Johnson acelera para cumplir con los plazos acordados en las negociaciones del Brexit con la UE
El período de transición, destinado a permitir a empresas y administraciones prepararse para una salida sin rupturas abruptas, vence el 31 de diciembre de 2020
El primer ministro británico, Boris Johnson, se mostró el martes determinado a llevar la voz cantante en la negociación de la próxima fase del Brexit con Bruselas, para lo que se dispone a prohibir por ley un aplazamiento del periodo de transición.
Reelegido con una muy amplia mayoría en las legislativas de la semana pasada, el líder conservador parece decidido a no repetir los errores de su predecesora Theresa May, acusada de falta de firmeza ante las exigencias de la Unión Europea. Bajo su liderazgo, el Brexit, inicialmente fijado para marzo de 2019, fue aplazado tres veces y ahora está previsto para el 31 de enero.
Con 365 de los 650 diputados en el nuevo Parlamento, Johnson está ahora seguro de obtener la aprobación del acuerdo de divorcio. Pero después comenzará una segunda, y más complicada, fase de negociación: la de la futura relación comercial con los 27.
La nueva Cámara de los Comunes inició sus labores el martes y su primera acción fue confirmar al laborista Lindsay Hoyle como su nuevo presidente, tras su elección en noviembre para reemplazar a John Bercow, conocido por su teatral grito de «¡Orden, orden!». «Este Parlamento es una gran mejora respecto a su predecesor», afirmó Johnson subrayando que «no perderá el tiempo en bloqueos, divisiones y retrasos». El primer ministro hizo «muchas promesas durante la campaña» y «será juzgado sobre si las cumple o no», advirtió el líder de la oposición, Jeremy Corbyn.
Prohibir otro aplazamiento
La futura relación entre Londres y Bruselas debe negociarse durante el denominado «periodo de transición», un plazo destinado a permitir a empresas y administraciones prepararse para una salida sin rupturas abruptas.
Dicho periodo vence el 31 de diciembre de 2020, pero puede ser ampliado hasta dos años, aunque Londres debe solicitarlo antes del 1 de julio.
Sin embargo, el programa electoral conservador «señalaba claramente que no ampliaríamos el periodo de transición», subrayó una fuerte de Downing Street. Así que el equipo de Johnson está reescribiendo el proyecto de ley que debe traducir el Tratado de Retirada a la legislación británica para «prohibir al gobierno aceptar toda extensión», precisó. El texto será sometido al nuevo Parlamento el viernes aunque su adopción quedará para después del receso de Navidad.
Muchos se preguntaban el martes por qué un primer ministro necesita una ley que le impida hacer algo que no quiere hacer. «A la UE le parecerá extraño que el Reino Unido esté cerrando opciones que él mismo podría utilizar más adelante en el proceso si así lo decidiera. Quiero decir que nadie está obligando al Reino Unido a solicitar un período de transición más largo», fue la reacción del viceprimer ministro de Irlanda, Simon Coveney.
Nuevos temores de salida brutal
El objetivo evidente es mandar un mensaje a Bruselas sobre su determinación a negociar de forma expeditiva. Johnson habló con la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y acordaron trabajar con «gran energía» en la futura relación, afirmó su portavoz. Las negociaciones comenzaran «cuanto antes» tras el Brexit, subrayó. La UE hará «todo lo posible» para alcanzar un acuerdo con Londres en 11 meses, afirmó el negociador jefe europeo Michel Barnier.
Expertos y diplomáticos europeos coinciden en señalar que es un plazo muy corto para negociar un gran acuerdo de libre comercio, especialmente porque el «premier» dijo rechazar un tratado que retome las actuales reglamentaciones comunitarias y los responsables europeos temen ver surgir a sus puertas un competidor desleal.
Este nuevo movimiento reavivó los temores de que el Reino Unido acabe abandonando efectivamente la UE el 1 de enero de 2021 de forma brusca. La perspectiva provocó una fuerte caída de la libra esterlina. Pero algunos analistas especulaban también con la posibilidad de que permita a Johnson lograr la aprobación de una relación más estrecha con la UE, ante la amenaza de un Brexit brutal.
«Para alcanzar un acuerdo en 11 meses, el Reino Unido tendrá que ceder a la mayoría de las demandas de la UE», consideró Sam Lowe, investigador del Centro para una Reforma Europea. «De un punto de vista político, Johnson no puede ceder sin haber peleado primero, y la alternativa tiene que ser algo peor».