Las ballenas se quedan sin un santuario en el océano Atlántico
Para que el santuario fuera aprobado era necesario que votaran a favor al menos el 75% de los 64 miembros de la Comisión, pero solo obtuvo un 54,6% (35 votos). Japón, Noruega e Islandia se opusieron a la iniciativa lanzada por Brasil y apoyada por Sudáfrica, Argentina, Uruguay y Gabón, y por varias organizaciones no gubernamentales, como Greenpeace, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) y la fundación SOS Mata Atlántica, entre otras. Los países que defienden la creación de este santuario aseguran que desde 2000, tres millones de ballenas han sido cazadas en todo el mundo y de ellas un 71% vivía en el hemisferio sur, lo que ha mermado considerablemente su población. Los grupos ecologistas lamentan esta decisión que consideraban una oportunidad para proteger a los cetáceos de las cazas, la contaminación o el cambio climático.
Los votos en contra de Japón, Noruega e Islandia han impedido que las ballenas tengan un santuario en el océano Atlántico. La Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés), reunida en Eslovenia, ha rechazado la propuesta de crear un santuario de 20 millones de kilómetros cuadrados para especies de ballenas amenazadas de extinción.
Para que el santuario fuera aprobado era necesario que votaran a favor al menos el 75% de los 64 miembros de la Comisión, pero solo obtuvo un 54,6% (35 votos). Japón, Noruega e Islandia se opusieron a la iniciativa lanzada por Brasil y apoyada por Sudáfrica, Argentina, Uruguay y Gabón, y por varias organizaciones no gubernamentales, como Greenpeace, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) y la fundación SOS Mata Atlántica, entre otras. Los países que defienden la creación de este santuario aseguran que desde 2000, tres millones de ballenas han sido cazadas en todo el mundo y de ellas un 71% vivía en el hemisferio sur, lo que ha mermado considerablemente su población. Los grupos ecologistas lamentan esta decisión que consideraban una oportunidad para proteger a los cetáceos de las cazas, la contaminación o el cambio climático.