La justicia de Reino Unido declara el veganismo un "credo filosófico"
La resolución responde a la demanda de un activista de origen español, que sostiene que fue despedido por sus «convicciones veganas»
El veganismo ético es una «creencia filosófica» protegida por la legislación contra la discriminación. Así lo ha decidido este viernes la justicia laboral británica, en el marco de un caso de despido laboral.
La resolución corresponde a un juicio abierto el pasado jueves tras la demanda de un activista de origen español que fue despedido por una ONG británica. El demandante, Jordi Casamitjana, es un activista de los derechos de los animales que trabajaba para la organización británica Liga contra los Deportes Crueles (League Against Cruel Sports).
En su declaración aseguraba que fue despedido por sus convicciones veganas, después de quejarse ante su jerarquía de que el fondo de pensiones de la organización invertía en empresas que utilizan animales para ensayos médicos.
El juez consideró que Jordi Casamitjana, de 55 años, se adhiere a esta creencia. «Estoy totalmente convencido de que el veganismo ético constituye una creencia filosófica», ha declarado el juez Robin Postle, del tribunal prudencial de Norwich (al este de Inglaterra).
Un vegano ético no consume ningún alimento de origen animal y también rechaza toda explotación animal (uso de cuero, lana o utilización de cosméticos probados en animales).
La Ley de Igualdad de 2010 define la creencia filosófica como algo auténtico, como opuesto a «una opinión basada en el estado actual de la información disponible». También establece que dicha creencia, para estar protegida por la Ley, debe ser compatible con la dignidad humana y no entrar en conflicto con los derechos fundamentales de los demás.
Este juicio «contribuirá a fomentar el veganismo porque los veganos que puedan tener miedo de hablar de sus creencias o que podrían no sentirse bienvenidos, se sentirán ahora valorados», ha declarado Casamitjana a la prensa. Esto tendrá «un efecto dominó». Más veganos, ayudarán «a más animales, al medio ambiente y a la salud», ha añadido. Todo insulto a los veganos éticos «podría considerarse acoso, de la misma manera que un insulto racista o sexista puede ser discriminatorio».
El próximo paso del tribunal será determinar si Jordi Casamitjana fue o no discriminado por su antiguo empleador en razón de su creencia. La asociación, que lucha en particular por la prohibición de los «deportes crueles» en los que intervienen animales, asegura que su antiguo empleado fue despedido por negligencia grave.