El Parlamento de Japón ha aprobado este viernes el acuerdo de libre comercio alcanzado recientemente con el Reino Unido que regirá las relaciones comerciales bilaterales tras la salida efectiva de Londres de la Unión Europea (UE) este mes de diciembre. El acuerdo, firmado en Tokio a finales de octubre por el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Toshimitsu Motegi, y la ministra británica de Comercio Internacional, Liz Truss, todavía debe pasar por el trámite pertinente en el Reino Unido para su entrada en vigor según lo previsto el 1 de enero de 2021.
Lo más importante: el nuevo acuerdo reduce de forma progresiva los aranceles británicos sobre la importación de automotores japoneses hasta eliminarlos totalmente para 2026, al igual que el pacto entre la UE y Japón. Además, suprimirá de forma automática otros aranceles sobre componentes y maquinaria ferroviaria de origen nipón.
Los aranceles de Japón sobre los productos agrícolas británicos se mantienen al mismo nivel que en el acuerdo con la UE. En materia digital y de servicios financieros, el pacto es más ambicioso e incluye la prohibición de que los Gobiernos soliciten a las empresas revelar algoritmos utilizados en tecnología artificial y datos de cifrado, entre otros puntos.
Ambos países se apremiaron a sellar el pacto, alcanzado en menos de cinco meses, ante la necesidad de contar con un marco regulatorio cuando las condiciones del acuerdo existente entre Japón y la UE deje de cubrir al Reino Unido al término del período de transición de su salida de la zona comunitaria[contexto id=»381725″] a finales de diciembre. De no entrar en vigor a tiempo, podría resultar en la imposición de aranceles más elevados para ambos.
Aunque la mayoría del sector empresarial japonés ha acogido con satisfacción el acuerdo, las empresas que operan tanto en el Reino Unido como en la Europa continental tienen dudas sobre si Londres alcanzará a tiempo un acuerdo de libre comercio con el bloque. Sin dicho pacto, podrían verse interrumpidas las operaciones europeas de fabricantes nipones como los automovilísticos Nissan y Toyota, que se benefician de las cadenas de suministro construidas en la zona comunitaria (adquieren componentes de toda la zona y ensamblan vehículos en Reino Unido).