la clandestinidad después de que la Audiencia Nacional aprobara su entrega a Estados Unidos por delitos de narcotráfico vinculados al llamado Cártel de los Soles. Tras ser detenido, declaró ante varios jueces de la Audiencia Nacional sobre la presunta financiación de Podemos y sobre los negocios internacionales del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.

Finalmente, fue extraditado en 2023 y en junio de 2025 se declaró culpable de narcotráfico y narcoterrorismo, buscando una rebaja de pena mediante cooperación judicial. Ahora, en suelo estadounidense, su papel vuelve a ser central.

Carvajal sugiere un sustituto para Maduro

En el marco de las conversaciones confidenciales que mantiene con la Fiscalía estadounidense, Carvajal ha planteado la posibilidad de que Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA y antiguo hombre de confianza de Chávez, sea considerado como una figura de consenso para liderar una transición política si Maduro abandona el poder. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, Carvajal sostiene que Ramírez «conserva legitimidad dentro del chavismo tradicional» y podría funcionar como un puente entre los restos del aparato estatal y una oposición fragmentada pero internacionalmente respaldada. Ramírez, actualmente refugiado en Italia, ha mantenido durante años una crítica frontal al actual mandatario, a quien acusa de haber desmantelado el proyecto original de Chávez.

El chavista Ramírez fue durante más de una década uno de los hombres más poderosos del país como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA. Su caída en desgracia llegó en 2017, cuando criticó abiertamente la deriva corrupta del Gobierno de Maduro. De inmediato fue destituido y acusado por la Fiscalía venezolana de encabezar un megafraude de 5.000 millones de dólares en la petrolera estatal, pero Italia ha rechazado la extradición por considerar político el proceso. Carvajal y Ramírez mantienen una relación de años. En 2019, tal y como reveló AP News, ambos llegaron a reunirse en Europa bajo identidades falsas para discutir escenarios de presión contra Maduro y desde entonces no habían trascendido contactos directos.

Ramírez, un nombre que no convence

Pese a la insistencia de Carvajal, el nombre del expresidente de PDVSA no es, en estos momentos, el favorito de Washington. Fuentes conocedoras de las negociaciones consultadas por THE OBJECTIVE sostienen que Ramírez «no figura entre los perfiles mejor valorados» por la Administración estadounidense. La razón es doble: EEUU quiere evitar un vacío de poder inmediato que pueda derivar en enfrentamientos internos, pero Ramírez no genera suficiente confianza ni dentro del chavismo actual ni entre los militares. Dos actores imprescindibles en cualquier transición.

Las mismas fuentes precisan que la Casa Blanca busca garantías de estabilidad, y plantear una transición encabezada por un líder opositor como María Corina Machado o Edmundo González (legítimo vencedor de los comicios de hace un año) podría resultar explosivo. Por ello, según publicó recientemente The New York Times, y ha podido verificar también THE OBJECTIVE, en los contactos discretos entre Washington, sectores del chavismo y mediadores latinoamericanos está emergiendo con fuerza Delcy Rodríguez, actual vicepresidenta.

La clave está en la Constitución venezolana. El artículo 233 establece que, ante la «falta absoluta» del presidente durante los primeros cuatro años de mandato, el poder debe pasar automáticamente a la vicepresidenta, que tendría un plazo máximo de 30 días para convocar elecciones. Delcy, por tanto, no solo es la sucesora legal, sino la figura institucional que permitiría pactar una transición con cierto orden interno.

La opción que se descartó: Jorge Rodríguez

THE OBJECTIVE también ha podido confirmar que en los primeros borradores de contactos informales, uno de los nombres que llegó a plantearse fue el de Jorge Rodríguez, hermano de Delcy y presidente de la Asamblea Nacional chavista. Sin embargo, EEUU ha descartado esta vía por completo: «No confían en él. Sienten que les ha mentido repetidamente en el pasado», aseguran las mismas fuentes.

Mientras tanto, Machado —premio Nobel de la Paz y la figura más reconocida de la oposición— afirma que está lista para asumir el poder y conducir un proceso de transición democrática. Esta semana publicó un «Manifiesto de libertad» en el que se compromete a exigir responsabilidades por los crímenes de lesa humanidad del régimen. Pero el escenario que describe el Crisis Group es mucho más complejo: buena parte de los altos mandos militares rechazaría una transición encabezada por la oposición; sectores del chavismo armado podrían desatar guerras de guerrilla y miles de funcionarios temen represalias si cambian de bando. Por eso Washington busca una salida que combine legalidad constitucional, control del territorio y capacidad real de evitar un conflicto interno.

En este contexto, la figura de El Pollo Carvajal —a punto de recibir sentencia por sus delitos que podría superar las dos décadas de cárcel— se ha convertido en una pieza inesperada pero relevante para Estados Unidos. Su información interna, su conocimiento del funcionamiento de las fuerzas armadas venezolanas y su pasado en el corazón del chavismo lo colocan como intermediario clave. La propuesta de Ramírez no ha sido descartada, pero Washington avanza hacia otra dirección. Todo indica que la transición —si llega— deberá pasar por Delcy Rodríguez. Y será entonces cuando el papel de Carvajal, como informante y negociador desde la sombra, termine de medirse.

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