La 'niebla asesina' provoca 100.000 muertes prematuras al año en Indonesia
Los fuegos han provocado un brote de contaminación que se ha esparcido rápidamente formando una crisis política regional y una emergencia de salud nacional. «Si nada cambia, esta bruma asesina continuará con consecuencias terribles año tras año», ha informado la portavoz de Greenpeace en el país asiático, Yuyun Indradi. El año pasado tuvieron lugar los peores incendios en la historia de Indonesia, sobre todo en la isla de Sumatra, donde miles de hectáreas fueron arrasadas por las llamas. Singapur y Malasia también se han visto afectados por esta neblina que los vientos del monzón se han encargado de llevar a ambos países, causando la muerte de 2.200 y 6.500 personas, respectivamente. Las autoridades indonesias insisten en que están incrementando sus esfuerzos de lucha contra la bruma a través de acciones tales como la prohibición de la concesión de nuevas tierras para plantaciones de aceite de palma.
También conocida como esmog, esta ‘niebla asesina’, como la llaman en el país asiático, ha causado la muerte de unas 100.000 personas durante 2015, según un nuevo estudio realizado por las universidades de Harvard y Columbia, en Estados Unidos. La mayoría son habitantes que vivían en lugares cercanos a zonas arrasadas por algún incendio forestal.
Los fuegos han provocado un brote de contaminación que se ha esparcido rápidamente formando una crisis política regional y una emergencia de salud nacional. «Si nada cambia, esta bruma asesina continuará con consecuencias terribles año tras año», ha informado la portavoz de Greenpeace en el país asiático, Yuyun Indradi. El año pasado tuvieron lugar los peores incendios en la historia de Indonesia, sobre todo en la isla de Sumatra, donde miles de hectáreas fueron arrasadas por las llamas. Singapur y Malasia también se han visto afectados por esta neblina que los vientos del monzón se han encargado de llevar a ambos países, causando la muerte de 2.200 y 6.500 personas, respectivamente. Las autoridades indonesias insisten en que están incrementando sus esfuerzos de lucha contra la bruma a través de acciones tales como la prohibición de la concesión de nuevas tierras para plantaciones de aceite de palma.