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Medio Ambiente

Las emisiones de CO2 han bajado un 7% por la pandemia, pero la emergencia climática continúa

Las emisiones de CO2 han bajado un 7% por la pandemia, pero la emergencia climática continúa

Kacper Pempel | Reuters

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero, se reducirán hasta un 7% en 2020 a causa de la ralentización de la actividad por la pandemia de coronavirus[contexto id=»460724″], ha informado este miércoles la ONU.

Lo más importante: pese a esta reducción, las emisiones siguen siendo una de las principales amenazas en el contexto de la emergencia climática[contexto id=»381816″]. Según el estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentado este miércoles, las emisiones globales de gases de efecto invernadero han subido una media del 1,4% anual desde 2010, con un avance más rápido del 2,6% en 2019 debido a un gran aumento de los incendios forestales.

«Como resultado de la reducción de viajes, la menor actividad industrial y la menor generación eléctrica este año debido a la pandemia, se prevé que las emisiones de dióxido de carbono caerán hasta un 7% en 2020», ha indicado el PNUMA, con sede en Nairobi, en la undécima edición del Informe sobre la Brecha de Emisiones, correspondiente a 2020.

Sin embargo, según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia dependiente de Naciones Unidas, las concentraciones de CO2 se mantienen en niveles récord a pesar de las medidas adoptadas para frenar la pandemia del coronavirus a nivel mundial como el confinamiento o la ralentización de la actividad económica e industrial.

El informe del PNUMA, que compara las reducciones reales con las que hacen falta en la lucha contra el calentamiento de la Tierra, advierte de que esa caída «significa solo una reducción de 0,01 grados centígrados del calentamiento global para 2050», por lo que no impide que «el mundo todavía se dirija hacia un aumento de temperatura superior a los 3 grados centígrados este siglo», lejos del objetivo de mantener ese incremento por debajo de los 2 grados que recoge el Acuerdo de París de 2015 sobre la disminución de emisiones.

El estudio constata además que la «disrupción económica» provocada por la crisis del coronavirus «ha desacelerado brevemente -aunque está lejos de haberla eliminado- el efecto histórico y cada vez mayor de la actividad humana en el clima de la Tierra», que se observa en el incremento de los fenómenos meteorológicos extremos.

Pero «mientras el mundo lidia con los impactos continuos de la pandemia de COVID-19, la crisis climática no ha desaparecido», ha recordado la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

De hecho, el informe apunta que las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero continuaron creciendo por tercer año consecutivo en 2019, cuando alcanzaron un nuevo récord de 59,1 gigatoneladas de equivalente a CO2.

«El año 2020 lleva camino de ser el más cálido que se ha registrado. Los incendios forestales, las tormentas y las sequías siguen causando estragos mientras los glaciares se derriten a un ritmo sin precedentes», ha alertado Andersen.

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