Las potencias mundiales se reúnen en Berlín tras la noche más caótica en Libia
Los principales países involucrados en el conflicto que desangra a Libia han iniciado en Berlín una conferencia para construir un proceso de paz
Los líderes de los principales países involucrados en el conflicto que desangra a Libia han iniciado este domingo en Berlín una conferencia internacional para tratar de construir un proceso de paz y evitar que la guerra civil transforme a ese país norteafricano en una «segunda Siria».
El objetivo principal de esta cumbre bajo los auspicios de la ONU, que se abrió a las 14.00 locales (13.00 GMT) y debe terminar a altas horas de la noche, es poner fin a las múltiples interferencias extranjeras en el país y abrir una vía a la paz.
La interminable violencia en Libia se alimenta de apetitos en torno a sus grandes reservas de petróleo, rivalidades políticas regionales y juegos de influencia.
Los dos protagonistas principales de la crisis en Libia, Fayez al Sarraj -jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNA), reconocido por la ONU- y Jalifa Haftar -el cabecilla militar del Este del país- están presentes en Berlín. Pero no se sentarán a la misma mesa. El primero es apoyado por Turquía, mientras que el segundo es apoyado por Rusia.
Se espera un compromiso de respetar el embargo a la entrega de armas, decretado en 2011 pero que en gran medida constituye letra muerta, de acuerdo con el borrador del acuerdo final al que AFP tuvo acceso. También debe exigir un cese «total» y duradero de las hostilidades.
Por su parte, la ONU también espera que durante esta conferencia se pueda «consolidar el alto el fuego» obtenido por Rusia y Turquía y que entró en vigor desde el 12 de enero. Hasta ahora, la tregua ha sido más o menos respetada por las fuerzas del mariscal Haftar y las del GNA a las puertas de la capital.
Después de controlar el Este y una gran parte del Sur de Libia, el mariscal Haftar se propuso conquistar el centro de poder en Trípoli, contando con una victoria relámpago. Pero desde principios de abril se ha enfrentado a una feroz resistencia.
Su rival, el jefe de la GNA, pidió, en una entrevista que se publica el domingo en el diario alemán Welt, el envío a Libia de una «fuerza militar internacional» bajo los auspicios de la ONU, caso el mariscal Haftar mantenga los combates. Su misión de esa fuerza sería «proteger a la población civil», dijo.
En este contexto, las fuerzas pro-Haftar bloquearon las principales terminales petroleras del este de Libia el sábado, arrojando así un balde de agua helada sobre la cumbre de Berlín. De acuerdo con esas tropas, fue una forma de protestar contra la intervención turca en el país.